Glenn Close, la actriz que logra estremecer el alma
broadway. Con toda la gloria, terminó Sunset Boulevard
nueVA YoRK.– la sala repleta del Palace, uno de los principales teatros neoyorquinos, ubicado justo en el corazón de Broadway: Times Square. Pero no es el público habitual de una obra musical, hay algo particular. Antes de comenzar la función de Sunset Boulevard se denota fervor, ansiedad. no es sólo el interés por ver un espectáculo, sino por verla a ella. los actores inmensos a nivel mundial no son tantos. Por ello, la oportunidad de ver a glenn Close en vivo, en un papel que encarnó de manera antológica en 1993, que retomó el año pasado en londres y continuó en nueva York, es casi una bendición.
Y ella recién aparece a los 20 minutos de espectáculo y tiene que continuar su texto con una ovación. un hecho que se repetirá varias veces durante casi tres horas. el primer estruendo es cuando el personaje del gigoló joe gillis la descubre y le dice: “¡norma desmond! ¡usted fue enorme!” A lo que ella responde: “Yo soy enorme. las películas son las que se volvieron pequeñas”. Y en cada función –se comenta– pasaba lo mismo. glenn Close es inmensa, mucho más que la norma desmond que le toca interpretar. es de esas actri- ces inigualables que encajan justo en el rol que la providencia les puso por delante. ella misma no se cansa de repetir que se siente una bendecida porque la vida le haya dado la oportunidad de encarnar semejante papel.
norma desmond fue una estrella del cine mudo y, aunque está en plena decadencia y ya nadie la convoca, cree que aún tiene la dimensión de estrella que supo ser. llega a su mansión este guionista de poca monta, perseguido por acreedores algo violentos y cae rendida a sus pies por amor, pasión, fascinación. es el argumento de la película homónima de Billy Wilder (1950) en la que Christopher Hampton y don Black (libro) y Andrew lloyd-Weber (música) se basaron.
desde el momento en que se anunció que junio sería el último mes de funciones de la nueva versión de Sunset Boulevard, fue muy difícil conseguir entradas. Todos querían ver a glenn. no se trataba de la imponente versión de los 90, en la que cuando se elevaba el escenario emergía una mansión y, luego,debajo aparecían otros ámbitos. Continúa en la página 4