LA NACION

Glenn Close, inolvidabl­e interpreta­ción de Sunset Boulevard, en Broadway

musical. La actriz, en el rol de Norma Desmond, recibió ovaciones de pie en esta obra que bajó de cartel hace pocos días

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Viene de tapa

era mejor. Por lo menos para aquellos que gustan más del teatro que del show. Algunos dijeron que se trataba de una versión semimontad­a de Sunset Boulevard. nada más desacertad­o. el artilugio escénico único diseñado por james noone constaba de un andamiaje de pasarelas que permitían el tránsito por todo el escenario en su parte superior, con la orquesta de 40 músicos debajo y los actores moviéndose desde la mitad del espacio hasta el proscenio. un alarde de creativida­d minimalist­a. en esta puesta tan bien comandada por lonny Price (Company, Sweeney

Todd, Urban Cowboy) uno corrobora que no hace falta una producción multimillo­naria para esta obra sino una actriz como glenn Close. en sí misma es mucho más grande que la mansión de la versión original. Con su composició­n de norma Desmond demuestra que es fundamenta­l una actriz en un musical. no desafina, tiene una cadencia preciosa, pero no requiere de una voz inmensa para encarnar a este ser tan frágil como soberbio. ella encarna a norma como si tuviera que personific­ar a lady macbeth: con verdad ante un personaje gigante. la palabra canta- da continúa al texto hablado por una necesidad lógica de la acción dramática. Y eso se vuelve verdadero y legítimo con interpreta­ción, no sólo con una voz magnífica. nada mejor que la palabra “encarnació­n” al referirse al trabajo de esta actriz que vuelve tan viva a su criatura.

el público del Palace estallaba en tres ovaciones de pie durante cada función. Pocas veces visto. la primera es cuando norma hace alarde de su profesión de actriz de cine ante su visitante. “Cuando hablo es con mi alma. Puedo jugar cualquier papel… una lágrima en mi ojo puede hacer llorar al mundo entero”, canta. Y eso mismo podría ajustarse a quien la interpreta. De inmediato, como si hubiera resortes en las butacas, los espectador­es se ponen de pie y la ovacionan. Pero el momento más conmovedor es cuando norma Desmond vuelve luego de mucho tiempo al estudio que la vio brillar. Por respeto y piedad, la reciben como aquella estrella que fue, atendiendo a su locura. Y con todo el elenco distribuid­o por el espacio escénico, ella se planta en el centro, obnubilada por los reflectore­s, conmovida por el respeto, emocionada por sentirse que finalmente está en casa. Y le dice cantando al set de filmación: “Pasé tantas mañanas tratando de resistirte. Y ahora estoy temblando, vos no sabés cuánto te extrañé”. esa maravillos­a canción que se titula “Como si nunca te hubiese dicho adiós” es el momento cumbre de la interpreta­ción de Close en esta obra. locura, emoción, vulnerabil­idad, felicidad, tristeza, mansedumbr­e y bravura…. Todo junto en ese cuerpo, en ese momento, en esa piel. Y el espectador lo comparte con lágrimas y estalla en un aplauso y unos gritos que nunca serán olvidados. Con habilidad, el director toma esa energía y la traslada a la puesta, con el resto de los personajes sintiendo lo mismo que el público ante la fragilidad de la diva.

Por supuesto, la última escena es apoteósica. Su locura final no es frenética, es sutil, minuciosa, con la fragilidad de quien está hecho pedazos y no lo sabe con certeza. Deberá salir a saludar no menos de cinco veces. los espectador­es no quieren que ella deje el escenario. De manera contundent­e y acertada, Bent Brantley –el crítico más famoso de Broadway– dijo en The new York Times que el trabajo de glenn Close es “una de las actuacione­s más grandiosas del siglo”.

Pero finalmente glenn Close se bajó de Sunset Boulevard. Por más éxito que tuviera, ya se había planeado por anticipado que sería una temporada corta entre el 9 de febrero y el 25 de junio. la ovación final de su última función duró casi 15 minutos. Allí demostró su generosida­d al dedicarles gran parte de su discurso de agradecimi­ento a sus compañeros. “norma es uno de los grandes papeles que cualquier actriz podría soñar. Y a mí me tocó interpreta­rla dos veces en mi vida. es emocionant­e”, dijo entre lágrimas en esa despedida, con toda la compañía, lloydWebbe­r y su perrito, Sir Pip.

luego de 23 años, retomó ese bendito papel primero en londres, y luego en Broadway. Andrew lloydWebbe­r, como productor, fue muy astuto en reestrenar su obra con su gran protagonis­ta para las nuevas generacion­es. la obra se estrenó originalme­nte el 12 de julio de 1993, en londres. Sólo cinco meses después, llegó a los estados unidos, a los Angeles. Patty luPone fue la protagonis­ta en la capital inglesa y glenn Close en la versión norteameri­cana. lloyd-Webber, quien creó con esta obra una de sus partituras más sublimes, le había prometido a luPone que la estrenaría en Broadway, pero supo que la mejor opción era glenn Close y no cumplió con su promesa. Por ese motivo, tuvo que lidiar con una demanda legal que le hizo ganar un millón de dólares de indemnizac­ión a la protagonis­ta de Evita. es que cuando la actriz de Atracción fatal fue a audicionar a la mansión de lloydWebbe­r en londres cautivó al autor. Y ella misma dice que sintió que estaba ante la posibilida­d de tener el gran papel de su vida.

Se cavaron muchos metros en el teatro minskoff de Broadway para construir los ascensores de la gigantesca escenograf­ía que permitía que emergiera la mansión. Sólo el estreno de nueva York demandó 13 millones de dólares de inversión y se dice que esta obra estableció un récord de pérdidas en la historia del teatro comercial estadounid­ense. Aquel montaje sólo pudo recuperar el 80 por ciento de la inversión inicial. un cálculo de dinero errado ya que no fue un fracaso de público, mucho menos artístico. Poco más de dos años en cartel, con 977 funciones y lleno total en cada una, pero los inversores perdieron 20 millones de dólares y ésa fue la razón por la cual la bajaron de cartel. Por ese motivo, el creador de El

fantasma de la Ópera y Cats fue muy inteligent­e al reestrenar esta gran obra en una versión que no requirió de esos millones y respondió mucho más a un lenguaje teatral que al idioma del show business.

Sería ingrato (como los jurados de los premios Tony) no destacar a los actores que acompañaro­n en esta versión a glenn Close. el británico michael Xavier encarnó el rol protagónic­o masculino y lo entendió muchísimo mejor que sus antecesore­s. Actor de fuste y cantante sólido le dio a su joe gillis el carácter oportunist­a, pícaro y seductor de este gigoló. en la misma línea, completaro­n el elenco protagónic­o Fred johanson, inmenso actor y barítono sueco; la encantador­a intérprete inglesa Siobhan Dillon, y el simpático Preston Truman Boyd.

el 27 de diciembre se estrenará la versión española de Sunset Boulevard, con Paloma San Basilio en el papel principal, y se dice que el año próximo el productor lino Patalano la estrenaría en Buenos Aires con un elenco a confirmar, aunque el nombre que más resuena es el de Valeria lynch, bajo la dirección de Claudio Tolcachir.

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nyt El saludo final de este trabajo de la actriz que el crítico Bent Brantley calificó como una de las actuacione­s del siglo

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