La curiosa isla de Pájaros
Fue el escape perfecto. Vivía en Seychelles y tenía un libro con fotos de Bird Island que siempre me tentaba a ir.
Finalmente tuve unos días libres en el trabajo y me tomé ese avioncito donde íbamos sólo 8 pasajeros y volamos sobre el océano Índico hasta ver un puntito verde, un puntito que se va convirtiendo en árboles, arena y una pista de aterrizaje de pasto. Es todo.
Entre los árboles se encuentra el Bird Island Lodge, la única construcción de esa isla con sus bungalows de madera.
El concepto del lugar es preservar la naturaleza, su fauna y flora. Millones de pájaros de diversas especies llegan para anidar la isla a lo largo del año y, mis preferidas, las tortugas gigantes de Aldabra que me llegan por arriba de las rodillas, se pasean luciendo sus enormes caparazones y husmeando en las puertas de los bungalows en plena madrugada. Cangrejos de colores rarísimos observan mis pies hacer huellas en la arena intacta y tortugas marinas llegan a la orilla a depositar sus huevos mientras el equipo de conservacionistas protege los nidos. En el horizonte (y no tan lejos) se pueden ver familias de delfines a uno y otro lado de la isla.
Se usa únicamente energía solar y todas las comidas del EcoLodge son producidas en la isla con productos obtenidos de su propia huerta y de la pesca del día. Esta atendido por un personal compuesto únicamente por seychellenses muy bien capacitados tanto en el servicio como en el cuidado de la naturaleza del lugar.
Se llega en un vuelo diario de 30 minutos saliendo de Mahe. Este pequeño paraíso en el medio del océano concurrido por biólogos, fotógrafos y turistas, debería estar en la to do list de todos los amantes de la naturaleza para llenarse los ojos de cielos estrellados y compañías de especies coloridas que pareciera sólo existen en los libros.