Tevez divide a Boca
Su posible regreso de China no recibe un total respaldo: lo que tiene a favor y en contra
Dentro del cuerpo de Carlos Tevez conviven dos tipos de futbolistas. Si el que, en la teoría, vuelve a Boca a fin de año es el mismo que regresó en julio de 2015, sólo hay espacio para la ilusión y los grandes objetivos.
En aquel período, el Nº 10 asumió su rol protagónico, jugó infiltrado buena parte de esa campaña para eludir sus constantes dolores lumbares, sacó energías de dónde no tenía por la seguidilla de actividad (sus últimas vacaciones habían sido en julio de 2014) y condujo al conjunto que por entonces dirigía Rodolfo Arruabarrena a la doble corona, torneo local y Copa Argentina, con apenas cuatro días de diferencia.
Ya en la era Barros Schelotto, desde lo futbolístico, Tevez jamás mostró aquella versión. Como si el reposo hubiera sido perjudicial para su desempeño dentro de la cancha.
Sin embargo, supo mostrarse letal de tres cuartos de cancha en adelante, una vez que su juego se vio potenciado a mediados de noviembre del año pasado, cuando Fernando Gago regresó al equipo en un altísimo nivel. Su punto máximo de esplendor fue aquella gran actuación que se regaló frente a River, en el Monumental, la tarde en la que con dos goles suyos Boca ganó 4 a 2 y se trepó a la cima de las posiciones. “Me debía un partido así en un superclásico”, decía entonces. Desde lo mediático, hizo los deberes. Consciente de que su salida del club había sido muy desprolija (el cuerpo técnico y varios de sus compañeros se enteraron por Twitter que decidía emigrar a China), Carlitos aprovechó una entrevista reciente con TyC Sports para elogiar a sus ex compañeros y tirarle flores a la distancia a los entrenadores. Guillermo, inteligente, devolvió gentilezas la noche de la consagración: “Fue decisivo en esa seguidilla de clásicos que ganamos, porque marcaron al equipo para lo que vino después”. El Mellizo toma con pinzas la posibilidad de un nuevo retorno, pero deja en claro que quiere a ese Tevez y no al que se pidió licencia tras la derrota con Independiente del Valle.
Un Apache entusiasmado y comprometidocon la causa puede potenciara un equipo que supo adaptarse a su abrupta salida en la mitad del campeonato, y que terminó dando la vuelta olímpica sin él. En el campeonato que acaba de ganar, Boca sacó más puntos sin Tevez que con él. Fueron 26 con Carlos y 37 durante su ausencia. Y en el segundo semestre de 2016, sobre todo en las primeras 14 fechas del torneo, absolutamente todo giró en torno a lo que ocurría con el Apache.
Primero porque a días de que se inicie la pretemporada, era una incógnita si el Nº 10 seguía o no. “Firmé por tres años y no dudo en lo que firmé”, dijo entonces, después de 11 días de silencio, tras una licencia que se había pedido luego de la eliminación en la Libertadores.
Más allá de su gran tarde en el 4 a 2 a River, en el Monumental, la labor de Tevez durante todo 2016 fue discreta. Hubo apenas pinceladas de su clase (ante San Martín, en San Juan, o frente a Lanús, por la Copa Argentina), y muchas actuaciones que dejaron que desear. La más evidente: la de la noche de eliminación copera frente a Independiente del Valle, en la Bombonera. Ni siquiera se sintió con ánimos para patear el penal, que finalmente malogró Nicolás Lodeiro.
Pero más allá de lo físico y futbolístico, donde el preparador físico Javier Valdecantos tendrá mucho trabajo para ponerlo en ritmo de alta competencia luego de la experiencia en una liga menor, como lo es la china, hay aspectos que trascienden las fronteras del campo de juego.
Habituados a conducir planteles sin caciques, los Mellizos saben que, si el Apache vuelve, tendrán que ceder otra vez terreno en el liderazgo del grupo. También es una incógnita saber si este posible desembarco es, esta vez sí, con la llave del club. No es casual que Daniel Angelici haya retomado sus elogios a Ramón Wanchope Ábila, y que se haya reunido hace días con Adrián Ruocco, casualmente representante del ex Huracán y de Tevez.
Por último, no queda claro qué postura tomará el hincha de Boca ante este posible retorno. En la reciente vuelta olímpica, en la Bombonera nadie se acordó de él, y la herida por abandonar el club en la mitad del campeonato, sumada a las fuertes críticas a Juan Román Riquelme que hizo a la distancia, serán heridas que no se cicatrizarán de un modo tan sencillo.