LA NACION

Un documental rescata la historia de Pajarito Zaguri, pionero del rock nacional

La película de Pedro Otero retrata la vida singular del creador de Los Beatniks; se exhibe en el Gaumont

- Agencia Télam

La vida holgazana del músico y poeta Pajarito Zaguri, pionero del rock nacional y creador de bandas como Los Beatniks y La Barra de Chocolate, que se jactaba de no trabajar y de no haberlo hecho nunca en su vida, es rescatada por quien fuera su vecino, el cineasta Pedro otero, en el documental El mago de

los vagos, que tras pasar por varios festivales, se ve desde el jueves en el cine Gaumont y en el Malba.

el film registra íntimament­e los últimos meses de Pajarito (que falleció en 2013 a los 72 años y cuyo verdadero nombre era Alberto Ramón García) mientras sigue con su vida cotidiana: no hacer absolutame­nte nada más que tomar vino, toser todo el tiempo mientras fuma marihuana, conversar con fruición, hablar por teléfono con su hija y sus nietos y tocar semanalmen­te con su banda en un bar del under porteño.

“Rebelde me llama la gente, rebelde es mi corazón. soy libre y quieren hacerme esclavo de una tradición. Todo se hace por interés, porque este mundo es al revés. sí, todo esto hay que cambiar, siendo rebelde se puede empezar”, cantaba en “Rebelde”, primer simple de rock argentino que escribió con Moris en 1966 y estrenó con Los Beatniks sobre una camioneta, mientras recorrían la avenida Corrientes.

“Vivía como diógenes y no tenía más pertenenci­as que un suéter rojo, una campera de cuero y unos anteojos negros. sin embargo, él nunca se quejaba. Vivía muy contento, era muy simpático y fresco, y traté de que eso se vea en la película”, afirmó otero y recordó que cuando salían juntos de “parranda”, generalmen­te al día siguiente –en una muestra de inesperada energía– Zaguri era quien lo despertaba para seguir conversand­o.

en una entrevista con Télam, el cineasta sostuvo que su intención no era hacer una película biográfica, “sino tratar de entender los mecanismos de representa­ción del éxito y mostrar cómo él los contradecí­a. en esta época donde lo que más se rescata es la productivi­dad, esta película es un poco un elogio a la vagancia”.

“ser vago es muy difícil, y él se jactaba de no haber trabajado nunca en la vida. Ahora todos piensan que hay que producir todo el tiempo, pero él pensaba que también ser vago era un camino posible”, añadió otero, que eligió que la película llevara el título de una de sus canciones “porque hay que ser un mago para ser un vago, y él lo fue”.

el documental, que además de sus funciones diarias en el Gaumont se verá todos los viernes de julio en el Museo de Arte Latinoamer­icano de Buenos Aires, surgió a partir del encuentro casual entre el director y Pajarito Zaguri, padre no reconocido del rock argentino, que nunca se hizo famoso ni se preocupó por serlo, y que vivía en el departamen­to de abajo de otero, en el barrio porteño de Boedo.

“Yo no sabía quién era y sólo lo conocía por sus continuos ataques de tos, que eran tremendos. un día me tocó el timbre, me dijo que se había quedado sin luz y me pidió ayuda para arreglar los tapones. un rato después volvió y me regaló dos de sus discos, y me impresionó porque estaban muy buenos. Ahí empecé a preguntarm­e si era un psicópata mentiroso o si había inventado el rock”, recordó otero.

el director sostuvo que Pajarito solía decirle: “ser libre no es hacer lo que se te canta. ser libre es ser feliz y no tener mochilas cargadas en la espalda”; y señaló que “él eso lo vivía. Hay que aprender a bancarse eso, sobre todo nosotros que no estamos para nada acostumbra­dos a la carencia material. Él, sin embargo, no tenía problemas con no tener nada”.

“Me sorprendió mucho esa contradicc­ión, porque muchos tienen a los rockeros como famosos que están detrás de una vidriera, pero no los tienen en el departamen­to de abajo tosiendo y fumando porro todo el día. Me pareció que ahí había una película sobre qué pasa con un hombre que podría haber tenido otro destino más célebre”, destacó el director, que trabajó el guión junto con Lautaro núñez de Arco.

Para el cineasta, a diferencia de los rockeros famosos, Pajarito Zaguri “tenía algo particular, porque nunca se rescató, nunca se puso productivo ni murió de sobredosis. siguió siendo siempre el mismo vago que a sus 20 años. Y eso me interesaba mucho. nos juntábamos a charlar y a tomar vino dos o tres veces por semana, y así fue surgiendo la película”.

“sus contradicc­iones le dan cierta textura real y cierta simpatía, porque a él no le interesaba ser nada más que lo que era, y esa singularid­ad es la que trata de rescatar la película”, destacó otero, que recordó el paso de Pajarito Zaguri por bandas como Los Beatniks, Los náufragos y La Barra de Chocolate, entre varias otras.

“Como músico deja canciones muy lindas y como persona nos enseñó que no todo es ir hacia el éxito y la productivi­dad, sino también buscar y disfrutar el presente puro, la contemplac­ión y la posibilida­d de sacarse la mochila pesada de lo material. un poco le tocó y un poco lo eligió. eso era lo que me gustaba de él”, agregó.

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Télam Con Los Beatniks interpretó “Rebelde”, la primera canción de nuestro rock

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