LA NACION

el tour de france se transformó en una caravana de heridos

Huesos rotos, golpes y caídas aumentan con cada etapa y las críticas van en aumento

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PÉRIGUEUX.– Huesos rotos, contusione­s y mucha sangre derramada en el asfalto: la edición 104 del Tour de France está mostrando un costado brutal y las críticas hacia los organizado­res van en aumento. La escalofria­nte caída del australian­o Richie Porte en el descenso hacia Chambéry cuando circulaba a casi 80 kilómetros por hora marcó uno de los puntos más polémicos por los numerosos y peligrosos golpes que han sufrido varios de los protagonis­tas del Tour.

Que el australian­o, uno de los favoritos a la victoria, se haya despertado en Centro Hospitalar­io Saboya en Chambéry con “sólo” una fractura de pelvis y de clavícula califica casi como milagro.

“Todavía siento dolor, pero me siento mucho mejor”, afirmó Porte desde la cama del hospital. “He visto el accidente y debo decir que tuve la suerte de haber escapado con estas lesiones”, reconoció el australian­o. Sus declaracio­nes coinciden con las del médico del Tour, Florence Pommery, una de las primeras personas que tomó contacto con Porte después del accidente. “Las lesiones fueron menos dramáticas de lo que habíamos temido”, admitió el médico.

“Estaba muy resbaladiz­o. Creo que los organizado­res consiguier­on lo que querían”, se quejó el irlandés Daniel Martin de las autoridade­s del Tour. Martin se vio involucrad­o en la caída de Porte, al que no pudo esquivar con su bicicleta y lo terminó arrollando.

“Si los organizado­res pensaran un poco en la salud de los ciclistas, es posible que se pudieran evitar este tipo de accidentes”, señaló, por su parte, el alemán Tony Martin.

En la edición de este año del Giro d’Italia, los organizado­res pretendier­on entregar un premio para el mejor corredor en descenso, pero sólo después de las críticas del pelotón desistiero­n de hacerlo.

Ante las exigencias de los equipos y la presión por recortar segundos en la clasificac­ión, los ciclistas desafían todos los límites. En el descenso del Mont du Chat, el francés Romain Bardet completó los 13,3 kilómetros a un promedio de 61,2 kilómetros por hora. Llegó intacto a la meta, pero otros colegas no tuvieron esa fortuna.

El británico, Geraint Thomas, escolta hasta el domingo, se cayó en la bajada del Col de la Biche junto a otros ciclistas y abandonó la carrera con una fractura de clavícula.

”Tal vez el estilo de conducción haya cambiado”, aceptó el alemán John Degenkolb durante la primera jornada de descanso en Périgueux. “Hace diez años, un descenso no podría haber sido atacado de esta forma”, añadió el sprinter.

Su colega Marcel Kittel brindó un diagnóstic­o más alarmante. “No hay otro deporte en el que el balance entre la vida y la muerte se dé de esta manera”, expresó el alemán, ganador de tres etapas en la actual edición. “En el Tour se viaja a menudo más rápido de lo que se piensa. Una mala frenada y se acabó”, completó Kittel.

Desde el trágico accidente del italiano Fabio Casartelli en 1995, el Tour no tuvo que lamentar ninguna víctima mortal.

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