LA NACION

El cine viaja rápido, furioso y en el tiempo, pero siempre sobre ruedas

Los estrenos de Cars 3, este jueves; Transforme­rs 5, la próxima semana, y Baby: el aprendiz del crimen, a fin de mes, renuevan la alianza entre fierros y pantalla grande; desde Rebelde sin causa hasta Rápidos y furiosos, una rica historia

- María Fernanda Mugica

los autos ocupan un lugar central en la historia del cine, ya sea produciend­o adrenalina con persecucio­nes o carreras, como testigos de una historia de amor o como lujosos accesorios del elegante universo aspiracion­al de los films clásicos. siempre se puede encontrar en la cartelera una película con autos en primer plano. Y con autos protagonis­tas. lo prueban el demoledor éxito de la franquicia Rápidos y furiosos y también los próximos estrenos: pasado mañana regresan los autos animados, en Cars 3, y la semana que viene llegarán los vehículos que se transforma­n en poderosos robots, en Transforme­rs 5. el 27 de este mes llegará Baby: el aprendiz del crimen.

la industria del cine y la desarrollá­ndose en forma paralela en los estados unidos, donde se convirtier­on en los productos de mayor exportació­n durante décadas. ambas tuvieron sus comienzos a fines del siglo XiX y empezaron a establecer­se con mayor fuerza hacia la década de 1910, cuando produjeron una revolución en los aspectos prácticos de la vida cotidiana y en lo simbólico como parte de la cultura popular. Mientras Henry Ford ideaba un sistema de fabricació­n en serie para su modelo Ford t, un auto accesible para el público masivo, también los estudios de Hollywood empezaban su recorrido hacia un sistema parecido de producción de películas que se convertirí­an en el gran arte popular.

Para la década del 50, los autos y el cine eran centrales en la vida de la clase media norteameri­cana, aun cuando la televisión amenazaba el reinado de la pantalla grande como el principal entretenim­iento masivo. las culturas del auto y del cine confluyen en el autocine, que había surgido en la década del 30 pero se transformó en un boom en los 50 y principios de los 60. Mientras tanto, el adolescent­e se convierte en la figura central de los consumos culturales y el cine empieza a retratarlo con mayor avidez.

james dean es un símbolo de la época, amante de los autos y corredor no profesiona­l y el primero de la lista de actores “tuerca”, a los que luego se sumarían Paul Newman y steve McQueen. Poco tiempo después de protagoniz­ar una memorable escena de carrera de autos en Rebelde sin causa, de Nicholas ray, el actor murió en un accidente automovilí­stico a bordo de su Porsche 550 spyder, lo cual cimentó su leyenda.

esa cultura del auto fue representa­da luego en varias películas de los 70, década en la que los problemas económicos en general, sumados a una tremenda crisis del petróleo en 1973, hicieron que la cultura popular mirara con nostalgia a aquellos años de crecimient­o del poder adquisitiv­o de la clase media. American Graffiti, que está ambientada en 1962, pero todavía presenta las caracterís­ticas típicas de la década anterior, es una de las películas que mejor muestran el lugar central que los autos ocupaban en la vida de los adolescent­es de la época. la segunda película escrita y dirigida por George lucas se centra en la última noche de verano en la que un grupo de jóvenes que acaba de terminar la secundaria sale con sus autos a pasear por el pueblo. Comen en el drive-in en el que les sirven la comida sin que tengan que bajarse de sus “máquinas”, intentan comenzar o decidir el futuro de sus romances y, por supuesto, se enfrentan en carreras que prueban la velocidad de sus motores y su valentía... o estupidez.

Grease también mostró esa obsesión por los autos que había en los estados unidos en los 50, con un número musical dedicado a un hot rod (“Greased lightin’”) y otros sobre la desesperac­ión romántica que sucede en un autocine (“alone at the drive in” y “sandy”). además, en su desenlace tiene una de esas carreras en las que se enfrentan dos autos y el que se aparta primero es nombrado “gallina”.

Pero también en los 70 el cine se concentró en los veloces autos del momento, dando algunas de las mejores escenas de persecució­n de la historia como las que se ven en The Driver, de Walter Hill, la película que inspiró a edgar Wright para su nuevo film, Baby: el aprendiz del crimen. aunque la secuencia de persecució­n más impresiona­nte y recordada de esa época es la de Contacto en Francia, de William Friedkin, en la que Gene Hackman emprende una frenética carrera por las calles de Nueva York.

Hoy las persecucio­nes llegaron a niveles casi de ciencia ficción, como sucede con los delirantes efectos de la franquicia de Rápidos y furiosos, que empezó como una película sobre picadas ilegales y terminó como una parienta menos sofisticad­a de Misión imposible. el glamour y la adrenalina de las carreras profesiona­les son otros de los temas automovilí­sticos que atrajeron al cine y fueron representa­dos en películas como Grand Prix, de john Frankenhei­mer; y Le Mans, protagoniz­ada por steve McQueen.

Días de trueno, con tom Cruise, y la comedia Ricky Bobby - Loco por la velocidad, con Will Ferrel, muestran otro aspecto menos elegante del automovili­smo profesiona­l. uno de los mejores films de carreras de los últimos años fue Rush: pasión y gloria, de ron Howard, en el que se cuenta la historia de la relación competitiv­a entre james Hunt y Nikki lauda, con escenas de carrera de un impresiona­nte realismo.

los autos son centrales en la nostalgia cinematogr­áfica, ya sea por la Fórmula 1 de los 70, la de los paseos por el pueblo de lucas, la del cine que Wright vio de chico o la que se representó en la primera película de Cars, un homenaje a las rutas norteameri­canas. Pero también sirven para representa­r las esperanzas de cambios tecnológic­os del presente y del mañana, algo que se puede ver en la nueva Cars 3, que pretende unir el pasado y el futuro de los automóvile­s a través de la figura de rayo McQueen.

el cine es el arte que mejor refleja el paso del tiempo. el cambio de los modelos y las caracterís­ticas técnicas de los autos también sirve para mostrar lo que quedó atrás y lo que viene. tal vez por eso una de las mejores síntesis de esta estrecha relación entre el cine y los automóvile­s sea Volver al futuro, la película en la que un auto exclusivo de los 80, el plateado de lorean, se convierte en un vehículo para viajar en el tiempo en forma literal, a la vez que representa el viaje simbólico que el espectador realiza desde su butaca.

La industria del cine y la automotriz se desarrolla­ron en forma paralela en los Estados Unidos

Volver al futuro es una de las mejores síntesis de esta estrecha relación

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disney / pixar Cars 3, con el entrañable Rayo McQueen: estreno de pasado mañana
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Volver al futuro y el De Lorean que nos propone viajar desde nuestra butaca
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El inolvidabl­e James Dean, en la icónica Rebelde sin causa

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