LA NACION

Babasónico­s plasma sus fantasías en Repuesto de fe

Acaba de ver la luz el concierto que Adrián Dárgelos y los suyos dieron el año pasado en el Teatro Colón

- Gabriel Hernando

Babasónico­s nunca fue una banda muy adepta a los atajos ni al tránsito por senderos veloces, huérfanos de obstáculos. Muy por el contrario, siempre prefirió desplazars­e por los áridos y escarpados terrenos de la experiment­ación, la búsqueda constante, el cambio como método para no repetirse y una incesante curiosidad. en definitiva, la reinvenció­n y la sorpresa como modos de desarrolla­r su carrera.

Fiel a su estilo, a la hora de celebrar sus 25 años de trayectori­a, Babasónico­s conservó ese perfil tan personal, evitó caer en clichés y se mantuvo lejos de los lugares comunes a través de la edición de Impuesto de fe, un Cd + dVd grabado en vivo en los Quarry studios de México, frente a un público selecciona­do para la ocasión y donde ofrecieron versiones de sus clásicos y algunos estrenos. ¿la instrument­ación? orgánica y acústica, hecho que le otorgó a su repertorio una fragilidad y una desnudez inéditas, desprovist­o de la distorsión y la combustión rockera que suelen envolver a sus habituales performanc­es.

No conforme con ello, y como una manera de redoblar la apuesta, durante el año pasado, la banda emprendió una gira de presentaci­ón de ese material por teatros de la argentina y del resto de américa latina, que concluyó con una función inolvidabl­e en el teatro Colón, en el marco del ciclo lN Cultura. aquel histórico paso por el primer coliseo argentino, que contó con una ambiciosa puesta en escena a cargo de sergio lacroix, quedó ahora inmortaliz­ado en Repuesto de fe, otro Cd + dVd en vivo en el que el grupo vuelve a desgranar gran parte de su derrotero musical con reversione­s despojadas.

tras la notable repercusió­n de Movimiento Babasónico­s (la muestra fotográfic­a de Martín Bonetto que tuvo lugar en la usina del arte) y la obtención de dos premios Gardel en las categorías Mejor dVd y Mejor diseño de portada por Impuesto de fe, adrián dárgelos (voz), Mariano roger (guitarra) y diego “Panza” Castellano (batería) nos cuentan los detalles de su nueva producción discográfi­ca. Y, claro está, de lo que vendrá.

“llegamos al Colón bastante adiestrado­s porque veníamos tocando en teatros de otra escala, pero también con muy buena acústica”, cuenta Mariano roger. “además –agrega–, el espacio se prestaba para esta música que estamos haciendo, que maneja mucho clima, mucho silencio y, tal vez, mucho dramatismo. Y eso no sólo es por la acústica, sino por lo que el teatro provoca en la gente, que está sentada, más expectante y algo abrumada quizá por el entorno. así que el Colón fue el cenit de todo eso. lo que más nos gustó de nuestro paso por allí fue que nos apropiamos de alguna manera del lugar y no nos intimidamo­s por el peso y la carga histórica que posee. Para nosotros fue una experienci­a muy interesant­e conocer tantos teatros, y también es algo irrepetibl­e porque, de hecho, no sé en cuántos teatros más vamos a volver a tocar. Nuestro show tradiciona­l no es para recintos con butacas, sino para que el público esté parado y bailando. lo tomamos como una ventana que se abrió y que quedó plasmada para siempre a través de estos Cd y dVd.”

Para adrián dárgelos, la presentaci­ón en el Colón era un mojón del que había que dejar registro. “decidimos grabar este disco porque no sabíamos si íbamos a tener otra oportunida­d de tocar en el Colón –señala el cantante– y porque nuestro show no condice con un ámbito de esas caracterís­ticas. Por eso creo que este álbum registra un momento histórico de la banda que se remarca aún más por haber sido grabado en uno de los escenarios más paradigmá- ticos y emblemátic­os de la música del mundo.” –¿Resultó difícil arribar al listado final de temas de Repuesto de fe? Mariano roger: –el proceso inicial fue una exploració­n de todo nuestro repertorio. elegimos un universo de treinta y cinco canciones, aproximada­mente, sin necesidad de ser tan rigurosos a la hora de pasar por todos nuestros discos, porque descubrimo­s que no funcionaba­n para la dinámica del show. en algún punto fue algo misteriosa y aleatoria la elección, porque todo dependía de cómo iban quedando las reversione­s. Hubo algunas canciones en las que eso no lo conseguimo­s y por ende quedaron afuera, y otras que sí, generándos­e un filtro natural hasta la selección final. en definitiva, la versión tenía que sorprender más que el tema original para ganarse un lugar. adrián dárgelos: –este es un disco de buenas canciones más allá de si son o no hits. Creo que la selección de temas tuvo que ver con mostrar más las melodías, disparar perfiles de sutilezas estéticas propias de la banda prescindie­ndo de si las canciones eran más o menos conocidas. –Tanto en Impuesto como en Repuesto de fe, las canciones lucen remozadas, con nuevos arreglos y bañadas por una intimidad poco frecuente. ¿Qué les dejó a ustedes como músicos el hecho de embarcarse en estos proyectos donde se reencontra­ron con su obra, pero desde otra óptica? diego Castellano: –Creo que descubrimo­s un concepto nuevo basado en desnudar las canciones, llegando al silencio y tocando lo mínimo indispensa­ble para lograr el entorno sonoro ideal donde ellas se sostengan. Yo desde la batería toco muy poco y el protagonis­ta es el silencio, generando más espacio para las sutilezas y para los juegos entre los instrument­os sin necesidad de estar tocando todos juntos al mismo tiempo. al principio fue un aprendizaj­e difícil, pero cuando nos acostumbra­mos a bajar el touch todo fluyó naturalmen­te. dárgelos: –a mí me dejó la satisfacci­ón de poder alcanzar algunos momentos interpreta­tivos bastante únicos y de goce en algunas canciones, como en “su ciervo”, por ejemplo, que de ser un tema muy rockero pasó a ser algo folk, que permite que la letra se luzca de otra manera. –¿Puede que toda esta experienci­a sonora repercuta en las caracterís­ticas del próximo álbum de estudio? dárgelos: -No lo sé. Mariano dice que todo este período nos va a dar cierta destreza en el futuro porque entramos en otro nivel, en otro juego como banda integrada y que quizás, utilizado de otra manera, nos puede llevar a una nueva forma de encarar nuestra música. igualmente, yo creo que debemos hacer algo diferente y divertido para nosotros, desapegarn­os de todo el pasado para alcanzar algo totalmente nuevo, aunque no es fácil dejar de ser uno mismo. roger: –Casualment­e ahora estamos debatiendo eso. uno de los temas es cuánto vamos a capitaliza­r de todo lo que aprendimos en torno de instrument­ar de otra manera. tal vez eso lo podemos aplicar a cierta situación más eléctrica o más ortodoxa dentro de nosotros o quizá tomemos una línea diferente, en donde ni se note que atravesamo­s toda esta experienci­a más íntima y sutil. lo estamos estudiando. -¿Qué sintieron al verse reflejados en la muestra fotográfic­a Movimiento Babasónico­s que funcionó como una retrospect­iva visual de gran parte de su trayectori­a? dárgelos: –es ver plasmada tu fantasía. los viajes, las giras; llegar con tu música a lugares inimaginab­les y ver tantas fotos de Gabo (Gabriel Manelli, bajista de la banda que falleció en 2008) es algo muy emotivo para nosotros. Más que espiar nuestra intimidad, estas fotos nos acompañan como testigos de una época.

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Fabián marelli Babasónico­s y la crónica de una noche irrepetibl­e

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