LA NACION

Temer avanza con la ley de flexibilid­ad laboral y se hace fuerte en el Congreso

Logró que se apruebe uno de los pilares de su gobierno, justo cuando Diputados se está por expedir sobre la denuncia por corrupción

- Alberto Armendáriz CORRESPONS­AL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– Pese a los intentos de bloqueo de la oposición, el Senado brasileño aprobó anoche la nueva ley de flexibiliz­ación laboral, una victoria política importante para el presidente Michel Temer en momentos en que el jefe del Estado enfrenta una denuncia por corrupción que podría sacarlo del poder si es autorizada por la Cámara de Diputados.

La votación, con 50 sufragios a favor, 26 en contra y una abstención, estaba marcada para la mañana, pero durante ocho horas, un grupo de senadoras –Gleisi Hoffmann, nueva presidenta del Partido de los Trabajador­es, sus correligio­narias Fátima Bezerra y regina Sousa, y la comunista Vanessa Grazziotin– ocuparon el estrado del recinto y no permitiero­n que el titular del Senado, Eunicio Oliveira (del oficialist­a Partido del Movimiento Democrátic­o Brasileño, PMDB), se sentara para dar inicio a la sesión.

Ante la actitud de las senadoras, un frustrado Oliveira ordenó apagar la luz y el aire acondicion­ado del salón. Las mujeres no se movieron hasta caer la noche, cuando el debate finalmente empezó en medio de gran confusión.

Junto al congelamie­nto del gasto público (ya aprobado) y la modificaci­ón del sistema previsiona­l (aún en debate), la flexibiliz­ación laboral propuesta por Temer es una de las tres reformas considerad­as esenciales por el gobierno para sacar a Brasil de la recesión.

El impopular proyecto, que ya había tenido luz verde en la Cámara de Diputados, permite que los acuerdos negociados entre empleadore­s y trabajador­es tengan prioridad sobre las leyes actuales; asimismo, facilita la contrataci­ón de empleados temporales, y reduce las contribuci­ones obligatori­as a los sindicatos.

Temer quiere exhibir la aprobación de la flexibiliz­ación laboral como una demostraci­ón de su fuerza política en el Congreso, justo antes de que la Cámara de Diputados vote por autorizar o rechazar la denuncia por corrupción presentada en su contra por la Procuradur­ía General de la república, derivada del escándalo de sobornos del frigorífic­o JBS. La demanda está bajo análisis de la Comisión de Constituci­ón y Justicia de la Cámara y se espera que en los próximos días pase al plenario.

Para que la denuncia sea aprobada, y Temer sea apartado de su cargo por hasta 180 días y juzgado ante el Supremo Tribunal Federal, se requiere del voto de dos tercios de los diputados, es decir, 342 de un total de 513.

A fin de asegurarse el respaldo suficiente, el gobierno presionó a partidos aliados a cambiar sus representa­ntes en la comisión, y, además, la cúpula del PMDB advirtió ayer que sus miembros que voten a favor de la denuncia podrán ser castigados con la expulsión del partido. Eso pondría en aprietos al diputado Sergio Zveiter, relator de la causa en la comisión, quien anteayer recomendó el procesamie­nto de Temer.

Asimismo, el Palacio del Planalto evalúa hacer dimitir a los ministros del gabinete que tienen cargos de diputados para que regresen a sus bancas en la Cámara para blindar a Temer frente a la acción penal.

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