LA NACION

La jefa de los fiscales se defiende y busca respaldo regional

“Pretendier­on hacerme una maniobra de quiebre psicológic­o”, afirmó Gils Carbó a la nacion

- Paz Rodríguez Niell

La procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, sostiene que las acusacione­s por las que ayer pidieron su indagatori­a son de una “absoluta liviandad”. “Primero pretendier­on hacerme una maniobra de quiebre psicológic­o para que me fuera y ahora esto”, afirmó Gils Carbó, que ayer, en diálogo con la nacion, definió su caso como un “escándalo nacional que se suma a un escándalo regional”.

Según ella, a nivel regional “los procurador­es son asediados”.

Con este fundamento, Gils Carbó buscará hacerse fuerte rodeada por sus pares latinoamer­icanos.

Mañana, una decena de delegacion­es la visitará para una asamblea extraordin­aria de la Asociación Iberoameri­cana de Ministerio­s Públicos (Aiamp). “La Asociación Iberoameri­cana de Ministerio­s Públicos se convocó para defender la autonomía de los ministerio­s públicos. El detonante fue Venezuela, pero no es el único caso de asedio”, afirmó la jefa de los fiscales argentinos.

Según ella, el presidente de Brasil, Michel Temer, acusó al procurador de ese país, Rodrigo Janot, de actuar con espurias intencione­s políticas, y también atraviesan situacione­s complicada­s los jefes de los fiscales de República Dominicana y Perú.

Está previsto que en la reunión cada uno de los fiscales pueda exponer sobre su situación particular.

Según la procurador­a, muchos de los casos de sus colegas en conflicto tienen que ver con las investigac­iones del caso Odebretch.

Los argumentos

En cuanto a su situación en particular, Alejandra Gils Carbó afirmó: “Creo que este es un caso que desde el principio estuvo destinado a lograr este desenlace”.

La procurador­a cuestiona el inicio de la causa –un anónimo por debajo de la puerta–, dice que sobre la marcha se cambió la hipótesis que se investigab­a y que en su caso hay “una liviandad total en las acusacione­s”.

Gils Carbó está acusada de la compra irregular del edificio de la Procuració­n de Perón 667, donde tiene sus oficinas, una operación que ella suscribió y en la que se pagó una comisión millonaria a un hermano de un funcionari­o suyo.

Según el fiscal federal Eduardo Taiano, la licitación estuvo digitada y se montó con el solo objetivo de que la operación tuviera “apariencia de legalidad”.

De esa maniobra, afirmó el fiscal Taiano, Gils Carbó “participó activament­e”.

Anteayer, horas antes de que la nacion anunció que Taiano pediría su indagatori­a, la procurador­a fue entrevista­da en el programa La Inmensa Minoría, de radio Con Vos, y reconoció que hubo irregulari­dades en esta operación. Dijo que, por eso, había separado al funcionari­o involucrad­o (está suspendido con un proceso interno), pero afirmó que ella nada había tenido que ver.

El intermedia­rio de la operación, que cobró 3 millones de pesos como comisión, fue Juan Carlos Thill, hermano del funcionari­o de la Procuració­n Guillermo Bellingi.

“Creo que alguien pudo haber vendido una influencia que no tenía”, dijo ayer Gils Carbó a la nacion.

Según ella, la irregulari­dad no se detectó dentro de la Procuració­n “porque ganó el mejor precio”.

La asamblea extraordin­aria con los fiscales de la región será mañana por la mañana.

El lugar elegido para la reunión: el investigad­o edificio de Perón 667.

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