Detener los femicidios
Por tercera vez desde 2015, el 3 de junio pasado, en todo el país se concretaron marchas bajo la consigna “Ni una Menos” contra la violencia machista y en reclamo de políticas públicas que contribuyan a detener el aumento de los femicidios. Anteayer, cientos de estudiantes universitarias marcharon por el centro de La Plata para pedir justicia por la violenta muerte de María Emma Córdoba, asesinada por un vecino, en Punta Lara.
En general, la preocupante y siempre dolorosa habitualidad de atroces ataques contra mujeres registra que los victimarios son su pareja, ex pa- un amigo, un conocido o un familiar cercano.
Las cifras del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina hablan por sí solas: 8% de incremento de casos de femicidio el año pasado. De 225 muertes en 2014, se pasó a 235 en 2015, y a 254 en 2016, una mujer cada 35 horas. Fueron, al menos, 1400 asesinatos en los últimos cinco años, según registra la ONG La Casa del Encuentro, promotora de una ley ya aprobada que priva de la patria potestad a los condenados por femicidio o lesiones graves contra la madre o sus hijos, incluso en grado de tentativa, o por abuso infantil.
Con 90 femicidios, la provincia de Buenos Aires lidera las estadísticas, seguida por Córdoba (23), Mendoza (21), Santa Fe (18), la Capital (14), Salta, Jujuy y Entre Ríos, con 10 femicidios cada una, que dejaron al menos 244 hijos huérfanos.
La franja etaria de mayor vulnerabilidad está entre los 21 y 40 años.
La categoría de “crímenes pasionales” debe quedar de una buena vez erradicada, en tanto la irracionalidad y el dolor no pueden ya considerarse atenuantes para conductas inexcusables. Las decisiones judiciales son preponderantes. También, la cada vez más creciente condena social.