Cómo emprender sin pisar Buenos Aires
La otra liga de las startups
De Tucumán a Chubut pasando por Mendoza, Neuquén y Córdoba, en el interior se multiplican los proyectos que prueban que es posible desarrollarse lejos del ecosistema porteño
Un paro de colectivos en Córdoba a principios de 2012 dejó a una ciudad de 1,3 millones de personas sin poder estudiar, trabajar o ir al médico y a un joven de 26 años con una idea innovadora para mejorar el sistema de transporte. “La gente no se mueve tan libremente, pensé, y entendí que la manera mas eficiente, saludable y compacta para hacerlo era una bicicleta”, explicó a
Lucas Toledo, que hace un la nacion mes participó junto con otros 3000 emprendedores de todo el país de la Experiencia Endeavor en Córdoba. Lejos del ecosistema porteño y sin acceso a insumos básicos, Toledo se las arregló para construir un prototipo en seis meses con talento ciento por ciento cordobés. El proyecto lo llevó, junto con su equipo, a Nueva York y a California donde lanzaron una campaña en la plataforma de crowdfunding Kickstarter. Juntó un millón de dólares en preventa, con 400 bicis adquiridas antes de fabricarse. El MIT lo reconoció como uno de los 10 jóvenes más innovadores de 2016 y un premio de UPS le permitió el armado de la logística para comenzar a producir en China.
La historia de Toledo en el último tiempo dejó de ser una excepción. Hasta hace poco, si un producto argentino quería recorrer el mundo, primero debía pasar por Buenos Aires. Hoy, la economía del conocimiento y la tecnología digital permiten que no sea una condición necesaria, lo que no quita que emprender desde el interior no implique dificultades extra.
Para María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina, existen dos tipos de barreras para lanzar un proyecto en el interior. “Por un lado están las barreras físicas, como la escasez de actores locales en el ámbito público, privado y educativo que fomenten la creación de empresas”, explica la especialista, que también destaca la existencia de lo que define como “barreras mentales”. “Pensar que todo pasa por las ciudades centrales termina desmotivando y por eso cuando uno recorre el interior cuesta encontrar emprendedores que piensen de manera global”, señala Bearzi.
Sergio Postigo, profesor de la Universidad de San Andrés, con más de 25 años de experiencia en
entrepreneurship, por su parte, explica que no todas son desventajas a la hora de iniciar un proyecto lejos de Buenos Aires. “Emprender desde el interior es un poco más complejo, se está lejos de los centros de toma de decisiones y es más difícil desarrollar las redes de contactos necesarias para iniciar un proyecto; además de la falta de mano de obra calificada y la ausencia de ejemplos como inspiración. pero también hay algunas ventajas: En comunidades chicas es más fácil relacionarse y aprovechar ventajas geográficas”, explica.
Postigo además destaca que es necesario dejar de pensar en el interior como un bloque. “Muchas veces se comete el error de mirar al interior como un solo bloque cuando hay realidades muy distintas. No es lo mismo Córdoba, que cuenta con un ecosistema emprendedor muy desarrollado, que otra provincia en la que el empleo público constituye la principal fuente de trabajo y carece de una cultura emprendedora”, concluyó el experto.