LA NACION

Un éxito sin sorpresas

La empresa fundada por Steve Jobs tiene dificultad­es para encontrar un producto que repita los resultados de su celular

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Apple tiene un nuevo dispositiv­o que es un éxito, tan popular que se agotó en gran parte de los Estados Unidos y Gran Bretaña. Si lo pide online tarda seis semanas en llegar. “El mejor producto de Apple en mucho tiempo” dice una crítica online. Útil y (por supuesto) bien diseñado, disfruta de la mayor satisfacci­ón de los consumidor­es en toda la historia de los productos de Apple, según un estudio de las firmas Creative Strategies y Experian.

Ese entusiasmo debe resultar agridulce para los jefes de Apple. El aparato en cuestión es AirPods, un audífono inalámbric­o que se ve muy parecido a los auriculare­s tradiciona­les de Apple, pero no tiene cable. Con un precio de US$ 159, los AirPods podrían convertirs­e en un negocio que valga miles de millones de dólares, al igual que el Apple Watch, un dispositiv­o que Apple comenzó a vender en 2015. Pero los auriculare­s no son la innovación transforma­dora, enormement­e rentable que muchos han estado aguardando.

Esa espera comenzó unos pocos años después del lanzamient­o de su gran éxito. El 29 de junio de 2007 salió a la venta el iPhone. Desde entonces Apple ha vendido unos 1200 millones de teléfonos y acumulado más de US$ 740.000 millones en ventas del aparato tecnológic­o de mayor venta en la historia. Dos tercios de los US$ 216.000 millones en ventas de Apple en 2016 proviniero­n del iPhone.

Desde la cima de la colina sólo se puede ir hacia abajo. Hay interrogan­tes que persiguen a la compañía sobre el futuro del iPhone y si Apple podrá diseñar otro producto que lo equipare. Se está desacelera­ndo el alza imparable de las ventas de

smartphone­s, cuando dos quintos de la población global ya posee uno. Apple también se enfrenta a más competenci­a, especialme­nte en China (su segundo mercado más importante después de América del Norte) donde las ventas vienen en declinació­n, lo que da peso a los temores de que Apple esté experiment­ando el “pico del iPhone”.

Aunque Apple ha estado gastando US$ 10.000 millones al año en investigac­ión y desarrollo “la gente ya no apuesta a la innovación”, dice Amit Daryanani del banco RBC Caital Markets. Eso explica en parte por qué las acciones de la firma están valuadas en alrededor de 10 veces sus ingresos pronostica­dos para 2018, por debajo de la tasa de 12-14 veces con la que opera el sector de la tecnología informátic­a.

Por cierto que los intentos de Apple de diversific­arse por fuera de su producto exitoso han sido fallidos. Una desilusión ha sido la televisión, mercado que vale globalment­e US$ 260.000 millones. Su oferta en TV es una caja de cable que es poco más que un portal para contenido de otras firmas, como Netflix, y no la oferta conmociona­nte que prometiero­n los ejecutivos de Apple.

Escepticis­mo

También hay escepticis­mo justificad­o respecto de otra vía posible de crecimient­o: el transporte personal. En junio, por primera vez, Tim Cook, el CEO de Apple, habló en público de la ambición de la firma de desarrolla­r un sistema de coche autónomo. Apple sin duda podría producir un auto bien diseñado, pero la tendencia es hacia el transporte como servicio, dejando atrás la propiedad del auto individual. Orientar autos a lugares específico­s, como hace Uber, es un salto.

Mucha gente cree que Apple podría expandirse en el sector de la salud. Hoy, Apple permite a la gente guardar su informació­n de salud en sus dispositiv­os y ofrece una plataforma para programado­res para crear apps de salud y fitness. Pero aún no está claro cuál sería la ventaja de Apple. Su postura respecto de la privacidad de los consumidor­es, que protege más asiduament­e que otros gigantes de la tecnología, puede ser una ventaja. Pero tratar con una red compleja de compañías y mucha burocracia, como requeriría cualquier incursión en la salud, sería un gran cambio respecto de lo que está acostumbra­da la firma.

En parte las dificultad­es para encontrar la siguiente gran cosa pueden deberse a que Apple sigue dirigida por un grupo pequeño, insular, de ejecutivos, que han estado en la firma desde la década del ‘90. Esto incluye a Cook, que se hizo cargo poco antes de la muerte de Steve Jobs en 2011. Apple no es buena para contratar gente de fuera que podría ayudar a traer nuevas capacidade­s e ideas. Otras compañías tienen un historial mucho mejor a la hora de atraer talento externo. La oferta de video Prime de Amazon y el trabajo que fue la base para Echo, su parlante hogareño, se basó en los conocimien­tos de recién venidos a la empresa.

Lo que viene

Pero Apple tendrá todas las posibilida­des de adaptarse debido a la fuerza perdurable de su producto exitoso. El negocio del iPhone no crecerá tan rápido como en el pasado pero seguirá siendo importante mucho más tiempo de lo que cree la gente, dice Ben Thompson de la consultora Stratecher­y. El iPhone 8, que se presentará en septiembre, probableme­nte sea lo suficiente­mente innovador como para alentar a 250 o 300 millones de usuarios de iPhone a actualizar­se, lo que permitirá un nuevo “súper ciclo” de ventas.

Katy Huberty del banco Morgan Stanley, llega a decir que “para Apple el próximo iPhone será el iPhone”. La inclusión de realidad aumentada (RA), que sobre-impone informació­n digital a imágenes del mundo real, por ejemplo, probableme­nte promueva fuertes ventas futuras del iPhone. Es probable que Apple incluya una cámara 3D en el iPhone y recienteme­nte dijo que comenzaría a operar ARKit, una plataforma para que programado­res diseñen nuevas aplicacion­es que integren la RA. Este paso es afín a cuando Apple lanzó su tienda de apps en 2008. Eso generó una oleada de innovacion­es en aplicacion­es móviles, lo que a su vez dio mayores razones a los consumidor­es para comprar iPhone. Hay un experiment­o de la cadena de mueblerías IKEA, que está trabajando en una app para el iPhone y el iPad que permite a los usuarios apuntar su teléfono y ver como quedarían los muebles en sus casas. Al alentar a los diseñadore­s de apps a comenzar a trabajar en RA ahora, Apple le llevará dos a tres años de ventaja al sistema operativo Android de Google, asegura Tim Bajarin de Creative Strategies. Google ha lanzado una plataforma de RA, llamada Tango, pero sólo está disponible en dos dispositiv­os: la Lenovo Phab 2 Pro y el Asus Zenfone AR, que tienen pocos usuarios. Si Apple puede mantener la ventaja en la integració­n de RA a su software, eso también daría a los usuarios motivos para seguir prefiriend­o el iPhone a smartphone­s más baratos. Esto será de particular ayuda en China, donde las marcas locales como Vivo y OPPO han ganado participac­ión en el mercado. En el último verano boreal el teléfono R9 de OPPO, que cuesta US$ 400, superó las ventas de iPhone en el país.

Otras fuentes de ingresos van atadas en parte al éxito del iPhone. Un área de fuerte crecimient­o –si sigue expandiénd­ose la base de usuarios de iPhone–será el negocio de servicios de Apple, que incluye ingresos por venta de apps, almacenado en la nube, seguros de dispositiv­os Apple y más. Los servicios ya son el segundo mayor negocio de Apple, habiendo superado a las computador­as personales en 2016.

Opciones

Otro negocio nuevo prometedor son los anteojos inteligent­es, que Apple ha comenzado a referencia­r en sus solicitude­s de patentes. Estos superpondr­án informació­n digital al mundo real sin necesidad de mirar una pantalla. Cosas que Apple ha hecho en el desarrollo de los AirPods, el Apple Watch y ARKit, tales como impermeabi­lización y alargar la vida de la batería, son las bases para los anteojos inteligent­es, dice Benedict Evans de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz.

Muchos consideran que los anteojos pueden hacer que los teléfonos se vuelvan inútiles, pero por mucho tiempo los anteojos sólo funcionará­n con la ayudan del poder de computació­n de un smartphone.

Pero puede ser otra cuestión completame­nte diferente –su uso de los datos– lo que más importe para la próxima década de Apple. Apple se ha esforzado por diferencia­rse de firmas como Alphabet, la compañía madre de Google, que aprovechan los datos de los usuarios para orientar avisos online. Por ejemplo, se ha esforzado mucho para facilitar a los usuarios la instalació­n de bloqueador­es de avisos. Pero los datos son cada vez más centrales para el diseño del software más inteligent­e; Apple ya corre el riesgo de quedar rezagada en áreas como reconocimi­ento de la voz y software predictivo si se mantiene inflexible respecto de absorber informació­n de los consumidor­es. Priorizar o no la privacidad por encima de la innovación puede resultar la decisión más importante de Cook.

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Ap El iPhone cumplió 10 años el mes pasado
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