La coreógrafa española Blanca Li ofrecerá mañana una experiencia inusual en el hall del Teatro San Martín
La revulsiva coreógrafa francohispana mañana hará una infrecuente experiencia de baile
En españa es conocida la dinastía de los Gutiérrez, que arrancó en Granada y luego alcanzó otras latitudes. son siete hermanos, y una de ellos, Blanca, reemplazó el apellido original por el de su compañero, el matemático francés étienne li, “porque Gutiérrez tiene muchas erres y no es fácil de pronunciar en el extranjero”, explica ella, la multifacética Blanca li.
la coreógrafa llegó de París para celebrar la Fiesta Nacional de Francia mediante el despliegue de una experiencia singular; en el hall del Teatro san Martín mañana “orquestará” un Gran Baile: enseñará sencillos pasos de una coreografía a público con ganas de moverse, con la mediación de 120 asistentes coreográficos y la participación del dj dr. Trincado.
¿cómo hizo la magra y vivaz Blanca para ostentar, a los 53 años y vaya dónde vaya, un perfil casi legendario? entre otras aventuras, coreografió para Beyoncé y Paul Mccartney, participó de un film de Almodóvar, dirigió cine, creó su propia compañía y llenó el New York city center con su pieza Diosas y demonias en dúo con una bailarina del Bolshoi. esta andaluza aguerrida, tiene su lado revulsivo; así la conocimos en 1998, montando un formidable espectáculo en Nancy, la ópera Un tango pour M. Lautrec, de los argentinos jorge Zulueta y jacobo romano. –Trabajaste en Berlín, en Andalucía, en Marrakesh y en Nueva York, pero vivís en París. ¿Con qué cultura te identificás más? –Pues no sé, ya tengo un lío de culturas. No te puedo decir, porque viajo todo el tiempo y en todos lados me siento bien; paso de una cultura a otra y es lo que más me divierte. claro que mis raíces españolas son muy fuertes y eso no se puede disimular… –Pero como artista te perfilás como francesa...
–sí, porque Francia me ha dado mucho y siempre me he movido acompañada por instituciones francesas. dejé españa porque allí no había mucho para hacer en materia de danza contemporánea. Así es que ahora tengo doble cultura pero no me importa para nada que consideren “francesa” a mi compañía, porque Francia me ayudó a sostenerla. –En el Théâtre de Chaillot, tu sede en París, hiciste una experiencia parecida a la que ahora desplegarás en el San Martín. ¿Cómo responden los participantes? –súper bien: ¿a quién no le gusta bailar? es lindo provocar el movimiento para libe- rar. eso sí, no como se baila en una disco sino con ciertas pautas: he viajado con dos bailarines de mi compañía que están enseñando a la gente unos pasos que deben ensayarse antes, cosas muy sencillas, como si fuera una clase. –Continuás manteniendo tu compañía, entonces.
–sí, y ya cumplió 24 años. es independiente, pero funcionamos en coproducciones con el Théâtre de chaillot. –Siempre fuiste contundente en la defensa de los valores femeninos. ¿Sentís que tus creaciones están reivindicando el rol de la mujer en el mundo globalizado? –sí, porque la paridad es un tema importante, lo que más me preocupa, y hace tiempo que debería ser un hecho consumado. con mi hermana chus Gutiérrez habíamos formado un grupo de chicas iconoclastas, en Nueva York; éramos muy transgresoras, pero de modo distinto de lo que se ve hoy en día, cuando tantas mujeres pretenden ser sex symbols y al final se convierten en un clisé. ser la mujer que quieres ser y afirmarte en tu profesión es algo a lo que pocas aspiran, y así hoy la mujer es más “objeto” que antes. estamos lejos, aun, de lograr la paridad.