Vuelta al mundo con una bicicleta eléctrica
Cuando el paro de transportes en Córdoba dejó a la ciudad inmovilizada, Lucas Toledo se sintió preso del sistema. “La gente no se mueve tan libremente, pensé, y me puse a investigar la problemática de transporte en ciudades congestionadas. Descubrí que la respuesta más eficiente, saludable, ecológica y compacta de moverse es, simplemente, una bicicleta”, dijo. Y agregó que había espacio para crecer porque la herramienta no se actualiza desde su creación hace 200 años. Augustinoy y Sevillia, además de complementar sus habilidades, eran amigos antes de asociarse.
Primeros pasos: obtuvieron un subsidio del ministerio de Ciencia y Tecnología de la nación de $ 140.000 y un premio de $ 50.000 por innovación de la provincia de Córdoba.
Talento local: el primer prototipo se armó con talento 100% cordobés; aún con todas las dificultades de conseguir los insumos necesarios. Fondeo en dólares de muchos bolsillos: “Llegamos sin un centavo a la primer campaña de Kickstarter, una plataforma de crowdfunding, estábamos crocantes de secos”, recordó Toledo. Después de utilizar el sistema para validar el producto, (eligieron un objetivo ridículo y aún así mucha gente lo quería) volvieron a intentar. Con una meta de recaudación de US$ 75.000 completaron los pedidos en menos de cinco horas. Juntaron un millón de dólares en preventa, con 400 bicis adquiridas antes de fabricarse. El MIT lo reconoció como uno de los 10 jóvenes más innovadores de 2016 y un premio de UPS le permitió el armado de la logística para exportar a 44 países.