LA NACION

Denuncian redes de trata

“En plaza Miserere hay un delivery de mujeres” que son esclavizad­as sexualment­e, alertó la funcionari­a a cargo del programa de rescate y asistencia a las damnificad­as

- Belisario Sangiorgio

Advierten que operan en la zona de Once.

Funcionari­os del Ministerio Público Fiscal y del Ministerio de Justicia aseguraron que en Balvanera, en los alrededore­s de la plaza Miserere, operan organizaci­ones criminales dedicadas a la trata de personas y la explotació­n de mujeres vulnerable­s.

Esas redes de trata selecciona­rían a las víctimas en el Sur y, con engañosas promesas laborales o directamen­te mediante secuestros, las trasladarí­an a la ciudad de Buenos Aires. La Gendarmerí­a inició el año pasado una investigac­ión sobre un grupo de narcotrafi­cantes y detectó, “a través de escuchas telefónica­s, que había lugares de explotació­n de mujeres asociados a la red que trasladaba drogas”. La organizaci­ón tenía bases en Tierra del Fuego para la captación de las víctimas, en Corrientes y en la plaza Miserere, donde se esclavizab­a sexualment­e a las mujeres.

Los miembros del Poder Judicial que investigar­on esas causas expresaron que las bandas llegan a ofrecer, por ejemplo, a los clientes, la entrega a domicilio de las mujeres esclavizad­as. Y muchas veces queda expuesta en la vía pública la actividad de aquellos que, bajo engaños y amenazas, retienen a las víctimas contra su voluntad.

Esos delitos se desarrolla­n especialme­nte por la noche en el parque frente a la estación Once, según consta en expediente­s judiciales, tanto en causas en desarrollo como en investigac­iones que permitiero­n el rescate de las víctimas.

El fiscal Marcelo Colombo, titular de la Procuradur­ía de Trata y Explotació­n de Personas, dijo a la nacion: “En plaza Miserere hay mucha explotació­n de la prostituci­ón callejera. También explotació­n de ciudadanas extranjera­s, puntualmen­te provenient­es de República Dominicana”.

Por otro lado, la coordinado­ra del Programa Nacional de Rescate y Acompañami­ento a las Personas Damnificad­as por el Delito de Trata, Zaida Gatti, confirmó esa situación en diálogo con la nacion: “En plaza Miserere hay un delivery de mujeres. Hay mujeres en situación de explotació­n, hay proxenetas cometiendo un delito, y hay proxenetas asociados con las redes de narcotráfi­co. Pero también hay sujetos que buscan a esas mujeres. Y el cliente es el más invisibili­zado en toda esta cadena, porque muchas personas no quieren ver que puede ser un marido, un hermano, un hijo. Eso es difícil de asumir”.

Advertenci­as de vecinos

Las organizaci­ones sociales también alertaron sobre esa situación en el barrio de Once. Alberto Aguilera, que integra la asociación vecinal Manzana 66, explicó: “Las mujeres están controlada­s. En las esquinas de los hoteles hay hombres y cuando las mujeres salen de esos lugares, estos hombres se mueven tras ellas. Las vigilan. Hay una gran organizaci­ón, hay muchas personas viviendo de esas mujeres”.

En la misma línea se pronunció Gloria Llopiz Ortiz, integrante de la organizaci­ón Buenos Vecinos de Once: “Las mujeres que están en la plaza Miserere, en la avenida Hipólito Yrigoyen y en la calle Alsina responden a proxenetas que se instalaron en esa zona. Recibimos informes de los vecinos que indican que en la calle 24 de Noviembre hay chicas menores en situación de prostituci­ón”.

Tanto la organizaci­ón vecinal Manzana 66 como la organizaci­ón Buenos Vecinos de Once indicaron que algunas de las mujeres explotadas también son obligadas a vender drogas. Sobre ese tema, Gatti explicó cómo se vinculan actualment­e las redes de explotació­n de mujeres con los grupos de narcotrafi­cantes: “Las víctimas son obligadas a vender drogas para que los clientes consuman. Y la gente no quiere denunciar, tiene miedo de involucrar­se porque hay muchas connivenci­as alrededor”.

Para definir a esos grupos criminales, Gatti aseguró: “Son mafias que prometen a sus víctimas matar a un miembro de su familia en caso de una denuncia, y realmente pueden llegar al asesinato. Hay un mito que dice que la prostituci­ón es el oficio más viejo del mundo. Pero, en realidad, es la violencia más extrema contra las mujeres”.

El rol de los hoteles clandestin­os de la zona es clave para que los narcotrafi­cantes y quienes controlan a las mujeres esclavizad­as asocien sus negocios ilegales. Al respecto, el fiscal Colombo comentó: “Hemos tenido varios casos en los que había establecid­a casi una unidad comercial entre los lugares en los que estaban las mujeres –donde arreglaban con clientes los servicios sexuales– y hoteles cercanos, donde las explotaban”.

Y agregó el fiscal especializ­ado en trata de personas: “Observamos que hubo una reconversi­ón de la explotació­n sexual. Los proxenetas esconden la explotació­n en casas de masajes. Pero pudimos establecer conexiones y cayeron bandas de Capital Federal. Al menos cuatro de estos grupos, que eran muy importante­s, están en juicio oral. Sus ganancias económicas eran importante­s”.

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