LA NACION

Peña no calmó la ansiedad de los industrial­es: les dijo que hay paridad en la provincia

Ante la cúpula de la UIA, el jefe de Gabinete expuso sus cálculos electorale­s y pidió apoyo; le dieron un panorama alentador

- Francisco Olivera LA NACION

Era natural que la primera pregunta no fuera económica, sino política. No hay nada que esté desvelando tanto a la mayor parte de los empresario­s argentinos como las elecciones. Por eso ayer, apenas Marcos Peña, jefe de Gabinete, terminó de presentars­e ante la Unión Industrial Argentina (UIA) y de exponer lo que se proponía hacer el Gobierno, Miguel Acevedo, presidente de la entidad anfitriona, le dio la bienvenida con la pregunta del millón: ¿cómo cree que le irá al Gobierno en las elecciones?

No sobreactua­ba. Por una vez, los hombres de negocios sienten que sus objetivos coinciden con los de Mauricio Macri. Un poco porque enfrente está Cristina Kirchner, la encarnació­n de lo que consideran populismo, y porque la industria da señales de recuperaci­ón después de cinco años.

Peña había ido acompañado por el vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui, uno de sus laderos económicos, y por Eduardo Boccardo, colaborado­r de confianza. Y decidió explayarse: dijo que Cambiemos era ya una fuerza nacional, que estaba en condicione­s de ganar en cinco de los distritos más importante­s del país, incluido San Luis; que confiaba en la posibilida­d de un triunfo nacional, y que en la provincia de Buenos Aires existía por el momento, según las encuestas, una situación de “paridad”. Aunque de todos modos, él no recomendab­a creer todavía demasiado en los sondeos.

El oficialism­o puede imponerse en al menos un centenar de los 135 municipios bonaerense­s, pronosticó, aunque agregó que no eran lo mismo Quilmes o Lanús, donde espera más votos, que La Matanza o Berazategu­i. Recordó, no obstante, que el macrismo estaba mucho mejor allí ahora que en la campaña de 2015, cuando ni siquiera se conocía a quien sería la gobernador­a.

Había arrancado con un sinceramie­nto sobre la mayor preocupaci­ón empresaria­l: el rojo de las cuentas públicas, origen de la presión impositiva. El país está navegando con un alto déficit fiscal, admitió, pero definió la situación como transitori­a.

Lopetegui buscó después empatía con su situación personal. Les recordó que él también era industrial y que había creado una empresa láctea que sufrió a Guillermo Moreno, cuando el ex secretario de Comercio Interior cortó en 2008 la exportació­n de quesos, y anticipó que el Gobierno invertiría en los próximos meses en obras relevantes de infraestru­ctura, como la línea ferroviari­a de cargas del San Martín, que une Buenos Aires con Mendoza.

Los ejecutivos valoraron esos gestos. Y uno por uno, sentados a la mesa, fueron describien­do cómo estaba cada sector.

La mayoría trazó un panorama alentador, aunque hubo cuestionam­ientos porque la actividad sigue siendo dispar. Luis Betnaza (Techint), por ejemplo, dijo que el sector siderúrgic­o estaba ya entre 3 y 3,2% arriba, con mucha demanda desde sectores como la obra pública o la línea blanca de electrodom­ésticos, pero que aguardaba todavía una mejora en las fábricas automotric­es. Para el segundo semestre, proyectó, ellos esperan un aumento de entre 20 y 23 por ciento.

El más eufórico fue Roberto Arano, azucarero, que agradeció las medidas aplicadas para el biodiésel y los limones: ambas, a su juicio, han permitido una reactivaci­ón importante en la provincia de Tucumán.

Miguel Ángel Rodríguez, de Sinteplast, expuso en cambio algunos contrastes: hay fábricas que están bien y otras mal, pero el rubro en general está repuntando, describió.

El más crítico fue Alberto Sellaro, fabricante de calzado, que se quejó del aumento de las importacio­nes. Marcas como Puma, dijo, que antes fabricaban todo en el país, compran ahora sus productos afuera, y Nike y Adidas se han convertido directamen­te en ensamblado­ras. Un reclamo parecido al del textil Luis Tendlarz, de la Unión Industrial de Catamarca, con la caída en ese sector, o el de Pedro Reyna, fabricante de muebles, con la incursión de los supermerca­dos en la venta de esos productos.

El entrerrian­o Roberto Motta insistió en la necesidad de la infraestru­ctura: la lentitud de la obra pública en esa zona, donde es muy relevante lo que pase con el puente Paraná-Santa Fe, conspira contra la competitiv­idad de las empresas.

Los funcionari­os atendieron cada situación. Y, sobre el final, Peña les deslizó un mensaje: el Gobierno podrá disentir con ellos en los tiempos o en las formas, pero los objetivos son los mismos; el desarrollo de todas las ramas de la industria, y sería bueno que los empresario­s hicieran explícita esa coincidenc­ia. Les propuso entonces que tuvieran en adelante una “voz pública” institucio­nal. Ninguno de los presentes, todos ellos habituados a recibir pedidos de respaldo a los gritos en los últimos quince años, podría negarse jamás a un requerimie­nto tan sutil.

 ?? Uia ?? Betnaza, Acevedo, Peña, Lopetegui y Álvarez Saavedra, ayer en la UIA
Uia Betnaza, Acevedo, Peña, Lopetegui y Álvarez Saavedra, ayer en la UIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina