EE.UU. se une en una cruzada para enfrentar la destrucción de Harvey
Los operativos de rescate, que se extenderán durante días, reclutaron más de 450.000 voluntarios para asistir a los damnificados del huracán; hay 38 muertos
WASHINGTON.– Harvey, el huracán que dejó bajo el agua el sur de Texas, ha forzado a un inédito operativo de rescate de las autoridades para salvar gente de las inundaciones, y demandará un titánico esfuerzo de recuperación que superaría al de Katrina y Sandy.
Las agencias federales de Estados Unidos, autoridades estatales y locales, organizaciones civiles y voluntarios, en helicópteros, lanchas y botes aún rescataban ayer gente de casas, automóviles, techos, hospitales y asilos, en una cruzada que, por su magnitud y duración, eludía cualquier antecedente.
En Texas, las inundaciones se extendían a lo largo de una franja de más de 500 kilómetros –una distancia similar a la que separa Buenos Aires de Santa Fe– entre Corpus Christi, al sudoeste de Houston, y Beaumont y Port Arthur, dos ciudades que también quedaron bajo el agua durante la noche del martes, cuando Harvey aún descargaba agua y llevaba su devastación hacia el sur de Luisiana.
“Aún no ha pasado lo peor”, afirmó ayer el gobernador de Texas, Greg Abbott, al llevar la atención a las comunidades en la frontera con Luisiana, donde el servicio meteorológico nacional alertó sobre “inundaciones catastróficas y potencialmente mortales”.
“El tamaño de la población y la zona afectada por la huracán y las inundaciones son más grandes que Katrina, más grandes que Sandy”, advirtió Abbott.
Hasta ayer, Harvey era responsable, directa o indirectamente, de la muerte de al menos 38 personas, según la última cifra oficial. Aún se desconocía cuántas personas habían quedado atrapadas en el agua. Más de 32.000 ya habían logrado refugiarse en más de 230 albergues, y decenas de miles habían sido desplazadas de sus casas.
El sol llevó algo de alivio a Houston, la cuarta ciudad en tamaño del país, devenida en un archipiélago tras ser azotada, durante cinco días, por el diluvio más copioso jamás registrado en el territorio continental de Estados Unidos, que volcó un volumen de agua similar al de las lluvias de todo un año.
“Nos convertimos en un océano”, graficó ayer la congresista Sheila Jackson Lee, cuyo distrito recorre gran parte de la ciudad.
Las autoridades federales se preocuparon por remarcar ayer que todos los operativos de rescate durarán varios días. A estas alturas de una tormenta –el sexto día– los esfuerzos para asistir a personas afectadas suelen estar avanzados, pero, dados la duración y el al- cance que tuvo Harvey, las tareas de rescate y de primeros auxilios continuaban aún en la fase de “respuesta de emergencia”. El operativo incluía, por ahora, a la Guardia Nacional, la Guardia Costera, agentes fronterizos y agentes estatales y locales.
“Continuaremos con la misión de preservar y salvar vidas durante los próximos días, y después nos moveremos a la recuperación de la zona”, dijo en Washington la secretaria interina de Seguridad Interior, Elaine Duke. Un instante después, el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, según sus siglas en inglés), Brock Long, insistió: “La misión ahora es muy clara. Estamos enfocados en salvar y sostener vidas [...] La misión para mantener vidas es enorme. Y va a crecer”.
El Pentágono tenía listas unas 30.000 tropas de la Guardia Nacional para ser desplegadas y responder a la catástrofe, indicó el director de Operaciones Domésticas de la Guardia Nacional, el general James C. Witham. Abbott dijo que ya había 24.000 tropas de la Guardia Nacional desplegadas para asistir a las víctimas. Los marines, la armada y la fuerza aérea también asistían en las tareas de rescate.
Pero todos los esfuerzos eran inocuos ante una dura realidad: aún tiene que bajar el agua. Las inundaciones impedían la llegada de la ayuda. El diario The Washington Post informó que camiones cargados con cocinas móviles, herramientas y provisiones están a cientos de kilómetros de Houston porque las rutas permanecen bloqueadas y no pueden acceder a la ciudad.
“El alcance y el tamaño de la tormenta es diferente de todo lo que hemos experimentado”, dijo el teniente coronel Ronnie Raymer, del Ejército de Salvación, una de las organizaciones civiles que respondieron a la catástrofe.
Mientras continuaban las tareas de rescate, las autoridades comenzaban a estimar el enorme costo que demandará la recuperación de la tormenta y la recomposición de la economía de Texas, muy atada a la industria petrolera.
Más de 48.700 viviendas fueron afectadas por las inundaciones, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
A eso se suman casi 700 negocios en Texas, que también fueron alcanzados por el agua. FEMA ha estimado que unas 450.000 personas se inscribirán para ayuda de desastre en Texas.
El costo final de la recuperación, que sería financiado en gran medida por el gobierno federal, demandaría al menos 100.000 millones de dólares.