La pesca fresquera, en la agenda presidencial El talón de Aquiles
Mauricio Macri duplicó los reintegros a las exportaciones de merluza hubbsi y variado costero que aporta, exclusivamente, la flota que opera en el puerto de Mar del Plata; acuerdo de productividad y quita de impuestos al gasoil para respaldar el empleo
El año último, la industria pesquera nacional exportó por más de 1700 millones de dólares, mucho más que la carne que nos hace famosos en el mundo. La cifra más alta que registró el sector en su evolución comercial obedece a una causa fundamental: la sobreabundancia de langostino patagónico.
Mar del Plata es el principal puerto pesquero de la Argentina, pero el fenómeno del langostino le pasa de costado. Depende casi exclusivamente de la merluza hubbsi, el principal recurso del caladero nacional, desembarcado por barcos fresqueros de altura, que motorizan el empleo en los muelles de descarga y en las plantas de procesamiento.
Para mejorar la competitividad del sector fresquero, a principios de mes, el presidente Macri firmó el decreto 639 que establece un aumento significativo de los reintegros a las exportaciones de merluza y variado costero “exclusivamente para la flota fresquera”, durante un año.
Antes esos productos tenían, en promedio, un reintegro que no llegaba al 5%; ahora casi que lo duplican. Antes no se distinguía entre tipos de flotas: cobra bael mismo reinte groun empresario que pescaba, procesaba y congelaba un kilo de filet a bordo de los barcos factoría, que otro empresario que exportaba el mismo kilo procesado en tierra, con un nivel de ausentismo que bordea el 25%.
Si bien el beneficio directo será para los exportadores, los nuevos márgenes ayudarán a despabilar el precio del pescado entero en muelle. La merluza hace un par de semanas no despegaba de los $ 12 por la sobreoferta que generan los barcos que pescan del stock norte, el que queda más cerca del puerto y, por consiguiente, en el que gastan menos combustible.
“La producción de las mercaderías en cuestión contribuye al crecimiento social y económico, con impacto positivo en las economías regionales, por lo que resulta necesario darle condiciones competitivas a las actividades respectivas”, remarca uno de los párrafos del decreto 639.
El precio de la merluza subió en estos días –de $ 12,50 por kilo se llegaron a pagar casi $ 16–, pero los armadores se quejan que la brecha entre el piso y el techo es muy variable. Actualmente no hay mucha oferta porque casi 50 barcos fresqueros están pescando langostino en la Patagonia y otro grupo participa de la zafra de caballa y anchoíta.
“necesitamos un acuerdo de productividad con los sindicatos que intervienen en el procesamiento de materia prima”, reveló Diego García Luchetti, presidente de la cámara de Armadores de Buques Fresqueros de Altura.
Este parece ser el talón de Aquiles. En la industria pesquera participan más de diez sindicatos, entre el personal embarcado que interviene en la captura y el de tierra que la procesa.
Ese planteo y otros que tienen que ver con la reducción de impuestos que conforman el valor del litro de combustible, la mejora en la infraestructura portuaria y la disminución de los costos de la ART, el sector empresario pudo discutirlo con el Presidente en persona la semana pasada.
En una reunión que duró 90 minutos en la casa rosada, Macri pidió que se derriben todas las barreras que interfieren en el desarrollo del sector, que en Mar del Plata representa el 70% del producto bruto interno de la ciudad.
El Presidente dio instrucciones para que se quite la porción impositiva que los armadores pagan en cada litro de gasoil. La pesca afronta una tasa que se destina al mantenimiento de rutas y autopistas, y que luego recuperaba en cuentagotas y a los premios.
También se comprometió a derogar el registro de la Pesca, una figura creada en 2014 que generaba retenciones impositivas para los empresarios que luego no podían recuperar ni compensar para pagar otros tributos.
“Lo vimos muy ejecutivo, serio, informado …, nos quedamos gratamente sorprendidos; era como participar de una reunión de directorio”, confió uno de los asistentes a la reunión, que tuvo representantes de cámaras empresarias de Mar del Plata y de la Patagonia. Macri anticipó que volverían a reunirse “en 30 días”.
Sería la tercera vez que empresarios pesqueros marplatenses compartirían un encuentro cara a cara con el presidente de la nación. nunca habían tenido la oportunidad de plantear los obstáculos que es necesario levantar para que la pesca se ponga en marcha.
La redacción del decreto promocional para las exportaciones originadas en desembarques de buques fresqueros tuvo el mismo esquema de procedimiento. La rápida intervención presidencial una vez que accedió a la importancia del pescado fresco en los eslabones de la cadena productiva pesquera marplatense. La norma salió en una semana.
En caipa, la cámara que agrupa a empresas armadoras y procesadoras, valoran las medidas oficiales, pero advierten que las medidas no le devuelven rentabilidad al sector que procesa en tierra.
“La pequeña corrección del tipo de cambio y esta mejora en los reintegros provocan que los empresarios pierdan menos. Los números no pasarán a verde, sino que seguirán siendo rojos”, dijo Fernando rivera, quien pidió nuevos convenios laborales “razonables” que terminen con los “abusos y avivadas”.
En la agenda asoman otros objetivos de gestión: lograr que Brasil permita el ingreso de langostino patagónico, hoy vedado por la presión de los productores locales; reducir los aranceles que aplica china a los productos de nuestro caladero, y comenzar a tender puentes para abrir nuevos mercados como México y rusia.
La pesca marplatense siente por primera vez que está acompañada en su intención de sumar valor y generar empleo de calidad en una ciudad castigada por el desempleo y la precariedad laboral.
“la corrección del tipo de cambio y esta mejora en los reintegros provocan que los empresarios pierdan menos”