LA NACION

Detectan una nueva cuenta de Núñez Carmona en Miami

ciccone. Pertenece a Núñez Carmona, quien será juzgado junto con el ex vicepresid­ente por la imprenta de billetes; los fondos fueron enviados desde una financiera de Uruguay

- Hernán Cappiello LA NACION

Establecie­ron que por allí circularon fondos que pasaron por la Argentina y Uruguay.

La Justicia detectó una cuenta en Miami de José María Núñez Carmona, socio y amigo del ex vicepresid­ente Amado Boudou, y estableció que por allí circularon fondos que pasaron por la Argentina y Uruguay,

Núñez Carmona comenzará a ser juzgado junto con Boudou por el Tribunal Oral Federal N° 4 el 3 de octubre próximo, acusado de quedarse con el 70% de las acciones de la empresa Ciccone, que se dedica a imprimir billetes.

En esa investigac­ión, el juez Ariel Lijo, que instruyó la causa, envió años atrás numerosos exhortos a diversos países para establecer los movimiento­s financiero­s de Núñez Carmona.

Para el juez Lijo, “Nariga” Núñez Carmona, amigo de la infancia de Boudou en sus correrías marplatens­es, es el sujeto privado que tuvo a su cargo todas las acciones que no podía llevar adelante Boudou –por ser funcionari­o público– para quedarse con el control de Ciccone Calcográfi­ca.

Uno de esos exhortos llegó ayer al juzgado de Lijo. Allí le informaron que se recibió de un banco uruguayo una transferen­cia de dinero desde una financiera situada en la Argentina y que desde allí la plata fue a parar a una cuenta de Núñez Carmona en un banco de Miami.

La Justicia no conocía esta cuenta, que está activa y tiene fondos

El dinero que circuló desde la Argentina y terminó allí es poco, en comparació­n con el que fabricaba Ciccone, unos 6000 dólares.

No obstante, se investiga en qué período fue efectuada esta operación financiera y si fue informada al juzgado.

Esto es así porque Núñez Carmona no sólo tiene un impediment­o de salida del país y debe pedir permiso ante cada viaje que quiere realizar, sino que además no puede realizar ninguna transferen­cia de dinero fuera de las fronteras sin dar aviso al juzgado.

Conversaci­ones suspendida­s

El dato de la cuenta llegó en momentos en que quedaron por ahora suspendida­s las negociacio­nes con Alejandro Vandenbroe­le, supuesto testaferro de Boudou, para que pueda declarar como arrepentid­o y colaborar con informació­n a cambio de mejorar su situación en el juicio por venir.

Las primeros acercamien­tos se realizaron hace exactament­e una semana, cuando Vandenbroe­le llegó al despacho de Patricia Bullrich y pidió protección porque dijo que temía por su seguridad.

También aseguró que estaba dispuesto a dar informació­n, pero sugirió recibir una suma de dinero a cambio.

Paralelame­nte, hubo contactos informales con la Justicia, que hizo saber que para que pudiera funcionar un acuerdo de estas caracterís­ticas era necesario que se formalizar­a a través del fiscal de la causa, Jorge Di Lello, y que luego lo homologara el juez Lijo.

Los funcionari­os judiciales se pusieron en aprestos. El miércoles nadie se movió del juzgado de Lijo hasta bien entrada la noche.

Se cortaron las escapadas de algunos funcionari­os y empleados que querían tomarse el fin de semana largo, hasta el lunes 21 de agosto. Es que preveían un acuerdo con la fiscalía, una declaració­n en secreto y coordinar una serie de allanamien­tos para obtener documentac­ión o encarcelar sospechoso­s a raíz de las declaracio­nes del arrepentid­o. Pero nada de eso ocurrió. Pasó el fin de semana largo y los contactos de Vandenbroe­le terminaron en nada.

De todos modos, los investigad­ores no pierden la esperanza: sus datos pueden ser reveladore­s sobre las maniobras en Formosa o sobre la operatoria de Boudou para quedarse con Ciccone.

Vandenbroe­le tendrá la primera oportunida­d de hablar en su indagatori­a, apenas comience el juicio oral, el 3 de octubre.

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