Productos made in Argentina, más baratos en el exterior
Desde galletitas hasta vinos, pasando por cortes de carne y mate cocido, casi todo está más caro en las góndolas de nuestros supermercados; algunas razones
Un relevamiento que hicimos hace un tiempo junto con importadores de productos argentinos a Europa nos permitió verificar que, aunque parezca mentira, decenas de artículos producidos en nuestro país tienen un precio de venta menor en Europa (especialmente en España) que en la Argentina.
El relevamiento lo hicimos recolectando datos de las góndolas de los supermercados más importantes del país y luego los comparamos con los valores a los que se comercializan en las tiendas del Viejo Continente. Una aclaración: la conversión a pesos se hizo con el tipo de cambio oficial al día de cierre de esta nota, que era 1 euro igual a 17 pesos.
Algunos de los productos que más nos llamaron la atención fueron:
Galletitas Rumba: el paquete de 112 gr, que en nuestros supermercados ronda los 15 pesos, en un local de España tiene un precio de $ 12,86, que equivalen a unos 75 céntimos de euro.
El vino Trumpeter Cabernet Reserva en un importante hipermercado local tiene un precio de $ 245 la botella, y en una góndola de España llega al público a 13,75 euros, o sea, unos $ 236,50.
Otra cosa que nos sorprendió fue que en París se vende el agua mineral marca Gota en envase de 250 cm3 a $ 39,61, o sea, unos 2,33 euros; en tanto, el mismo producto pero en envase de un litro cuesta $ 69,53 o 4,09 euros. En un supermercado muy conocido de nuestro país se vende la misma agua en envase de 250 cm3 a $ 56,09 y en envase de un litro a $ 224,36.
También encontramos cortes de carnes y achuras “importadas de Argentina”, pero con precios relativamente más económicos que en nuestras carnicerías y supermercados. Por ejemplo, el corte por excelencia, el lomo, envasado al vacío que aquí ronda los $ 329 por kilo en España se vende al público a $ 289 por kg. Siguiendo con los productos para una parrillada, el kilo de chorizos solemos comprarlo a unos $ 160, mientras que en la península ibérica lo encontramos a $ 91 o 5,28 euros; algo similar sucede con la morcilla: en los supermercados argentinos ronda $ 135 el kilo, y en España se encuentra a $ 104 (6,05 euros).
El dulce de leche Havanna, que en las tiendas de la empresa se vende a $ 95 el pote de 450 gramos, en España se comercializa a 3,77 euros, o sea, unos $ 64,89.
Para terminar esta lista, que podría ser interminable, el mate cocido en saquitos lo encontramos con una pequeña diferencia, pero sigue siendo más económico comprarlo en España que en la Argentina: el paquete de 25 saquitos ronda unos $ 26 aquí y $ 20,57 (1,21 euros) en España.
Ahora bien: todos nos preguntamos por qué por estos y decenas de productos más se paga menos en el exterior que aquí. Y la clave está en que en la Argentina pagamos muchísimos impuestos internos, que en una breve lista incluyen el iVA del 21%, ingresos Brutos o el impuesto al cheque, por citar sólo algunos. En cambio en Europa el iVA es del 10%, no existe el impuesto al cheque ni se pagan ingresos Brutos, y eso hace que el producto importado llegue al consumidor final a un precio razonable. Y otros dos puntos importantes: la inflación es insignificante y no están los empresarios que especulan con los precios. También hay que destacar que Europa tiene tratados de libre comercio con diferentes países (entre ellos se está negociando con el Mercosur).
la razón no sólo ilustra el momento que atraviesa la economía argentina, sino también los viejos y estructurales problemas económicos que, pese a los intentos y promesas, ningún gobernante en la historia reciente del país ha podido solucionar. Desde que el presidente Mauricio Macri levantó, hace más 17 meses, el control cambiario impuesto por la administración anterior, el peso argentino se ha mantenido estable respecto del dólar: mientras la inflación del año pasado rondó el 40% (según datos oficiales), el dólar apenas tuvo un aumento del 15%. De ahí que muchos analistas hablan del “dólar “atrasado” que afecta a los exportadores.
Pese a esto, la distorsión de precios de los productos argentinos se da con o sin dólar barato.
no es la primera vez que se ven estas disparidades en un país que lleva décadas cambiando de modelo económico –de extractivismo a sustitución de importaciones– cada cuatro u ocho años.
Muchos de los alimentos cuestan siete veces más en el supermercado que en el lugar de producción.
Asimismo, este fenómeno de encontrar productos argentinos más económicos no se da solamente en Europa. Por caso, también se da en países vecinos, como Chile, donde el iVA es dos puntos más bajo que aquí, tampoco pagan ingresos Bru- tos ni impuesto al cheque y tienen 19 acuerdos de libre comercio que generan mucha más oferta y competencia. las empresas, además, tienen costos más bajos y todo eso desemboca en menores precios.
Vale aclarar que en muchos otros casos los productos argentino valen más afuera que en nuestro país. Es lo que sucede, por ejemplo, con la yerba mate, los mates, las bombillas, la cerveza nacional, los productos de marroquinería en cuero (en especial zapatos y carteras), los productos de diseño y las artesanías, por citar algunos.