Ana Hinojosa. “La Argentina debe observar cuáles son las prácticas que atraen inversiones en los países vecinos”
Charla con la directora de Cumplimiento y Facilitación de la Organización Mundial de Aduanas, que visitó nuestro país para participar del seminario organizado por el Centro de Despachantes de Aduana en su 105º aniversario
“Los países que están ganando a nivel mundial son los que tienen oportunidad de planificar a largo plazo. La Argentina tiene muchas relaciones ya establecidas, por eso va a tener que refrescar para comenzar de nuevo, para que ingresen nuevas ideas, para poder incorporar nuevos planes estratégicos”
Luego de exponer sobre el control integrado de las aduanas en la cadena de suministro, en el seminario organizado por el Centro de Despachantes de Aduana (CDA), Ana Hinojosa, directora de Cumplimiento y Facilitación de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), analizó la inserción de la Argentina en el comercio mundial. “Veo que todos están con una mente abierta para considerar cuáles son las mejores prácticas a desarrollar con el fin de seguir mejorando la economía del país y ser modernos”, expresó haciendo referencia al trabajo conjunto entre el sector público y el privado. Al mismo tiempo vaticinó una “muy buena perspectiva para la Argentina”, pero destacó que “hay que poner mucho más empeño para que eso se cumpla”. La funcionaria de la OMC marcó las “asimetrías” que existen entre la Argentina y los países vecinos, y propuso “revisar las prácticas que realmente están siendo imanes para atraer inversiones en la región”.
–¿Observa cambios en lo que hace al comercio en la Argentina?
–Hace unos días leí un artículo sobre los países con mayor desarrollo económico, y en él decía que muchos están creciendo porque hay interés de invertir en lo que son las aduanas y los procesos de comercio internacional. Eso es algo muy importante, porque en las economías que están abiertas a introducir procedimientos y procesos modernos, que se están mejorando continuamente, es donde mejor se están viendo los cambios. Sin embargo, algo que creo representa un problema para la Argentina es que tiene muchos años de pertenencia, de relaciones establecidas. Y justamente cuando preparaba la presentación por este 105° aniversario del CDA, le consulté a un colega, que anteriormente fue director general de la Aduana de Brasil, sobre las placas que había armado porque no quería ser insultante, y me dijo: “Ana, creo que tienes que comprender que a veces es mucho más fácil empezar una relación en buenas condiciones que cambiar una relación de muchos años”. Entonces creo que la Argentina tiene muchas relaciones ya establecidas, por eso va a tener que refrescar para comenzar de nuevo, para que ingresen nuevas ideas, para poder incorporar nuevos planes estratégicos. Ver las realidades del mundo y analizar qué beneficio estratégico pueden aportarles, porque los países vecinos se están preparando, se están modernizando y agilizando.
–¿Es representativa la participación de los países de América latina en los organismos internacionales?
–En las seis regiones que abarca la Organización Mundial de Aduanas, los idiomas oficiales son inglés y francés, y esto representa una barrera para el planteo de las problemáticas provenientes de los países de América latina. Los países caribeños tienen la facilidad de participar porque muchos tienen el idioma ya sea inglés o francés, pero no tienen los recursos y muchas veces no disponen de gente porque son territorios muy pequeños. Lo mismo sucede con los países latinoamericanos: una gran parte habla español y no se siente cómoda con los idiomas oficiales, entonces no participa, no manda a representantes y se genera una barrera terrible, porque se pierde la oportunidad de conocer los intereses del país y que la situación de estos estados sea bien representada en términos internacionales.
–Recientemente se eligió un presidente de habla hispana. ¿Puede contribuir a la comunicación?
–Sí, la elección de Enrique Canon, que se desempeñó en la Aduana de Uruguay como presidente del Consejo de la OMA, va a ser superimportante para la organización, pero principalmente para los países de América del Sur porque él va a tener la oportunidad de, desde una posición de liderazgo, poder representar los intereses de toda la región; algo que es clave, entiende la región y las necesidades de los países.
–¿Qué tan complejo es incorporar el español?
–Ha habido mucho interés por parte de los miembros, no sólo de América latina, sino de algunos países de Europa y otros de África, tanto como los países de habla portuguesa. El año pasado se hizo un estudio sobre el costo de agregar lenguajes adicionales al sistema oficial, pero es sumamente caro y los miembros deben decidir si es una inversión que están preparados para asumir. Creo que en la discusión, que se dará nuevamente en diciembre, está planteado que saltar de un paso no es posible, pero quizá paulatinamente se puede incorporar traducción simultánea en las conferencias para que las personas que están participando puedan comprender, aunque luego los documentos los deba traducir cada administración. Es una posibilidad y esperamos mejoras en esa área, porque sería muy importante lograr más participación. También estamos viendo la posibilidad de incorporar otras maneras de participación porque muchos países no tienen los recursos para pagar viajes y estadas para que sus agentes participen, y viendo las tecnologías modernas creemos que en reuniones pequeñas se podrían utilizar sistemas virtuales para que al menos puedan escuchar, saber qué temas se están discutiendo, cuáles son las sugerencias.
–¿Existen muchas asimetrías entre la Argentina y sus vecinos?
–El año pasado visité algunas empresas portuarias y me contaban cómo ha disminuido el volumen de los barcos contenedores porque países vecinos le están ganando el negocio. Cuando uno deja un espacio vacío, otro lo toma. Por eso sería importante comparar las reglas a nivel regional y ver por qué se está yendo el comercio. Ver cuáles son las prácticas que realmente están siendo imanes para el negocio. Qué es lo que hace que las empresas quieran invertir en esos países. En este contexto, la Argentina debe observar cuáles son las prácticas que atraen inversiones en los países vecinos, porque a veces las industrias buscan protegerse, pero al decir no se deben evaluar las consecuencias, porque esa industria va a crecer, si no es ahí será en otro lugar. Entonces, ¿cuánto dinero se pierde? Es importante tener la visión de no perder. Aunque en un principio no se genere un beneficio del 50%, esto permite comenzar con un 10 y así seguir incrementando la ganancia.
–¿Y a nivel regional?
–Creo que el acuerdo de facilitación de comercio es una buena guía para que los países busquen maneras de armonizarse y tener un nivel comparativo a nivel regional; a veces tenemos casos donde la situación política es una desventa- ja porque cambia demasiado, cambia la administración y cambia todo. Entonces, los pocos avances que se estaban llevado adelante van para atrás. Los países que están ganando a nivel mundial son los que tienen oportunidad de planear a largo plazo. Un disertante habló de la importancia de planear a largo plazo porque la mayoría de los proyectos no son a un año, implican cambios gigantes para una economía. Y en el caso de la Argentina, que ha tenido durante muchos años distintas reglas, para hacer los cambios a largo plazo tiene que haber voluntad combinada para que la sociedad esté de acuerdo y le dé seguimiento cambie o no el gobierno, que lo tome como un beneficio para el país.
–¿Qué recomienda para armonizar la región?
–Algo que creo es fundamental para iniciar ese camino es seguir los lineamientos de la Organización Mundial de Comercio (OMC); las herramientas y los esquemas para la facilitación del comercio están bien detallados si el plan del país es alinearse a los sistemas internacionales. Así se puede dar la armonización a nivel regional y muchas oportunidades de generar ganancias, a partir de la alineación entre los países. Pero, como suele suceder, están en competencia, a veces tienen vista corta sobre hasta dónde copiar y estrechar la mano.
–¿Se dará en un plazo medio este fortalecimiento regional?
–Con voluntad política sería posible. La situación política tiene que aclararse porque cuando la gente está nerviosa con los cambios de gobierno no se pone a planear a futuro. La región se ha estado modernizado, ha estado participando a nivel ministerial con la OMC, por ejemplo, y los avances de la situación de comercio son concretos, no hay duda de que son procedimientos que pueden apoyar el desarrollo económico de un país, sólo es cuestión de hacer los planes y comprometerse para darles seguimiento.
–¿Sigue siendo un problema el comercio electrónico para el control?
–Es un fenómeno que vino y no va a cambiar. El cambio ya se produjo en el modo de consumo, y aunque queramos que eso no sea así, la gente quiere más opciones, mejores precios, y si las tiendas no lo están ofreciendo van a buscar en línea. Lo único que queda es cómo lo manejamos y cómo aseguramos que esa cadena, que es más rápida y más corta, sea igual de segura que la tradicional. Lo que ha sucedido en muchos países es que el e-commerce los pescó desapercibidos, no pusieron atención en lo que ingresaba por couriers o por correo y no se estaban recaudando aranceles ni derechos. Entonces se genera competencia desleal y desigual. Es importante balancear, porque además hay cuestiones de seguridad, narcotráfico, armas, medicamentos, pero también para asegurar que el negocio funcione y que el consumidor en su interés de buscar una prenda más barata no atente contra la economía local.