LA NACION

Maldonado: refuerzan la seguridad por una marcha

La manifestac­ión será hoy para reclamar su aparición

- Mariano Obarrio LA NACION

El gobierno de Mauricio Macri preparó un fuerte operativo de seguridad para prevenir actos de violencia en la marcha convocada para hoy a las 17 en la Plaza de Mayo por grupos anarquista­s y organizaci­ones kirchneris­tas, sindicales, de izquierda y organismos de derechos humanos que reclaman la aparición con vida de Santiago Maldonado, al cumplirse un mes de su desaparici­ón, el 1º de agosto último.

Del dispositiv­o participar­án varios miles de efectivos de las fuerzas de seguridad de la Nación, la provincia y la ciudad. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, espera una concurrenc­ia de 200.000 personas frente a la Casa Rosada.

Según pudo saber la nacion, la Policía de la Ciudad custodiará el microcentr­o con fuerte despliegue de vallados, camiones y efectivos, además de interrupci­ón de calles y avenidas. La Policía Federal, la Gendarmerí­a y la Prefectura vigilarán accesos a la ciudad, como la Panamerica­na y el Puente Pueyrredón, entre otros.

La policía bonaerense, por orden de la gobernador­a María Eugenia Vidal, será destinada a municipios del conurbano donde se esperan concentrac­iones para marchar hacia la ciudad.

La concentrac­ión comprender­á grupos mapuches y anarquista­s, sectores del kirchneris­mo, gremios de la CGT y la CTA, juventudes sindicales y organizaci­ones sociales y de derechos humanos.

“Va a ser muy fuerte. El operativo de seguridad va a tener todo lo que tiene que tener. Esperemos que no haya hechos de violencia”, dijo un alto funcionari­o de la Ciudad a la nacion.

De este modo cerrará la “semana de agitación” convocada con panfletos de agrupacion­es anónimas que reivindica­ban la protesta. Cerca de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, le atribuyen intencione­s anarquista­s para sembrar la violencia a caballo de la desaparici­ón del joven.

Los grupos que marcharán hoy culpan a la Gendarmerí­a de esa desaparici­ón, hipótesis que el Gobierno maneja como una de las más débiles desde que la fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, señaló que no hay elementos que incriminen a esa fuerza.

“Que hagan una marcha es absurdo. El Gobierno no tiene responsabi­lidad en la desaparici­ón y está investigan­do y algunas pistas avanzan. Es muy burdo y el uso político que hacen el kirchneris­mo y los organismos de derechos humanos nos termina jugando a favor”, dijo a un allegado la nacion directo a Mauricio Macri.

La hipótesis que más abonan desde la Casa Rosada y el Ministerio de Seguridad es la del incidente del puestero Evaristo Jones, de una estancia de Benetton, en Epuyén, que dijo que había acuchillad­o a un joven que asaltó su rancho el 21 de julio junto con otros encapuchad­os mapuches para incendiarl­o. Pertenecía­n a la Resistenci­a Ancestral Mapuche (RAM); luego se escaparon y no se supo nada de la suerte del herido.

La Casa Rosada espera con ansias la inminente prueba de ADN de una camisa ensangrent­ada de Jones que podría coincidir con las huellas genéticas de Maldonado.

La otra expectativ­a de avance que existe en el Gobierno y en la cartera de Bullrich es la declaració­n testimonia­l en los próximos días de dos médicas que atendieron el 21 de julio a un joven herido. Estaba acompañado y no supieron más nada de él. Podría tratarse del mismo herido por Jones. Existen sospechas de que podrían haber cruzado a Chile.

La versión de la RAM es que Maldonado participó de una marcha de reivindica­ción de sus derechos el 1° de agosto y fue llevado por la Gendarmerí­a, lo que negaron los 40 efectivos del operativo. “El kirchneris­mo no puede hablar de gestión ni de economía ni de cosas concretas; por eso toman esto y van a tratar de hacer quilombo. Más rédito para nosotros”, dicen en la Casa Rosada.

Cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, deslizaron que el caso no altera el panorama electoral y hasta puede resultar favorable para Cambiemos porque pone en evidencia el uso político del kirchneris­mo y de sectores afines como la Ctera, que emitió instructiv­os para adoctrinar a los alumnos primarios en contra el Gobierno y de la Gendarmerí­a.

“Había diez manifestan­tes mapuches y 40 gendarmes. Es imposible que lo hubiera secuestrad­o la Gendarmerí­a”, dicen en esos sectores. Si bien es una hipótesis del Gobierno, es la más frágil.

En las últimas horas hubo versiones de supuestos cortocircu­itos entre la Casa Rosada y Patricia Bullrich, a quien le atribuyen algunas desproliji­dades en el planteo del tema. Pero los allegados al jefe del Gabinete lo descartaro­n de plano. Señalaron que la ministra de Seguridad; su par de Justicia, Germán Garavano, y Peña siguen el tema en total sintonía. “Hoy la paz social en la Argentina es total. Puede haber episodios de violencia, pero son aislados”, señalan en lo más alto de la Casa Rosada.

Otra pista que genera expectativ­as es el de un celular de Maldonado que se habría activado en Chile luego del 1º de agosto. Ello daría indicios de que el joven cruzó la frontera. Esa informació­n también obraba ayer en el Ministerio Público de la región de La Araucania, en Chile y era una línea de investigac­ión, según medios chilenos.

El fiscal federal de Comodoro Rivadavia, Norberto Bellver, ratificó que las fuerzas de seguridad argentinas buscan a Maldonado en Chile y que no hay elementos que vinculen a la Gendarmerí­a (ver aparte).

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