Una reivindicación musical del mundo de la revista y las vedettes
Las hermanas Stupendas surgió en la Bienal de Arte Joven y pone a dos ex divas entre el pasado, el presente y el olvido
el glamoroso mundo de la revista porteña es el epicentro de Las hermanas Stupendas, comedia musical de Florencia muriel González que se estrena este sábado en el Centro Cultural recoleta (CCr) y también será parte del FibA (Festival internacional de teatro de buenos Aires), en octubre. Los interesados en verla deben estar atentos, porque en el recoleta habrá seis únicas funciones. “siempre sentí curiosidad por el destino de esas divas de la revista que con el paso de los años viven una realidad muy distinta a la de la época en que brillaban. Y, sobre todo, los casos de las hermanas que compartían la profesión: norma y mimí pons; ethel y Gogó rojo. me aparecieron preguntas sobre distintos asuntos: la soledad en compañía, la pérdida de la juventud sin prever un futuro, los amores perdidos en el camino. mi primer trabajo relacionado con el teatro fue en la revista, entonces conocía un poco el paño”, explica la autora y directora de la obra.
Las funciones en la sala Capilla del CCr se hacen después de un intenso trabajo en el marco de la bienal de Arte Joven de 2015, bajo el cuidado de tres tutores que trabajaron con la directora para ponerla a punto. “ese trabajo fue importante para ordenar ideas y conseguir que la obra vaya madurando –apunta González–. después nos anotamos en la convocatoria del CCr y quedamos. Llegamos con mucho laburo encima y eso se nota. Una de mis primeras preocupaciones a la hora de sentarme a escribir es que la dramaturgia sea sólida. Le dediqué un par de años al proceso de escritura justamente para eso, para tener un material consolidado, para que las escenas estén a la altura de las canciones y éstas a la altura de las escenas.”
para Florencia, quien arrancó como maquilladora en el mítico Cemento cuando era una adolescente, se recibió de escenógrafa en la escuela metropolitana de Arte dramático y luego se siguió formando con mauricio Kartún, la clave para el musical argentino está en la búsqueda de una identidad propia. está claro que es difícil competir con los elevados niveles de producción de los espectáculos de broadway, la cuna del género, pero eso también puede representar una oportunidad. “es un error pedirle al musical argentino que se parezca al de broadway. es como ir allá y pedirles que monten un buen show de malambo. el musical nació allá, la tradición pesa. no estoy en contra de que se hagan obras escritas en el exterior, pero como las vamos a hacer con otros recursos conviene que tengan nuestra impronta, nuestra idiosincrasia.”
Lo mismo opina rodrigo Caro Langwagen, autor de la música de la obra: “me parece que la diferencia es el tamaño de la industria. pero a nivel concepto y a nivel artístico, o en términos de gérmenes de ideas, no estamos mal. Obviamente, lo de broadway deslumbra porque todo es más grande. estados Unidos es un país que mueve más plata que la Argentina a todo nivel, no sólo en este rubro”. Ambos citan el caso de Los
monstruos, un proyecto de emiliano dionisi y martín rodríguez que también surgió de la bienal de Arte Joven 2015 y se transformó en un gran éxito de público y crítica, e incluso obtuvo premios, a partir de su estreno en el picadero, donde aún se mantiene en cartel. “ese musical fue una bisagra –asegura González–. Creo que cuando vieron cómo funcionó, los productores locales empezaron a abrir los ojos y se dieron cuenta de que acá podemos producir con mucha calidad.” La obra cuenta con un elenco de destacados intérpretes del género: Laura silva, mariela passeri, rosana Laudani, Jorge priano, Luana pascual, Andrés passeri, renzo morelli y Walter Canella.
en Las hermanas Stupendas hay más de una capa de significado a descubrir detrás de la línea argumental. más que espectacularidad, la obra apuesta a interpelar con los vericuetos de una historia llena de alternativas: “A partir de una invitación que reciben, estas dos hermanas toman posturas diferentes: una se enloquece de alegría y la otra no quiere saber nada. Y esa discusión sirve de disparador de otros temas: te empezás a enterar de cómo llegaron a la fama y también de cómo la perdieron. Cómo fue ese derrotero desde el estrellato hasta un presente muy modesto como dos señoras anónimas que viven en una casita del conurbano bonaerense, muy lejos de aquel brillo del pasado”.
para rodrigo –quien se formó en la escuela de música de buenos Aires, fue parte de distintos proyectos de tango y jazz y miembro estable de la banda de rock roberto planta durante seis años–, la convocatoria de González –quien llegó a él gracias a Francisco ruiz barlett, otro integrante de roberto planta–, tuvo un interés extra cuando se enteró de que debía componer música de los 70: “eso me puso frente a un desafío interesante porque es un trabajo que requería investigación –sostiene–. Fue muy divertido hacerlo. Hice una especie de música disco, pero medio cutre, como la que era habitual en el teatro de revistas de esa época. pero la idea no fue ridiculizar, sino más bien homenajear”.
La idea del tributo es central, habida cuenta de la revalorización del género que promueve su autora: “Fue una gran plataforma para artistas sensacionales como tita merello. no sólo había vedettes. también hubo grandes capocómicos. Hoy esos minones están en un concurso televisivo de baile o un programa de chimentos. se acabaron los tiempos en los que la vedette estelar llegaba a la función con tapado de piel, joyas y un auto con vidrios polarizados. esa magia ya no existe. Aquel ambiente tenía glamour y también su dosis de machismo. entre otras cosas, contamos cómo estas hermanas logran instalarse en un contexto como ése, justamente. es un musical nostálgico”.