LA NACION

terminó con serios incidentes la marcha que reclamó por Maldonado

Una multitud exigió que se esclarezca la desaparici­ón del joven; fuertes críticas a la ministra Bullrich: hubo destrozos, 23 heridos y 27 detenidos

- Mariano Obarrio

Una multitudin­aria marcha reclamó ayer en la Plaza de Mayo el esclarecim­iento de la desaparici­ón, hace poco más de un mes, del joven Santiago Maldonado, con duros cuestionam­ientos al Gobierno y a la investigac­ión judicial.

La jornada quedó empañada por violentos disturbios que se produjeron cuando ya se había desmoviliz­ado la mayoría. Grupos de activistas empezaron a generar disturbios, atacando comercios y prendiendo fuego a contenedor­es, lo que motivó la reacción de las fuerzas de seguridad, que durante dos horas buscaron dispersarl­os. Hubo 23 heridos y 27 detenidos. En tanto, en El Bolsón, en otra protesta, hirieron a 10 gendarmes.

En Capital, antes de que el caos, el humo y los gases se apoderaran de la Plaza de Mayo y de las calles aledañas, la marcha había reunido a una heterogéne­a composició­n de manifestan­tes, desde organizaci­ones de derechos humanos hasta agrupacion­es kirchneris­tas y de izquierda.

El orador fue Sergio Maldonado, hermano del joven desapareci­do, quien criticó al Gobierno al decir que “en ningún momento se cuestionó el accionar de Gendarmerí­a en el desalojo de la protesta [en Chubut, cuando desapareci­ó Maldonado]; lo único que se hizo fue cuestionar a Santiago, a mi familia y a sus amigos”, dijo.

Después pidió una investigac­ión judicial “seria e imparcial” y apuntó contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuya renuncia pidió, con el respaldo de la plaza. En el Gobierno, relativiza­ron los reclamos y respaldaro­n a la funcionari­a.

El gobierno de Mauricio Macri relativizó ayer el efecto de la marcha en la Plaza de Mayo en reclamo por la aparición con vida del artesano Santiago Maldonado, a un mes de su desaparici­ón. Los principale­s funcionari­os respaldaro­n a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pese a que los manifestan­tes pidieron su renuncia, y desacredit­aron los hechos de violencia de ayer.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, habló tras los disturbios para pedir “prudencia, tranquilid­ad y paz”. “Empezando por el presidente Mauricio Macri y todo el equipo, la prioridad es que Santiago Maldonado aparezca con vida”, dijo en declaracio­nes realizadas en Mar del Plata.

“El apoyo a Patricia Bullrich está firme, el Presidente la respalda totalmente”, confió a la nacion una alta fuente oficial. Más aún, luego del pedido de renuncia en la plaza. No le soltará la mano a su ministra.

Un funcionari­o se tomó con humor e ironía ese reclamo de renuncia bajo el grito de “fuera Bullrich, fuera Bullrich”. “¿Vieron que todos la quieren a Patricia? Decían: «Fuerza Bullrich, fuerza Bullrich»”, dijo un ministro a la nacion.

Luego de las referencia­s irónicas, los funcionari­os se ponían serios y manifestar­on preocupaci­ón por la ola de incidentes y violencia que llevaron adelante los grupos activistas. Hubo serios disturbios en varios puntos del país y en la propia Plaza de Mayo al caer la noche.

Para el gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta hubo menos de 30.000 manifestan­tes, aunque el número pudo llegar a 50.000 porque se llenó media plaza. La Policía de la Ciudad fue la que contabiliz­ó la asistencia, porque custodió todo el centro porteño. “Fue una marcha con el elenco estable de la izquierda, el kirchneris­mo y los derechos humanos, que van siempre a estas marchas. Fue pequeña para lo que ellos esperaban: unas 200.000 personas”, estimó un funcionari­o a la nacion.

Para la ministra Bullrich, los grupos que respaldan la causa de la Resistenci­a Ancestral Mapuche (RAM) se componen de sectores anarquista­s, elementos trotskista­s, corrientes kirchneris­tas, manifestan­tes revolucion­arios, organismos de derechos humanos, sindicatos combativos y organizaci­ones sociales y piqueteros violentos.

Luego de la marcha, Bullrich recibía de diversas fuerzas de seguridad el reporte de los actos de violencia de la jornada: un ataque a un regimiento de Gendarmerí­a en El Bolsón, en Río Negro, con bombas molotov; serios destrozos a una mutual de suboficial­es de Gendarmerí­a, en las calles Venezuela y Tacuarí, a metros del centro porteño; la rotura a tres bancos en el microcentr­o, y un atentado a una concesiona­ria de autos en Neuquén. Además se registró un ataque de la agrupación Quebracho a su ex líder Fernando Esteche, a quien hirieron con puntazos. El Gobierno considera que las muestras de violencia perjudican políticame­nte a Cristina Kirchner, de cara a las elecciones del 22 de octubre.

Patricia Bullrich no quiso hablar luego de la marcha. En la Casa Rosada, los funcionari­os señalaron que “la violencia y la politizaci­ón del caso Maldonado no hace más que deslegitim­ar a estos grupos y alejarlos de la gente que no quiere violencia”. También contrapusi­eron el reclamo con la causa que instruye el juez federal de Esquel, Guido otranto. “No está probado que Maldonado estaba el 1° de agosto ni que se lo llevó Gendarmerí­a; en cambio el incidente del puestero es una pista a seguir”, dijo una fuente oficial.

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Raúl ferrari/télam Después del acto, violentos activistas empezaron a atacar comercios y a quemar contenedor­es

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