LA NACION

Inundacion­es. El cambio climático condena a EE.UU. a una era de supertorme­ntas

El paso del huracán Harvey fue una muestra de un fenómeno cada vez más potente

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– La lluvia duró días, quebró un récord y provocó inundacion­es catastrófi­cas. Las autoridade­s tuvieron que declarar el estado de emergencia. El desastre fue “histórico, sin precedente”, justificar­on. Más de 100.000 casas sufrieron daños. Pero no se trataba de Harvey, el huracán que devastó Texas esta semana, sino de otra tormenta, sin nombre, que dejó a Louisiana bajo el agua hace un año.

El servicio meteorológ­ico de Estados Unidos señaló que el diluvio había sido “histórico” y “extremadam­ente excepciona­l”, y que la informació­n sugería que era “un evento de uno en 1000 años”. Pero no se refería a Texas o Louisiana. Hablaba de Virginia Occidental, donde, también hace un año, una tormenta derramó, en medio día, un cuarto del agua que suele caer en todo un año, y causó el mismo desastre. Todas estas tormentas fueron “históricas”. Las lluvias torrencial­es y las inundacion­es se han vuelto más comunes en los últimos años en Estados Unidos. De hecho, si se toman en cuenta los últimos tres años, Harvey ha sido la tercera tormenta que deja a Texas bajo el agua. Una tragedia recurrente.

El paso de Harvey puso sobre relieve otro fenómeno que fue advertido en los últimos años por los expertos en clima: a raíz de los efectos del cambio climático, las tormentas tropicales llegan a Estados Unidos cada vez más potentes. “Los huracanes traerán más lluvia en el futuro. Necesitamo­s prepararno­s para eso. Serán más intensos, no hay duda”, sentenció Guiling Wang, profesora y climatólog­a de la Universida­d de Connecticu­t.

Nueva York

El huracán Sandy, que en 2012 inundó el subte de Nueva York y dejó sin luz al distrito financiero, fue un claro recordator­io de que incluso las ciudades más ricas del mundo no pueden escapar de los estragos del cambio climático. Se cree que los mares que rodean la ciudad aumentarán 1,9 metros hacia final del siglo, un escenario que pondría en peligro sus aeropuerto­s, JFK y La Guardia, y reduciría el espacio que ocupan algunos barrios, como Brooklyn y el Bajo Manhattan, construido­s sobre terrenos de relleno

Miami Beach

”Estamos ante una amenaza existencia­l aquí”, admitió Kristen Rosen González, jefa policial de Miami Beach. La famosa ciudad turística, uno de los destinos predilecto­s de los argentinos en Estados Unidos, está construida sobre un terreno poroso que lentamente se está hundiendo en el fondo marino. Además está rodeada por mares que se elevan tres veces más que el ritmo del promedio mundial. Hasta el momento, Miami Beach gastó unos 200 millones de dólares para levantar la altura de calles en áreas vulnerable­s y tiene una red de bombas que hace que el agua se retire de las calles tras las inundacion­es

Boston

La capital del estado de Massachuse­tts viene de experiment­ar nevadas récord en 2015 y el verano más seco en la historia de la ciudad en 2016. Pero es el riesgo de las inundacion­es la principal preocupaci­ón ambiental de las autoridade­s. El alcalde de Boston, Marty Walsh, advirtió que una gran tormenta podría “borrar” el corazón de la ciudad. El informe que presentó el año pasado sostenía que miles de millones de dólares en bienes raíces estaban en riesgo por el aumento del nivel de los mares

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