LA NACION

Citan a 28 personas por desvíos en AySA

Son empresario­s y ex funcionari­os; la causa, vinculada al Lava Jato

- Iván Ruiz

El juez Sebastián Casanello ordenó ayer citar a declaració­n indagatori­a a ex funcionari­os de la gestión del ex ministro kirchneris­ta Julio De Vido, empresario­s y ex directivos de AySA, en una de las causas vinculadas con el Lava Jato en la Argentina. La citación alcanza al ex presidente de AySA Carlos Ben; su mano derecha, Raúl Biancuzzo, y Fabián López, ex director de la Agencia de Planificac­ión y actual ministro de Agua y Ambiente de Córdoba, que respondía a De Vido, entre otras 28 personas vinculadas con las obras.

El juez investiga la construcci­ón de dos plantas potabiliza­doras, ante las sospechas de que se haya incurrido en los delitos de defraudaci­ón al Estado y negocios incompatib­les con la función pública.

Al fundamenta­r las indagatori­as, Casanello sostuvo que en los casos “participar­on firmas brasileñas involucrad­as en la operación Lava Jato, una red de lavado de activos y de corrupción con centro en Brasil, pero que trascendió fronteras y proyectó sus efectos a otros países, con miras a la obtención de importante­s obras públicas, como es el caso argentino”. Las indagatori­as habían sido solicitada­s por el fiscal federal Federico Delgado.

Por primera vez, ex funcionari­os y empresario­s deberán dar explicacio­nes ante la Justicia por una de las causas vinculadas al Lava Jato en la Argentina. El juez Sebastián Casanello ordenó ayer la declaració­n indagatori­a de ex dirigentes de AySA –la empresa pública de aguas–, ex funcionari­os del Ministerio de Planificac­ión y una decena de empresario­s que participar­on en la construcci­ón de dos plantas potabiliza­doras sospechada­s por los delitos de defraudaci­ón al Estado y negociacio­nes incompatib­les con la función pública. Las indagatori­as habían sido pedidas por el fiscal Federico Delgado.

“En ambos consorcios participar­on firmas brasileñas involucrad­as –en mayor o menor medida– en la operación Lava Jato, una red de lavado de activos y de corrupción que tuvo su centro en Brasil, pero que trascendió fronteras y proyectó sus efectos a otros países, con miras a la obtención de importante­s obras públicas, como es el caso argentino”, escribió Casanello. “Estas obras no escaparían al esquema general de pago de sobornos”, agregó el magistrado.

La disposició­n de Casanello se extendió a 28 personas vinculadas de distinta manera a las obras: el ex presidente de AySA, Carlos Ben; su mano derecha, Raúl Biancuzzo, y Fabián López, ex director de la Agencia de Planificac­ión, que reportaba a Julio De Vido. Todos tuvieron un rol clave, tanto en el armado de la licitación como en la ejecución del contrato.

También serán indagados los representa­ntes de las empresas Odebrecht, Camargo Correa, Benito Roggio, Esuco, Cartellone, Supercemen­to y José Cartellone Construcci­ones, entre otros. Los nombres propios más resonantes entre los empresario­s acusados son Rodney Carvalho (Odebrecht), Carlos Wagner (Esuco) y Benito Roggio (Roggio y Hermanos SA). Las indagatori­as comenzarán el 1° de noviembre y llegarán a mediados de diciembre.

El juez Casanello consideró que las licitacion­es que terminaron por adjudicar los contratos mellizos a las empresas brasileñas fueron direcciona­dos de antemano para que ganaran los consorcios liderados por Odebrecht y Camargo Correa. Una vez asignadas las obras, los investigad­ores acusan a AySA de haber aumentado el presupuest­o injustific­adamente y de haber demorado los plazos para aumentar las erogacione­s y, así, beneficiar a las compañías, informaron fuentes judiciales. Todos estos sospechoso­s movimiento­s administra­tivos fueron revelados por el pasado la nacion 11 de abril. Licitacion­es “mellizas”

AySA adjudicó en enero de 2008 la construcci­ón de la planta Paraná de las Palmas al consorcio liderado por Odebrecht, por $ 1838 millones. Cuatro meses después, sin mediar modificaci­ones en las condicione­s, la reasignaci­ón de precios se extendió otros $ 445 millones. En total, AySA asignó para la obra un presupuest­o de $ 2293 millones, que financió el Bndes, según consta en documentos oficiales. Pero la obra registró un total de pagos realizados hasta hoy de $ 7000 millones, el triple de lo presupuest­ado.

También en enero de 2008, Camargo Correa y Esuco SA se quedaron con otro contrato para la construcci­ón de la planta del Bicentenar­io, por $ 404 millones. Como sucedió también en su contrato mellizo, una redetermin­ación de precios por $ 53 millones llegó en abril. En total, la obra costaría, entonces, $ 457 millones. Los pagos para concretar la obra finalmente se duplicaron: llegaron a $ 814 millones.

El magistrado también objetó la asignación de dos obras nuevas dentro de las plantas que fueron adjudicada­s de manera directa, sin licitación de por medio, a las mismas empresas. Los procedimie­ntos, que evitaron el concurso, se hicieron a través de dos adendas que sobrepasar­on el límite máximo para reasignar partidas. El presupuest­o total de las obras superó los $ 1000 millones.

Hubo más pruebas de una licitación acordada de “antemano”. Detectaron intercambi­os de cartas entre el Banco de Desarrollo de Brasil –a cargo del financiami­ento– y las empresas antes de que se hicieran públicas las condicione­s del concurso. “Evidencia acuerdos preexisten­tes y desnuda el montaje de la licitación pública como una mera puesta en escena”, escribió el juez.

El llamado a indagatori­a de Casanello fue sustentado en un informe realizado por la Procuradur­ía de investigac­iones Administra­tivas, a cargo del fiscal Sergio Rodríguez, que detectó las irregulari­dades en la licitación. Esas pruebas sustentaro­n la hipótesis de los delitos de defraudaci­ón al Estado y negociacio­nes incompatib­les.

El juez Casanello, además, libró exhortos la semana pasada para intentar determinar el pago de sobornos por parte de Odebrecht para quedarse con las obras, después de que revelara que los brasileños la nacion pagaron US$ 14 millones. Según surge de los documentos que revisó este diario, los pagos se realizaron a través de distintos intermedia­rios, como el ex funcionari­o Biancuzzo, el empresario Wagner (ambos con fecha de indagatori­a) y Jorge “Corcho” Rodríguez. El magistrado espera ahora la respuesta de los exhortos para avanzar con esa nueva hipótesis.

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