LA NACION

Bancos vs. marihuana En Uruguay, advierten a las farmacias que la venden que podrían cerrarles las cuentas.

Entidades internacio­nales amenazan con cerrar cuentas de farmacias y dejar de operar con el banco estatal

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MONTEVIDEO.– Menos de dos meses después del esperado comienzo de la venta de marihuana en las farmacias uruguayas, una total incertidum­bre rodea el proceso de legalizaci­ón del cannabis más ambicioso del mundo, debido a la intervenci­ón de los bancos internacio­nales, especialme­nte norteameri­canos.

La demanda de las dos variedades de cannabis distribuid­as por el Estado uruguayo iba en aumento, así como el registro de compradore­s, que superó las 13.000 personas. Un éxito. Pero entonces llegó el anuncio de que una de las farmacias de Montevideo renunciaba a expender marihuana después de que su banco, el español Santander, amenazara con cerrarle la cuenta. Poco después se daba a conocer que otras entidades, como la brasileña Itaú, habían cancelado las cuentas de las empresas privadas que tienen la concesión de la producción de la marihuana y de algunos clubes de cannabis.

El estatal Banco República (BROU) pareció poder hacerse cargo de la situación, al proveer sus servicios a las 15 farmacias involucrad­as en el proceso, a los productore­s y a los clubes. Pero, al poco tiempo, se informó que los norteameri­canos Bank of America y Citibank habían advertido que dejarían de operar con el BROU si mantenía esos servicios. Según la legislació­n norteameri­cana, manejar dinero provenient­e de la marihuana es ilegal y atenta contra las medidas para controlar el lavado de dinero y los actos terrorista­s.

El directorio del BROU anunció entonces que cerraría las cuentas de las farmacias que venden cannabis para no ver comprometi­das sus operacione­s en dólares. Así, el BROU decidía anteponer la legislació­n ex- tranjera a una ley adoptada por el Parlamento, que autoriza la venta y producción de la marihuana.

El entuerto legal se convirtió en crisis política. El ex presidente José Mujica, artífice de la legalizaci­ón, montó en cólera y durante una sesión del Senado acusó a los bancos de atentar contra la democracia.

En su columna semanal para la cadena alemana Deutsche Welle, Mujica les pidió a las entidades bancarias “un poco de sentido común para juzgar el intento que está haciendo un pequeño país” y que permitan a las farmacias que venden marihuana estatal operar sin dificultad­es.

“El negocio de Uruguay son unos pesitos, muy pocos. Pero no deberían crearnos esas dificultad­es, sino aplaudir el experiment­o de Uruguay, porque servirá o no, pero es el intento de un camino nuevo para un flagelo que tiene la comunidad entera”, afirmó.

Mujica también apuntó al presidente Tabaré Vázquez y su gabinete, al que amenazó de bloquear las labores del Parlamento si no se busca una solución. El partido de Mujica, el MPP, es la fuerza más numerosa en el Parlamento dentro de la coalición oficialist­a del Frente Amplio.

Además, Mujica recordó en su mensaje de video que el ensayo surgió para quebrar el mercado del narcotráfi­co. “Policialme­nte estábamos perdiendo la lucha”, explicó. Y reiteró que la regulación del cannabis no pretende favorecer el consumo de la droga, sino aminorarlo.

Tabaré, que nunca vio con buenos ojos la legalizaci­ón, trató de calmar las aguas dentro de su partido y anunció que una misión de alto nivel viajaría a Estados Unidos para desbloquea­r la situación. Pero la iniciativa generó escepticis­mo, ya que dentro de Estados Unidos el asunto de la legalizaci­ón de la marihuana está lejos de resolverse. Los Estados que autorizan la venta de cannabis se toparon también con las leyes federales y tuvieron que recurrir al pago únicamente en efectivo o consiguier­on ayuda de pequeñas entidades bancarias.

En medio del conflicto entre los distritos que permiten la marihuana y la prohibició­n nacional, la administra­ción de Barack Obama abrió una brecha en 2014 con una guía, emitida por los departamen­tos de Justicia y del Tesoro, donde se establecen excepcione­s en las que los bancos pueden prestar servicios a los titulares de negocios vinculados al cannabis.

Con esos lineamient­os se buscó acabar con el problema que tenían muchos locales que se veían obligados a pagar con dinero en efectivo a empleados y proveedore­s a falta de acceso a cuentas bancarias. Los titulares de esos establecim­ientos se quejaban de no tener cuentas de crédito en los bancos, lo que los obligaba a trasladar bolsas de supermerca­do cargadas de dinero a fin de mes, en una imagen repetida que en plena era de dinero digital remitía a los fajos y bolsas del Far West y que se había vuelto peligrosam­ente habitual.

A pesar de los palos en la rueda que les pusieron los bancos, cinco de las seis farmacias montevidea­nas que venden marihuana aún lo hacen, aunque en algunos casos los propietari­os anunciaron que podrían renunciar. Las farmacias del interior operan sin inconvenie­ntes, a la espera, como todos los actores de este proceso, de que se resuelva el choque entre la legislació­n uruguaya y la legislació­n internacio­nal.

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