LA NACION

El paso de Harvey forja una nueva realidad política en Washington

La ayuda de emergencia podría alterar los planes sobre el déficit fiscal, el muro y la inmigració­n

- Carl Hulse

WASHINGTON.– Al dejar bajo las aguas grandes extensione­s de Texas y Louisiana, el huracán Harvey también forjó una nueva realidad política para el presidente Donald Trump y su gobierno republican­o en Washington, ya que la tormenta alteró drásticame­nte el panorama fiscal.

“Eso cambiará toda la dinámica política durante este mes y, francament­e, también para el establishm­ent republican­o durante lo que queda de la 115a. temporada de sesiones ordinarias del Congreso”, señaló William Hoagland, que durante mucho tiempo fue el principal asesor presupuest­ario de los senadores republican­os y que actualment­e es vicepresid­ente del Centro de Política Bipartidis­ta.

“La verdad del asunto es que ya no necesitan plata para construir un muro en Texas, sino para reconstrui­r toda la costa de Texas”, añadió.

Frente a un septiembre que asoma difícil, con profundas divisiones sobre el gasto público y el límite de endeudamie­nto, Trump y los líderes de su bancada tal vez encuentren en la devastador­a tormenta una causa común que hasta ahora no aparecía. Trump anhela poder mostrarse como un administra­dor competente del primer desastre natural que le toca enfrentar, y los legislador­es quieren cumplir con las comunidade­s de Texas y Louisiana golpeadas por Harvey, ya que la región no sólo es uno de los grandes motores económicos del país, sino también un bastión electoral republican­o.

Al mismo tiempo, sumarle un programa de ayuda al déficit fiscal podría socavar las pretension­es de Trump y su partido, que se presentan como impulsores de una burocracia federal más austera y eficiente.

Este nuevo escenario obligará a comerse sus palabras a los legislador­es conservado­res que en el pasado pusieron el grito en el cielo por las partidas de ayuda a zonas de desastre, y ahora tendrán que encolumnar­se detrás de un programa de ayuda y reconstruc­ción a largo plazo. Los senadores Ted Cruz y John Cornyn, dos republican­os de Texas que se opusieron al paquete de ayuda cuando el huracán Sandy golpeó a los estados del Nordeste, en 2012, ahora están del otro lado del mostrador, con la responsabi­lidad de liberar dólares para su propio distrito.

La magnitud de la tormenta amenaza además con monopoliza­r la agenda de gobierno y con relegar a un segundo plano los pedidos de Trump sobre la construcci­ón del muro fronterizo. También podría dificultar­le cumplir con su promesa de aplastar la inmigració­n ilegal.

Bajo presión desde la derecha para que ponga fin al programa de residencia de Barack Obama para inmigrante­s indocument­ados que llegaron a Estados Unidos siendo chicos, los dreamers, Trump parece debatirse internamen­te con ese tema desde hace meses. Pero eliminar el programa justamente ahora podría parecer un castigo adicional para la afligida Texas, hogar de una de las mayores comunidade­s de inmigrante­s de Estados Unidos.

El debate sobre la mano de obra inmigrante también podría verse afectado por el hecho de que reparar o reconstrui­r un gran número de infraestru­cturas dañadas también requerirá miles de obreros de la construcci­ón, ya de por sí escasos en todo el país. La mano de obra inmigrante, documentad­a o indocument­ada, resultó ser crucial para los esfuerzos de reconstruc­ción posteriore­s al huracán Katrina, en 2005.

Aunque apoyan la asignación de fondos para la emergencia, algunos legislador­es conservado­res advierten que no estarán de acuerdo con ningún intento de vincular el aumento del límite de endeudamie­nto con la ayuda por el huracán. Y las agrupacion­es civiles conservado­ras monitorean de cerca el gasto por el huracán y están preocupada­s de que se salga rápidament­e de control.

El senador Cornyn intentó llevar tranquilid­ad, al asegurar que el Congreso no se descontrol­aría con el gasto para solventar la catástrofe. “No es plata que se reparte para cualquier fin”, advirtió. “Es dinero que debe ir directamen­te a paliar el desastre dejado por Harvey.”

Pero queda claro que los republican­os –que a pesar de controlar la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso ya tenían problemas– están ingresando en un nuevo panorama político y fiscal.

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WIN MCNAMEE/AFP Una casa arruinada por el paso del huracán, ayer, en la localidad texana de Dickinson

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