La masiva marcha por Maldonado apuntó contra el Gobierno y terminó en un caos
Una multitud se congregó para reclamar la aparición del joven; su hermano pidió la renuncia de Patricia Bullrich y criticó la investigación judicial; después del acto se produjeron graves disturbios provocados por grupos de violentos activistas
Una multitudinaria movilización a Plaza de Mayo reclamó ayer por la aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven artesano de quien nada se sabe desde hace un mes, luego de que participara de una protesta mapuche en Chubut. En una convocatoria heterogénea, organizaciones políticas, gremiales y de derechos humanos responsabilizaron al Estado y a las fuerzas de seguridad por su “desaparición forzada”. Sergio Maldonado, hermano del joven, fue el único orador y pidió que “Patricia Bullrich dé un paso al costado”.
La marcha se desarrolló pacíficamente, excepto por una breve refriega entre agrupaciones militantes. Sin embargo, al terminar, y cuando la mayor parte de los manifestantes ya habían desconcentrado, un grupo de violentos activistas provocó graves disturbios en la Plaza de Mayo y en las calles aledañas, y obligó la intervención de las fuerzas de seguridad. Hubo al menos 23 heridos (6 de ellos policías) y 27 detenidos. También hubo agresiones a una dependencia de la Gendarmería en el microcentro y en locales comerciales. Las fuerzas de seguridad bregaron dos horas para dispersar a los manifestantes, en acciones que se extendieron hasta el Congreso Nacional (ver página 14).
Antes de que el caos se apoderara del lugar, una consigna había aglutinado miles de personas en una de las marchas más masivas del año: “Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos”.
La configuración de la protesta fue similar a la que el 24 de marzo de cada año recuerda el inicio de la última dictadura militar. Hubo una fuerte presencia político-partidaria y de organismos de derechos humanos.
Cuando Sergio Maldonado, hermano del joven de 28 años desaparecido, tomó el micrófono, la plaza desbordaba. El discurso fue breve. Maldonado leyó una carta. Allí apuntó a la responsabilidad del Estado y cuestionó la investigación en curso. Las líneas más duras estuvieron dedicadas a la ministra Bullrich.
“A un mes de la desaparición forzada de Santiago, el Estado sigue negando su desaparición a manos de Gendarmería. Pareciera que negaran hasta su propia existencia”, comenzó. El hermano mayor de Santiago vestía una remera blanca con la foto de su hermano impresa en el centro. A su lado, lo escuchaba el premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel y las Madres de Plaza de Mayo.
“En ningún momento se cuestionó el accionar de Gendarmería en el desalojo de la protesta. Lo único que se hizo fue cuestionar a Santiago, a mi familia y a sus amigos. Somos víctimas del maltrato de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich”, siguió la lectura. Fernando Maldonado detuvo la lectura. Como en un grito de guerra, la multitud pedía: “Fuera, fuera, fuera, Bullrich, fuera”.
Maldonado pidió entonces la renuncia de la ministra “por no estar capacitada”. Pero culpó a varios funcionarios del gobierno de Mauricio Macri por “haber lanzado informaciones falsas y declaraciones que lo único que hacen es sembrar desesperanza en la familia”. Después, pidió una investigación “seria e imparcial”, que alcance “a todo el personal de Gendarmería” que participó del desalojo de la protesta mapuche el 1° de agosto en Leleque, Chubut. “Ellos son responsables y tienen que dar cuenta de su actuación”, añadió.
El palco, montado de espaldas a la Casa Rosada, no estuvo copado por dirigentes políticos. Hubo presencia de algunos jóvenes pertenecientes a las distintas fuerzas que acompañaron el reclamo. Según supo la nacion existió un pedido expreso de la familia de Maldonado para que se mostrara a la juventud sin “partidizar” el reclamo. La familia del joven ocupó el lugar central en el escenario.
En el cierre de su mensaje, Maldonado se preguntó: “¿Hasta cuándo debemos preguntarnos dónde está” y volvió a la carga contra Bullrich. “Le pido a la ministra que dé un paso al costado y deje el lugar a alguien capacitado”, concluyó. Luego agradeció el apoyo de los presentes y abrazó a Pérez Esquivel.
La condena al Gobierno se replicó abajo del escenario. Entre la gente se multiplicaron las imágenes de Maldonado. Hubo lugar para los pañuelos blancos y el pedido de “Nunca Más”. “Lo sabía... a Santiago lo llevó Gendarmería”, se escuchó cada vez que las columnas de manifestantes entraban a la plaza.
Por separado, el kirchnerismo y la izquierda protagonizaron la protesta. Desde Diagonal Norte y Florida, marchó hasta la plaza el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, que integran Correpi, Ceprodh y el Centro de Abogados por los Derechos Humanos, entre otros, y la izquierda trotskista.
En tanto, por Avenida de Mayo, avanzaron sectores ligados al kirchnerismo y Madres de Plaza de Mayo, Abuelas e Hijos. Se acercaron a la protesta algunos de los candidatos como Daniel Filmus, Mariano Recalde, y el jefe de la CTA y candidato en provincia de Buenos Aires, Hugo Yasky. Cristina Kirchner fue a una misa en Merlo que ofició el obispo Fernando Maletti por la desaparición de Santiago (ver página 16).