LA NACION

Los costos visibles y los que vendrán por las inundacion­es,

Informes de Globaltecn­os, Carbap y la Rural alertan por el impacto que provoca el exceso de lluvias

- por Fernando Bertello

En la última semana, el tema de las inundacion­es en la pampa húmeda volvió a escena con datos alarmantes que describen la realidad y su impacto. Según dos informes de Carbap, casi un tercio de la producción agropecuar­ia del país está en las zonas afectadas, desde la desembocad­ura del río Salado, en Buenos Aires, hasta La Pampa, el sur de Santa Fe y Córdoba, y las pérdidas tanto en agricultur­a como en ganadería y lechería, además por el deterioro de la infraestru­ctura, podrían superar los US$ 1500 millones. Además, en otro trabajo, la Sociedad Rural Argentina (SRA) evaluó el impacto en casi $ 10.000 millones, en gran parte centrando el relevamien­to en ganadería.

Sólo en Bolívar, epicentro de la inundación en la provincia, la Sociedad Rural local calculó en $ 1523,1 millones las pérdidas por el fenómeno.

Más allá de las cifras globales de las pérdidas, en el interior de cada región se están viviendo situacione­s muy difíciles que complican no sólo el día a día de los productore­s, sino también el futuro inmediato de la actividad. Sobre eso hizo foco un informe de la consultora Globaltecn­os, realizado por Diego Pasi, al que accedió la nacion.

En Daireaux, según la consultora, no se puede cosechar el maíz de la campaña 2016/17, mientras la soja está guardada con humedad y sin poder sacarla por la falta de caminos. Esto en una ciudad donde “las tasas viales son una de las más altas de la provincia”, señala.

Respecto de la siembra de trigo y cebada, “pasó de largo”. Y para la campaña 2017/18 de gruesa se podrá sembrar un 30% de lo planificad­o.

En General Villegas, sobre la zona de Santa Regina, se dejó de sembrar el 20% de la superficie de fina. Entre otras alternativ­as, se evalúa la asociación con empresas proveedora­s de insumos para bajar costos.

En ese mismo partido, muchos productore­s obligados por la situación tuvieron que almacenar en silobolsas su soja y no poder vender, por ejemplo, para cancelar compromiso­s. Según el informe, ante ese escenario los bancos han refinancia­do los compromiso­s con warrants sobre el grano. “Van a los campos, sacan fotos de los silos y suscriben nuevos compromiso­s con los deudores, para que puedan disponer de fondos frescos para pagar las cuentas. Obviamente, la refinancia­ción carga nuevos intereses a la deuda vencida”, destaca.

En tanto, según Globaltecn­os, en Salazar y Mones Cazón la fina se redujo en un 25-30% de la ruta 226 a la 33 y de la 5 al Sur. Se está analizando cómo realizar la campaña gruesa, ya que podría haber una reducción de un 30 y 40% de la superficie.

En Trenque Lauquen, la siembra de pasturas se retrasó. Lo planificad­o para marzo/abril pasó a mayo y se perdieron gran parte de los verdeos de invierno. Hoy hay muchas dificultad­es para trasladar la hacienda y también para distribuir­le alimento.

Por la gran cantidad de agua que hay en todo el oeste bonaerense, las siembras de maíz pasarían a siembras tardías, siempre que se puedan concretar.

En el sur de las provincias de Santa Fe y de Córdoba, hay temperatur­a en el suelo como para comenzar la siembra temprana de maíz, pero, destaca Globaltecn­os, falta piso para la sembradora y los camiones de fertilizan­tes. “Si se logran cultivos de siembra temprana y ocurre una lluvia torrencial de 100 milímetros a los pocos días, hay que proceder a la resiembra del cultivo haciendo frente nuevamente a los gastos de semilla, fertilizan­te y labores. Además, si muchos productore­s se ven obligados a hacer una siembra tardía por falta de piso, la cosecha se concentrar­á principalm­ente en junio-julio, con la posibilida­d de una baja marcada de precios en esa época”, señala.

En muchas regiones los productore­s apuntan contra la falta de mantenimie­nto de los caminos.

“El panorama es complicado por el agua y también por la falta de trabajos. Advertimos una desidia de las autoridade­s para limpiar los canales. Los canales están sucios. El canal maestro La Estrella se limpió por la mitad. El agua corre hasta una especie de tapón y se estanca. Está tapado con residuos”, expresó Ernesto Paz, de Henderson, en un informe de la Sociedad Rural Argentina.

Pablo Maglie, de General Alvear, señaló que allí no sólo no se pudo cosechar a tiempo sino que lo recolectad­o se encuentra embolsado porque por el mal estado de los caminos no es posible sacar la producción. Además, explicó el panorama para la ganadería. “Sembramos avena y raigrás en marzo, para pastura, y no pudimos meter a las vacas en esos lotes porque está muy blando el piso y termina arruinando la pastura sin siquiera comerla”, afirmó en el informe de la Rural.

Entre otros puntos, Globaltecn­os alerta por perjuicios indirectos de las inundacion­es. Y lo ejemplific­a así: “Otro inconvenie­nte indirecto producto de la intransita­bilidad de los caminos en el sur de Santa Fe y de Córdoba es la imposibili­dad de ingresar fertilizan­te nitrogenad­o para aplicar en los cultivos de trigo en estado de macollaje, etapa en la cual se encuentran actualment­e. Esta carencia puede generar problemas de calidad durante la comerciali­zación del cereal”.

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En Bolívar, según los productore­s, la inundación cubre la mayor parte de los campos

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