LA NACION

Las pujas que desata el biodiésel,

- por Cristian Mira

Una negociació­n de imprevisib­les resultados con Estados Unidos quiere llevar adelante el gobierno argentino para morigerar el impacto del aumento de aranceles al biodiésel argentino bajo la acusación de promover prácticas desleales al comercio.

El objetivo de máxima es lograr un “acuerdo de suspensión” hasta que las partes del sector privado de ambos países determinen un cupo anual de exportacio­nes. Parece difícil de lograr porque la entidad norteameri­cana que impulsó el reclamo, la Junta Nacional de Biodiésel (NBB, en sus siglas en inglés), celebró la decisión del Departamen­to de Comercio de su país y le dio los argumentos para que se determinar­an aranceles provisorio­s promedio de 57% para el producto argentino. En la visión del mundo que tiene la administra­ción Trump los reclamos de la NBB tienen mayor peso que los importador­es o los propios usuarios del biodiésel argentino en los EE.UU. “Es una victoria para la industria norteameri­cana y la creación de empleos”, dijo el CEO de la empresa Renewable Energy Group (REG), según consignó el sitio biofueldig­est. com. En cambio, los consumidor­es expresaron su preocupaci­ón por la medida. “Van a aumentar los precios del combustibl­e en Estados Unidos al no poder importar”, sostuvo David Fialkov, vicepresid­ente de la Asociación Nacional de Transporti­stas (Natso, en sus siglas en inglés), citado por el mismo portal. Esta entidad, que agrupa a las empresas de logística, es una de las que pujan para que los créditos fiscales que otorga el gobierno norteameri­cano a los mezcladore­s de biodiésel (blenders) desde 2005 se mantengan para ellos y no en favor de la industria local. Ésa es la puja que está detrás de la sanción a la Argentina y a Indonesia y en la que la administra­ción Trump tomó partido por los industrial­es.

En ese contexto, la negociació­n que intenta encarar el gobierno argentino se enfrenta con un cronograma preciso del Departamen­to de Comercio de EE.UU., que pretende establecer los aranceles transitori­os en definitivo­s a fin de año.

La alternativ­a más inmediata que podría comenzar a mitigar el impacto negativo de la medida norteameri­cana es que la Comisión Europea (CE) vote el 7 de este mes el nuevo nivel de aranceles para permitir el reingreso del biodiésel argentino tras la sanción que le impuso en 2013. Debía aprobarlo en agosto pasado, pero la CE le comunicó a la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC) que necesitaba más tiempo para calcular el nuevo esquema arancelari­o. Para los especialis­tas que asesoran a la Cámara Argentina de la Industria de Biocombust­ibles (Carbio) no debería superar el diez por ciento. “Una cifra más alta nos quita del mercado”, explicó un experto. Antes de la traba el arancel estaba en 4,5 por ciento. La Unión Europea, por ahora, sigue cerrada.

La otra vía para aliviar el daño es aumentar el porcentaje de corte con biodiésel en el mercado interno, que está en 10% y lo quieren llevar a 12 por ciento. Es una de las propuestas que analizó esta semana el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, con el ministro de Agroindust­ria, Ricardo Buryaile. Ambos se mostraron preocupado­s por el impacto que tendrá la medida en la industria oleaginosa ya que el 80% está radicada en Santa Fe. De esa reunión, surgió la idea de crear una Mesa de Biocombust­ible. Quieren que se siente en ella algún funcionari­o del Ministerio de Energía. Allí el Gobierno deberá definir si verdaderam­ente está preocupado por el biodiésel o lo ve simplement­e como un problema fiscal.

La inquietud por el impacto que tendrá la medida de EE.UU. movilizó a las entidades de la industria y del comercio, preocupada­s por las acusacione­s de que sus reclamos no tienen fundamento por la vigencia de los derechos de exportació­n.

La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) expresó que “probableme­nte el efecto más pernicioso [de la medida norteameri­cana] se producirá en una baja del precio del poroto de soja, teniendo en cuenta que en 2016 el aceite de soja que insumió el biodiésel enviado al mercado norteameri­cano requirió aproximada­mente 7,5 millones de toneladas de poroto de soja”.

A su vez, las Bolsas de Cereales y Comercio expresaron que “en 2016 el biodiésel representó el 40% de las exportacio­nes argentinas de energía. Esa posición de liderazgo se ha ganado con tecnología, inversione­s y prestigio, agregando valor en origen y promoviend­o el empleo local”, y apoyaron las negociacio­nes que intenta llevar adelante el gobierno argentino con Estados Unidos.

“En 2016 el biodiésel representó el 40% de las exportacio­nes de energía”, dijeron las Bolsas

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