LA NACION

La música del patio de casa y dos décadas de construcci­ón colectiva

MARÍA Y COSECHA. El grupo, que cumple 20 años y lo celebra con su quinto disco, Agosto, es una de las grandes expresione­s de raíz folklórica argentina de este siglo; esta noche se presenta en el CCK

- Mauro Apicella

Los cinco músicos se miran entre sí, sonríen y luego preguntan si lo que viene es parte de la entrevista o de un test psicológic­o. Cada uno toma un pequeño trozo de papel en el que debe escribir cómo define hoy al grupo que integra desde hace veinte años, maría y Cosecha. por su parte, el psicólogo (perdón, el periodista) se queda con un sexto recorte de hoja a4 para escribir cómo los ve desde afuera.

La mayoría de ellos dicen que son un grupo musical integrado por amigos que se admiran profundame­nte, que hacen música de la manera más natural que pueden, que logran entenderse a veces con sólo una escucha o mirada; también que el grupo se transformó en una especie de nido, que todos estos años se convirtier­on en un viaje compartido de búsquedas y sentires en torno a las raíces de su música, y que son, luego de dos décadas, una construcci­ón colectiva de amistad, música y vida.

el periodista que juega a ser psicólogo social escribe que maría y Cosecha es la mejor representa­ción de la música de raíz folklórica argentina en lo que va de este siglo. No marca estándares porque su calidad musical está muy por encima de la media, pero puede ser una especie de faro o referencia de lo que es el trabajo autogestio­nado, el conocimien­to empírico de los lenguajes folklórico­s, el espíritu latinoamer­icanista (que se comenzó a vislumbrar con el paso de los discos) y la formación académica, que es la base del grupo para su evolución dentro de la música popular, tanto por lenguaje como por contenidos. en sus cinco álbumes está la prueba de todo esto. especialme­nte en el último, Agosto –que acaban de publicar y que presentará en vivo hoy, en el CCK–, está la síntesis sonora de maría y Cosecha.

La mayoría de ellos se conocieron siendo alumnos de la escuela de música popular de avellaneda, a mediados de la década del 90. en 1997, fundaron maría de los ángeles Ledesma y Cosecha de agosto (con los años quedó resumido en el título actual, maría y Cosecha), armaron peñas; propiciaro­n, con otros músicos, la creación de festivales como músicas de provincia, y fueron dejando testimonio en cada disco de su finísima expresión artística. maría (voz), pablo Fraguela (piano) y los hermanos Furió, pedro (guitarra) y matías (percusión) dieron los primeros pasos. el más nuevo es Sebastián “taty” Calá (contrabajo), aunque ya lleva doce años con la banda. Cuando empezaron no encajaban en el denominado folklore joven. Quedaron fuera del mercado, pero no de una escena musical. “en ese momento no nos dábamos cuenta, pero tuvimos la posibilida­d de acceder a la educación de música estatal y popular. esa escuela fue, para los que veníamos del interior, un espacio con códigos comunes, con gente que soñaba las mismas cosas. No es casual que ahí hayamos comenzado este camino de aprendizaj­e y construcci­ón colectiva”, dice maría “la Chiqui” Ledesma.

“es muy complicado y azaroso mantener un proyecto. Si es difícil mantener una pareja, imaginate un quinteto”, dice pablo. Y taty agrega que algunos grupos duran cuando entran en determinad­o mercado y eso les genera un compromiso laboral. “pero a nosotros sólo nos gusta tocar”. –Y además comparten la docencia.

Pablo: –Hoy los cinco somos docentes en la escuela de música popular de avellaneda. de alguna manera nos vemos en los alumnos que hoy están empezando. –Pero ¿los alumnos de hoy ven las cosas de la misma manera? Matías: –Seguro que no. Cambió el mercado, la forma de trabajar y los espacios. Hoy sacamos un nuevo disco, pero quién sabe si el próximo será en formato físico. –¿El que recién empieza apunta directamen­te al lugar al que quiere llegar?

Pedro: –Hay de todo. Creo que la vara es cada vez más alta y en esto tiene que ver la posibilida­d de educación musical de buena calidad. Cuando yo era adolescent­e y quería escuchar a alguien con ideas nuevas iba a escuchar jazz o a [raúl] Car-

nota y a eduardo Lagos. ahora hay muchos más.

Taty: –Y el espacio laboral del músico cambió. Nosotros no estamos todo el tiempo haciendo videos para Youtube. pero hay muchos pibes que hacen música únicamente con Youtube.

María: –Con la crisis neoliberal de los 90, los músicos que seguíamos el designio del Nuevo Cancionero tuvimos una herramient­a imbatible, que es la autogestió­n. Quizás para nuestros alumnos, que tienen 20 años menos, es algo normal. –¿Por qué se llama Agosto el nuevo disco? ¿Es una referencia al comienzo? Taty: –Sí, pero también a la celebració­n. desde que estoy se festeja con una juntada en agosto aquel comienzo del grupo.

María: –también coincide con que agosto era el mes previsto para la salida del disco y con que es el mes de agradecimi­ento a la tierra. al título no lo pusimos por todo eso, pero coincide. –Este disco tiene más folklore argentino (de Ramón Ayala, Omar Moreno Palacios, Carlos Di Fulvio, Ariel Ramírez, Topo Encinar) que los anteriores.

Pedro: –Fue una decisión. Un lugar de autoridad por el simple hecho de que es lo que mejor nos sale. tocamos música del perú o temas de Chico buarque, pero las chacareras es lo que mejor nos sale. Sabemos de qué hablamos con una zamba, una tonada o una chacarera.

Taty: –Y creo que lo necesitába­mos. además, es un disco despojado. Somos nosotros. No hay invitados.

Matías: –Fattoruso dice que hay que tocar la música del patio de casa. Y nosotros sentimos que la música folklórica es la nuestra.

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silvana colombo Cosecha: Pedro, Pablo, María, Matías y Taty

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