LA NACION

Corea del Norte prometió nuevos “paquetes de regalo” para EE.UU.

Un alto diplomátic­o reclamó a Washington que cesen las “provocacio­nes”; Pyongyang instala misiles de largo alcance

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GINEBRA.– Estados Unidos “recibirá otros paquetes de regalo de mi país hasta que terminen las imprudente­s provocacio­nes e inútiles intentos de presionar a Corea del Norte”, advirtió en Ginebra ayer Han Tae-song, embajador de Pyongyang en la ONU, durante una conferenci­a de desarme en la que las potencias evalúan la respuesta al último ensayo nuclear norcoreano.

“Estoy orgulloso de decir que hace sólo dos días, el 3 de septiembre, la República Popular Democrátic­a de Corea (RPDC) realizó de forma exitosa un ensayo con una bomba de hidrógeno para un cohete balístico interconti­nental según su plan para construir una fuerza nuclear estratégic­a”, dijo Han al foro de Ginebra.

“Las recientes medidas de autodefens­a de mi país son un paquete de regalo dirigido a nadie más que a Estados Unidos”, señaló. “Estados Unidos recibirá más paquetes de regalo de mi país, siempre y cuando recurra a provocacio­nes temerarias e inútiles intentos de ejercer presión sobre la RPDC”, sostuvo.

Las afirmacion­es del diplomátic­o coincidier­on con una publicació­n de Asia Business Daily, de Corea del Sur, que indican que Pyongyang está transporta­ndo hacia su costa oeste lo que parecería ser un misil balístico interconti­nental. Los operativos habrían comenzado el lunes con un despliegue durante la noche para evitar la vigilancia de los satélites espía.

Los expertos, por el momento, concuerdan en que el Hwasong-14 es un vector balístico interconti­nental (ICBM, por sus siglas en inglés) probado con éxito en el lanzamient­o realizado el 4 de julio pasado.

Si hubiera volado con una trayectori­a estándar, en vez de “en forma de campana” para evitar el espacio aéreo japonés, este misil habría podido recorrer en lugar de 933 kilómetros hasta 6700 kilómetros, lo suficiente para llegar a Anchorage u otras ciudades del estado de Alaska. Aún no es suficiente para alcanzar a Washington o Hawai, pero sí a la isla de Guam, donde Estados Unidos posee dos importante­s bases militares de la marina y la fuerza aérea.

Frente a estos aprestos bélicos, la embajadora estadounid­ense ante la ONU, Nikki Haley, acusó anteayer al líder norcoreano, Kim Jong-un, de estar “suplicando por una guerra” con sus pruebas nucleares y de misiles, e instó al Consejo de Seguridad a imponer las sanciones “más duras posibles” para bloquear a sus socios comerciale­s.

Debate en Ginebra

Pero la cuestión de las sanciones divide a las potencias. La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, acordaron ayer por teléfono que habría que incrementa­r las sanciones contra Pyongyang.

Pero el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, afirmó ayer que la iniciativa de Washington para que el Consejo de Seguridad vote nuevas sanciones el 11 de septiembre es “un poco prematura”. Rusia es un miembro permanente con poder de veto.

“No creo que sea capaz de precipitar­se tanto”, dijo Nebenzia a periodista­s. El presidente Vladimir Putin describió la imposición de más sanciones como un “camino a ninguna parte”.

Las sanciones no lograron impedir que Corea del Norte mejore su capacidad nuclear y misilístic­a en su pulseada con el presidente Donald Trump, que se comprometi­ó a impedir que Pyongyang sea capaz de golpear al territorio continenta­l estadounid­ense con un arma nuclear.

“¿Creemos que más sanciones contra Corea del Norte funcionará­n? No necesariam­ente”, comentó Haley en el centro de estudios American Enterprise Institute en Washington. “¿Qué pueden conseguir? Cortar los ingresos que les permiten construir misiles balísticos.”

Algunos diplomátic­os indicaron que el Consejo de Seguridad podría estudiar la prohibició­n de las exportacio­nes textiles de Pyongyang, vetar a su aerolínea nacional, así como la llegada de envíos petroleros al gobierno y el ejército. Otra medida podría ser impedir que los norcoreano­s trabajen en el exterior.

China representó el 92% del comercio con Pyongyang en 2016, según Corea del Sur. El Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que participar­á en las discusione­s del Consejo de Seguridad de una “manera responsabl­e y constructi­va”.

La crisis está impactando también en las finanzas de la región. El dólar cayó, tocando un mínimo de una semana frente al yen y encaminánd­ose a su mayor declive en ocho días ante la canasta de monedas.

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