Una zona gris con fallos encontrados en la Argentina
No existe la certeza legal de que puedan monitorearse los correos electrónicos
Si la empresa puede o no monitorear los mails corporativos de sus empleados está dentro de una zona gris, ya que la ley de contrato de trabajo, de 1974, está sumamente atrasada con respecto a la tecnología, y no existe una normativa clara y unificada. Poner las cosas claras es tarea pendiente en el Congreso.
Desde uno de los tribunales laborales, un juez aclara que es momento para tomar conciencia de que existen mails personales de muy fácil acceso, y que conviene usarlos aunque muchas veces sea más fácil unificar todos los correos en el corporativo. Tarde o temprano, asegura, los mails que forman parte de las compañías podrán ser monitoreados por las empresas sin que esto sea considerado un delito.
Mientras tanto, existen fallos encontrados que dan la razón al empleador o al empleado, indistintamente.
Algunas empresas intentan a través de sus abogados resguardarse de posibles juicios pidiendo a sus empleados que firmen un consentimiento, pero una jueza local afirma que “tal como establece la organización Internacional del Trabajo (oIT), la relación empleado-empleador no se da entre dos iguales. Hay una parte más fuerte, el empleador, y una más débil, el empleado”. Por eso su tribunal considera que este tipo de consentimientos no se firma libremente, porque el empleado no puede decirle a su jefe que no firmará el consentimiento sin que esto implique problemas a futuro.
Como se ve, el monitoreo de mails en la Argentina por parte de las empresas puede resultar en una victoria en tribunales para cualquiera de las dos partes.
Por otra parte hay casos en los que interviene un juez que autoriza a que se revisen los mails cuando hay una fuerte sospecha de que se cometió un ilícito y se necesitan pruebas. Aquí se dan una serie de procedimientos, que incluyen el resguardo de la prueba para que sea válida en un juicio.