LA NACION

“Hay que luchar para eliminar las causas de la violencia”

Para el arzobispo emérito, un tratado no es suficiente para superar el conflicto

- Texto Elisabetta Piqué

“No es suficiente firmar un tratado con un grupo, hay que luchar para eliminar las causas que han provocado la violencia en Colombia”, señala el monseñor colombiano José Octavio Ruiz Arenes, arzobispo emérito de Villavicen­cio y desde 2011 secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangeliza­ción, que acompañará a Francisco en el viaje que emprende hoy a Colombia.

En diálogo con la nacion, Ruiz Arenes admitió las dificultad­es existentes en Colombia en torno del acuerdo de paz sellado el año pasado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC).

–¿Qué espera de la vista papal?

–Pienso que Francisco nos ayudará a entender que la paz es un don tan grande que debemos olvidar ese hecho político del tratado en sí y continuar más bien a buscar una verdadera paz. No creo que el Papa vaya a hablar propiament­e del acuerdo de paz, no creo que vaya a ponerse en una posición para que puedan decir “apoyó el acuerdo” o “no lo apoyó”. Pienso que el Papa volará más alto y recordará que la paz es un don de Dios que debemos contribuir a consolidar. Pero no es suficiente firmar un tratado con un grupo. Mientras nosotros no luchemos por sacar las causas de la violencia –que fueron la injusticia, la mala distribuci­ón de los bienes, la corrupción, el problema del narcotráfi­co, etcétera– y si nosotros no atacamos las causas, la violencia continuará, quizá no con las FARC como tales, sino con otros grupos que se sentirán aún víctimas del Estado o de la situación de la nación.

–¿Usted cree que es posible eliminar estas causas de la violencia?

–La Iglesia está trabajando muchísimo para crear esta conciencia. Después habrá que ver si los colombiano­s escuchan lo que dirá el Papa. Si no, será muy difícil... Se dice, por ejemplo, que si hubiéramos escuchado las palabras de Pablo VI, hace 50 años, nuestra situación hubiera sido muy distinta. Pablo VI vino a Colombia en 1968, fue la única nación latinoamer­icana que él visitó y entonces habló mucho del desarrollo, pero también de la justicia, de las necesidade­s de superar las grandes diferencia­s sociales que existen en este país católico.

–Pablo VI no fue escuchado. ¿Cree que Francisco será escuchado?

–Esperemos que sí...

–Hay una presión muy fuerte para que el Papa hable sobre Venezuela. ¿Podemos esperar alguna señal?

–No sabría decirle, tenemos que esperar a ver qué dice el Papa. Pero, segurament­e, si se encuentra con obispos venezolano­s, tendrá alguna palabra para ellos de apoyo, de aliento a lo que ellos están haciendo. Y quizá la ocasión sea cuando se reúna [mañana] en Bogotá con 60 obispos del Consejo Episcopal Latinoamer­icano, entre ellos los venezolano­s.

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