LA NACION

Acelera el crédito y la recuperaci­ón de la economía suma otro motor

en alza. La novedad es que los desembolso­s en pesos a empresas crecen más que la inflación por primera vez en un año y medio

- Javier Blanco LA NACION

La demanda de crédito no sólo ya arrancó, sino que “puso segunda”. Las señales de aceleració­n, que tienden a confirmar la tendencia al despegue que la actividad económica mostró en los últimos meses, son claras.

El stock de préstamos bancarios en pesos “pasó de crecer a un ritmo de $ 19.000 millones por mes en los primeros cinco meses del año a hacerlo a otro de $ 30.000 millones en el período junio/agosto”, observó un informe de Estudio Alpha. Y el de créditos en dólares, que crecía a un promedio de US$ 500 millones por mes, ahora se expande a una media de US$ 900 millones/mes, agrega.

El fenómeno, que había comenzado como brotes sectoriale­s (inmobiliar­ios, prendarios), ahora se generaliza. “No sólo ya van cuatro meses consecutiv­os con crecimient­o real del crédito al sector privado, sino que además, en la comparació­n interanual, el crédito en pesos a empresas le gana a la inflación por primera vez en 18 meses”, apuntó la consultora LCG.

Las cifras de agosto muestran que el crédito tuvo una tasa de crecimient­o interanual del 35,4%, superior en al menos 10 puntos a la inflación. Y la demanda de las empresas, que venía muy firme en dólares por las tasas bajas que se ofrecían, pero planchada en pesos, ahora también despega en moneda nacional, pese a que no hubo cambios significat­ivos en su precio.

“En relación con julio, subió 3,1%, lo que supone una tasa de crecimient­o real del 1,6%”, apunta la economista Lucía Pezzarini, autora del informe de LCG. “La novedad es que la expansión llegó a la demanda típicament­e empresaria (+3,3%) con el financiami­ento contra documentos, trepando 4% y mostrando el auge de obra pública”, apunta.

Para Hernán del Villar, director de Alpha y mentor del informe, todo se dio porque “las mayores necesidade­s de capital de trabajo que enfrentaro­n las empresas despertaro­n el interés por la línea de financiami­ento para la producción y la inclusión financiera y otras de la banca pública”. Eso, además, le permitió al sistema financiero “recuperar los volúmenes de intermedia­ción que tenía a fines de 2015 en términos reales”.

El despegue se había iniciado por un boom de los préstamos con garantía (hipotecari­os y prendarios, en especial los dados en UVA) al que se agregó un auge de los personales. Todas esas líneas siguieron muy demandadas en agosto: subieron 7,3, 4,5 y 3,7%, en cada caso.

El stock de personales, por ejemplo, “sumó $ 11.846 millones respecto de julio, lo que casi duplica el incremento de $ 6112 millones del mismo mes de 2016 y supone un crecimient­o interanual del 56,42%. Oferta y demanda parecieran estar viviendo un romance que perdura”, grafica Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, para quien la irrupción de la Anses obliga a los bancos a mejorar su oferta.

“La Anses fue muy agresiva colocando crédito entre jubilados y receptores de asignacion­es sociales a tasas del 24%, muy inferiores a las de mercado. A los jubilados se les otorgaron cerca de 400.000 créditos a un promedio de $ 3000 millones por mes. Y a los beneficiar­ios de planes, sólo en agosto, unos $ 10.000 millones. Sumados los créditos de la Anses, superaron largamente al total de préstamos personales dados por todos los bancos”, apunta Del Villar, que lo vincula con las señales de rebote que comenzó a mostrar el consumo.

El que no termina de repuntar es el financiami­ento de consumos con tarjeta de crédito (+0,9%), tal vez porque las tasas que la banca cobra superan, en muchos casos, el 50% anual.

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