LA NACION

Chile se cae y Colombia no avanza: el único alivio albicelest­e

El equipo dirigido por Pizzi perdió ante Bolivia, el conjunto cafetero empató con Brasil y Perú dio la nota: sorprendió en Quito

- Ariel Ruya

El viaje a Rusia ofrece un mundo de escalas complejas, indescifra­bles. Más allá del poderío individual, la Argentina casi siempre ofreció migajas de lo que suele disponer. En la travesía traumática, debió estar pendiente –lo sigue estando, en realidad–, de lo que ocurre en otras geografías cercanas. Antes y después del choque contra Venezuela, debió saber cómo salieron los principale­s adversario­s en la obsesión por ingresar cuanto antes al círculo de los privilegia­dos. Los técnicos argentinos fueron protagonis­tas estelares, cada uno con su sello. Juan Antonio Pizzi no puede detener el derrumbe de Chile, que perdió por 1 a 0 contra Bolivia, en La Paz, y sumó la segunda derrota en serie, luego de un 3-0 sufrido ante Paraguay. José Pekerman se conformó con la discreta tarea de Colombia, en el empate 1-1 contra Brasil, en Barranquil­la. Colombia no se despegó y Chile se retrasó, dos resultados que le dieron cierta energía a la Argentina.

El golpe lo dio Ricardo Gareca, en Perú, que sorprendió a Ecuador, le ganó por 2 a 1 en Quito y está en la curva ascendente.

Juan Carlos Arce, de penal, marcó el gol de la victoria de Bolivia frente a Chile, muy celebrado por la histórica rivalidad y por el reciente entredicho con las resolucion­es de la FIFA y del TAS sobre la indebida inclusión del boliviano Nelson Cabrera en el primer partido de las eliminator­ias. El choque terminó con tumultos, gestos obscenos y bromas de dudoso gusto en las redes sociales. Arturo Vidal, líder del equipo, cuestionad­o en los últimos tiempos por algunos despistes fuera del campo de juego, se retiró del estadio envuelto en llanto. “Hay un jugador que dijo que Bolivia verá el Mundial por TV y creo que a él también le tocará lo mismo”, sentenció Mauricio Soria, el entrenador de Bolivia, en supuesta referencia al crack chileno. “Se perdió lo que mostramos en la Copa América y en la Copa de las Confederac­iones. Hay que tratar de pensar en lo que viene y jugarse la vida. Queda poco, ya me voy a retirar...”, comentó Vidal, de modo enigmático.

En la próxima doble jornada, Chile recibirá a Ecuador y se enfrentará con Brasil, ya clasificad­o. Sin embargo, más allá de los rivales, hay un clima enrarecido en el equipo trasandino, que observa cómo declina la mejor selección de su historia. Medel, Isla, Díaz, Beausejour, Sánchez, Vargas... Las figuras de la generación dorada atraviesan una crisis de confianza.

En Barranquil­la, la temperatur­a, superior a los 35 grados, tal vez influyó en el espectácul­o. Colombia quiso, pero no pudo demasiado, y Brasil intentó, aunque con cautela. Un golazo de Willian y un cabezazo de Falcao sacudieron un encuentro que no le cambia la vida a Brasil, ya clasificad­o y que le genera cierta calma al equipo cafetero. “La armonía en el fútbol se logra con paciencia”, resumió Pekerman, con el manual de estilo bajo

su brazo. Claro, lógico, sin pasos en falso, con la modestia, en el primer piso de su estructura. “Falcao está muy bien, lo extrañamos mucho. Volvimos a contar con un líder, con un fenómeno. Queríamos sumar los seis puntos, nos quedamos cortos en cuanto a los resultados. Pero sufrimos muchas dificultad­es. Hay que recordar que siempre nos costó mucho, fue muy duro entrar en los últimos mundiales”, sugirió el DT, que acepta el respeto general del público local, pero en los últimos meses se generó una suerte de exitismo exagerado. Tal vez, por la categoría de la mayoría de sus instrument­os.

Fueron titulares Radamel Falcao, de destacada actualidad en Monaco, Edwin Cardona, que provoca pasiones en Boca, y James Rodríguez, que trata de reinventar­se en Bayern Munich, entre tantos otros. Brasil dispuso de sus principale­s estrellas, aunque ya juega con la cabeza instalada en Rusia.

El impacto lo concretó Perú en Quito ante Ecuador: el 2 a 1 fue un premio a la libreta táctica de Ricardo Gareca, frente a la desesperac­ión del equipo que dirige Gustavo Quinteros. Édison Flores y Paolo Hurtado anotaron para el equipo peruano; descontó Enner Valencia, de penal. En la desesperad­a lucha de los que entran y salen de la zona de clasificac­ión, ahora Perú le lleva cuatro puntos a Ecuador.

“Estamos en un buen momento. Tenemos una manera de jugar”, fue el análisis de Gareca, que concentra la admiración, no solo por el doble triunfo eliminator­io (días atrás, se impuso a Bolivia por 2 a 1), sino por el estilo de juego. Y, sobre todo, por el impulso profesiona­l sobre un grupo de jugadores de calidad, aunque casi siempre díscolo.

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Reuters Pizzi consuela a Vidal, derrumbado

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