Con mayor certidumbre, crece el optimismo entre empresarios
convención del iaeF. Una encuesta de EY muestra que 8 de cada 10 compañías aumentarán sus inversiones en 2018
BARILOCHE.– El auditorio estaba colmado. El sol caía y el lago Moreno oficiaba de marco para que los directores de finanzas de más de 200 empresas de la Argentina dieran su veredicto respecto de lo que viene. La 38ª Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) tuvo un resultado sin precedente.
Durante poco más de tres horas se debatió acerca del futuro político de Cristina Kirchner, el posible triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas y sobre cuáles son las reformas estructurales fundamentales. Sin embargo, la noticia fue por otro lado. La encuesta sobre perspectivas de inversión de las empresas para 2018 marca un claro cambio de tendencia: es la primera vez que ocurre que ocho de cada diez compañías planean aumentar sus desembolsos. “De los resultados de los últimos años, éste quizás sea de los más optimistas. Hay una percepción de menor riesgo y una auspiciosa correlación entre inversiones y empleo”, señaló Pablo De Gregorio, socio de EY y responsable, junto al IAEF, del sondeo entre 80 números uno de empresas.
Los datos son elocuentes: el 80% de las firmas señaló que evaluará tomar deuda para financiar sus inversiones y el 89% planteó que crecerán sus ventas. A su vez, siete de cada 10 ejecutivos destacaron que prevén un crecimiento de la rentabilidad para 2018.
“Un proceso sólido de inversiones no se basa sólo en expectativas, sino en condiciones estructurales que lo puedan sustentar y permitan convencer a los accionistas de que es el momento de apostar”, advirtió De Gregorio.
Las respuestas recibidas de los empresarios indican también que los retornos esperados para definir una inversión bajaron. “Es un cam- bio positivo para sostener un flujo de inversiones. Aunque todavía siguen siendo altos, lo que señala que aún queda un camino por recorrer”, analizaron en la consultora.
Asimismo, como fuente de financiamiento, un 54% mencionó que tiene en cuenta el mercado de capitales local; el 63% contestó que lo hará con deuda corporativa; el 23%, con fideicomisos, y el 7%, con acciones ordinarias y preferidas.
En tanto, el efecto PASO se reflejó en un nuevo consenso empresarial, donde se empiezan a ver los puntos necesarios para sostener el mediano plazo en la dinámica de las inversiones. Los nuevos desafíos que lideran la agenda que viene son la reforma tributaria, el acuerdo tripartito entre Gobierno, sindicato y empresas, y la eficiencia del Estado.
“Las finanzas funcionan entre la codicia y la desesperación: la codicia sana de querer ganar más, y eso ya lo empezás a ver, lo palpás. Hoy el premio o el upside de hacer un proyecto de inversión es más grande que el downside de quedarse y no hacer nada”, se sinceró el director de una de las principales consultoras internacionales.
Por su parte, Juan Curutchet, presidente del Banco Provincia, fue más allá: “El aumento de inversiones ya no es un pronóstico, ya sucedió. Ves la estadística de la inversión de los últimos cuatro meses y es realmente notable, y lo que había empezado a inicios de año como el impacto de la inversión pública ahora claramente empieza a traccionar la inversión privada. Se está viendo”.
Lucas Lainez, director de Puente, avanzó en igual sentido: “La recuperación de los activos financieros y de las acciones ha tenido un año muy bueno en 2016 y siguen teniendo un buen año en 2017. Con los bonos argentinos pasa lo mismo. El riesgo país está en los mínimos de los últimos años, con lo cual el mercado financiero –que siempre se anticipa– realmente ha dado una muestra de respaldo y de optimismo hacia donde creemos que estamos yendo”. Desde el Supervielle coinciden con esa línea: “Después de las elecciones se va a profundizar la inversión”, enfatizaron. El ida y vuelta incluyó un panel de economistas, en el que José Luis Espert disparó: “El peronismo está desinflado por el exitismo del crecimiento económico. Si la economía no anduviera bien, habrían votado al impresentable kirchnerismo”.