LA NACION

Lousteau contra los “fanatismos”. La receta para recuperar el segundo lugar

El candidato de Evolución apela al contacto directo con los vecinos para repuntar

- Alan Soria Guadalupe

Martín Lousteau se inclina sobre el paño verde, flexiona levemente las rodillas y acomoda el taco bajo su pecho. Con la mano derecha en la empuñadura y la izquierda en el otro extremo, apunta con precisión al centro de la bola blanca. A su alrededor lo observan en silencio su equipo de campaña y cinco hombres que disputaban una partida de billar antes de que el candidato a diputado se acercara a probar suerte con un tiro. Desliza el taco con rapidez y golpea en su objetivo, que impacta a otras bolas. No emboca ninguna, pero la intención le vale unos aplausos.

“Che, ¿arrancamos?”, dice el candidato. El tiro y las fotos con algunos simpatizan­tes que estaban en ese bodegón de Villa Devoto pusieron fin a una breve pausa en la agenda del líder de Evolución, que había comenzado con un desayuno con jóvenes emprendedo­res y continuado con una transmisió­n en vivo por Facebook desde una cafetería cercana.

la nacion acompañó el jueves al ex embajador en Estados Unidos en sus actividade­s de campaña, en las que intenta con persistenc­ia quebrar la polarizaci­ón e insta a los vecinos a “convencer a más” gente para que con los votos vuelva a ubicar su espacio en el segundo lugar, como en 2015, y deje a los candidatos de Cristina Kirchner “bien atrás”. Elogios, cuestionam­ientos y autocrític­a dominaron una jornada difícil para el candidato. Lidió con una faringitis fuerte que lo obligó a tener los bolsillos llenos de pañuelos descartabl­es.

Acompañado por los candidatos Débora Pérez Volpin y Álvaro de Lamadrid, la caminata por la calle Cuenca que siguió al billar puso a Lousteau en contacto directo con comerciant­es, que ratificaro­n el termómetro que él dice encontrar en toda la Ciudad: el repunte de la actividad económica todavía no se siente.

“A ver si conseguimo­s algo ya, Martín. Las ventas están peor que el año pasado”, le dice una comerciant­e mientras le toma los brazos con fuerza. “Estamos peleando”, contesta él. Tras una breve conversaci­ón, la señora admite que en las PASo no votó a Evolución, que obtuvo el 13 por ciento. “Voté a [Matías] Tombolini”, recuerda, ante la mirada sorprendid­a de Lousteau. “No me hagas hablar”, bromea el candidato. La señora lo despide con una promesa de que para octubre repensará su elección.

Durante la hora de recorrida, el ex ministro encuentra apoyo de los vecinos a sus críticas a los 12 años de kirchneris­mo, a los elogios parciales al gobierno de Mauricio Macri y a su pedido de dejar de lado los “fanatismos” para “discutir en serio”.

Sin embargo, su llamado para dejar detrás la polarizaci­ón no termina de hacer pie. “¡Vamos Cristina!”, le grita desde la vereda de enfrente una joven, que desaparece caminando a paso veloz. Lousteau la ignora.

“Vos te portaste muy mal. ¿Dejar la embajada? Una lástima”, lo regaña una jubilada. Lousteau le pregunta si está “dispuesta a conversar”, pero la mujer dice estar apurada. El candidato la despide con una sonrisa.

La veintena de personas que lo acompañaro­n durante la caminata posaron para una foto final frente a las vías del tren San Martín. “¡A convencer a más!”, se despide Lousteau antes de subirse al auto donde lo esperaba el chofer.

En el camino a Palermo, responde mensajes que le llegan a sus dos iPhone, recuerda momentos familiares y mira por la ventana los nuevos carteles de campaña y las pintadas de su nombre en las paredes. “La deben haber pintado los radicales”, dice. Están hechas en rojo y blanco.

Varias anécdotas y ataques de tos después, Lousteau llega a la Universida­d de Palermo, donde lo esperan estudiante­s de periodismo. Como todavía no es la hora, se sienta en un café y dialoga con la nacion. –En la ciudad es opositor pero, a la vez, destaca medidas de Macri y pide apoyar a María Eugenia Vidal. ¿No es un mensaje confuso? –[Piensa] Hay un nivel de antagonism­o muy fuerte. Los que se quieren llamar oposición quieren destruir y los que dicen ser oficialist­as no tienen ninguna visión distinta. Nosotros no somos levantaman­os, tenemos una visión y propuestas propias. –¿Es posible recuperar el segundo puesto, teniendo en cuenta que las listas del kirchneris­mo sumaron el 20%? –Ya le ganamos dos veces al kirchneris­mo. En la ciudad, el 80% le dijo que no al pasado. Si sumás lo que es UNEN o ECo más Pro, se obtuvo en la ciudad el 63%. De acuerdo a cómo se distribuya­n los votos se puede dejar al kirchneris­mo tercero. –Si se repite el resultado de las PASO, ¿va a competir en 2019? –Nuestro espacio siempre va a querer que exista la mejor cantidad y calidad de candidatur­as posibles. Si nos va mejor, la construcci­ón de nuestro espacio va a tener más instrument­os. Si nos va peor, va a ser más difícil. Somos como un barco que zarpa hacia Sudáfrica desde Buenos Aires y ahora está con el viento en contra.

Lousteau concluye su agenda en la charla con estudiante­s, que le pidieron una autocrític­a. Admite que “quizás” no supo “leer bien el ánimo” social antes de las PASo, pero que su mensaje del último tramo de la campaña es claro. Así, mantiene la esperanza en que, esta vez sí, el 22 de octubre tenga motivos para celebrar.

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DaNiel jayo Lousteau escuchó las necesidade­s de los vecinos

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