Otra lección de Once
Todavía no puedo creer que con la tecnología que hoy existe (y ya estaba disponible desde mucho antes de la tragedia de Once) se siga dando potestad de tantas vidas que viajan en un tren a un motorman. Sin invertir muchos dólares, se pueden aplicar mecanismos de sensores y circuitos automáticos para que las formaciones frenen de manera autónoma al detectar que se aproxima a estación central o a puntos intermedios. Incluso para advertir, muchos metros antes de pasar por un paso a nivel, que hay un vehículo detenido sobre las vías, evitando una colisión. ¿A ningún representante judicial se le ocurrió este tema? ¿Ningún político conoce esto? Así como después de cometido un delito no se puede alegar como defensa que uno no conocía la ley –la pena se aplicará de todas maneras– los funcionarios deberían evitar usar, como excusa, el desconocimiento de ciertos mecanismos de control y tecnológicos, ya que ellos hacen a nuestra seguridad. Pensemos no a base de qué partido político somos afines, sino en las vidas de todos los usuarios. Si hoy no están implementados dichos mecanismos, la desidia continúa. Si el motorman se levanta deprimido y se quiere suicidar, entonces hoy se lleva puestas también las vidas de todos nosotros. ¿Y si es un terrorista? ¿Si sufre un ACV o un paro cardíaco?
Ayer, hoy y siempre es el Estado quien tiene la responsabilidad de aplicar los mejores mecanismos para evitar una tragedia. Gabriel Mavric DNI 25.096.447