Varios fantasmas sobrevolarán los mercados en este cuarto trimestre
Las idas y vueltas en el proyecto de cambios tributarios de trump, en el plano externo, y la necesidad de las reformas estructurales, en lo interno, concentran la atención
Los inversores cerraron un buen septiembre, en contra, quizá, de las expectativas que había en su comienzo. Un balance que aportó para el cierre de un excelente trimestre, y lleva a comenzar los últimos tres meses del año con la buena noticia de índices accionarios desarrollados que acumulan subas de entre 20-25% en dólares. Es la misma tendencia que se da en la mayoría de los emergentes y eso incluye a la Argentina. El Merval supera en el año una suba del 55% en pesos, y el 40% en dólares, mientras que la renta fija acumula retornos totales de hasta 15%.
Pero lo importante es salirse de lo que pasó y focalizar el análisis en el escenario proyectado para lo que resta del año. ¿Se debe ser más defensivo, ante las ganancias ya acumuladas, o hay espacio para esperar fuertes subas adicionales?
Para contestarnos, debemos analizar el escenario posible y destacar los principales drivers que el mercado estará mirando y que podrán tener impacto sobre las cotizaciones que se conocen. Aunque esto igual no evita que puedan existir sorpresas. Vale siempre aclararlo.
En la coyuntura internacional, hay que hablar de tensiones geopolíticas que se mantendrán –con un punto a favor hasta ahora: han demostrado tener un impacto limitado sobre los precios–, y también de cuestiones de política.
Por ejemplo, las idas y vueltas sobre el proyecto de reforma tributaria de Donald Trump serán parte de los análisis de estos meses, mientras que más cerca de diciembre volverá a escena el presupuesto 2018 y la necesidad de elevar el límite de deuda. Parece haber llegado la “hora de la verdad” para Trump. Se terminará acá de medir su capacidad real de llevar adelante un gobierno que, hasta ahora, sólo parece haber acumulado derrotas en el Congreso (aún con mayoría republicana).
Ahora, ¿puede esto impactar sobre las cotizaciones? Seguro. En principio garantiza, dadas las ganancias acumuladas, un piso más alto de volatilidad.
El otro tema es el devenir de la política monetaria. Aquí hay que focalizarse en la Reserva Federal, producto de que, si bien es real que se esperan también ajustes desde Europa, la atención se centrará en Estados Unidos, al menos en estos últimos meses del año.
¿Qué podrá afectar al mercado? Cualquier desvío respecto de lo que se está descontado hoy. Esto nos lleva a la necesidad de hablar no tanto de un nuevo ajuste en la tasa de interés a fines de este año, sino de la posible incertidumbre que genera el posible cambio en la presidencia del organismo apenas comience 2018 y el ajuste de su hoja de balance, que empezará este mes.
Una política monetaria más contractiva tiene efecto sobre los movimientos de los flujos de capitales. Pero este efecto lo determinará el ritmo y la magnitud del ajuste, y acá las expectativas juegan a favor del mercado. ¿Estas pueden ser erróneas? Lógicamente, pero por ahora hay poca probabilidad de que lo sean.
Igual, esto no evitará que la sensibilidad con la que se mueven los precios –incluidas las tasas– pueda incrementarse por momentos mientras dure este proceso.
En conclusión, si se mira desde el lado emergente, se puede no tener un viento de cola, pero tampoco un viento de frente. En este punto hay que sumar la nueva temporada de balances que empieza en pocos días. Ésta permitirá confrontar las valuaciones con los fundamentals. Este será un driver de corto plazo que ayudará a definir la lateralización reciente, siendo excusa para un nuevo rally o una corrección, que igualmente no pondrá en duda la tendencia alcista de fondo.
En lo local, el escenario no es diferente en algún punto. Juega a favor un frente externo que no parece presentar desafíos mayores, pero que igual no deja de estar exento de riesgos y de una mayor volatilidad. Juega también de manera favorable una economía que crece, una inflación que cae, e incluso un resultado esperado, a fines de este mes, mejor que de las PASO, cuando se concreten las elecciones legislativas. Este último punto, lógicamente, visto desde el lado del mercado.
Nomuevelaaguja,porahora(pero sí lo hará el año próximo) el gradualismo fiscal en un marco en donde sigue sin haber espacio para el shock. Mientras que suma cierta atención y posible preocupación el balance creciente negativo de la cuenta externa y la necesidad de avanzar en las reformas estructurales pendientes.
La lista de los positivos y negativos se puede ampliar. Pero lo importante es que, más allá de correcciones puntuales por toma de ganancias, los activos ligados al riesgo argentino conservarán su atractivo para una cartera de mediano o largo plazo. Sí, quizá y como recomendación al inversor, vale ser más activo en la administración. Esa estrategia “pagará” mejor.