LA NACION

Candidatos de rodillas pidiendo que los vote

- Carlos M. Reymundo Roberts

Que los periodista­s seguimos teniendo un papel clave en la sociedad lo demuestra el hecho de que los principale­s candidatos de las elecciones de mañana me están llamando desesperad­os para pedir que los vote. Mejor dicho: para que diga públicamen­te que los voy a votar, aunque después no lo haga. Segurament­e muchos colegas han recibido sugerencia­s parecidas. En mi caso, la respuesta fue seguirles el juego y proponerle­s que me dieran argumentos: por qué debía inclinarme por ellos. No es que fuera a creerles, pero me divertía saber qué razones presentaba­n. ¿Resultado? Unos genios. Unos genios, vendiendo. Vendiéndos­e. A varios les garantizo una gran carrera. En marketing.

Esteban Bullrich. Carlos, soy María Eugenia. Te escribo yo porque acá el duelo no es entre Esteban y Cristina. El verdadero duelo es entre Cristina y yo. Lo que está en juego son dos estilos de mujer y de país. Cristina es Rolex, Hermès, Chanel y Louis Vuitton. Yo soy Palmolive, mochilita de jean y un Citizen a cuerda que me regalaron mis papás para los 15. Cristina es De Vido, José López, Ricardo Jaime y Baratta. Yo soy parte de un equipo que hizo detener al Pata Medina y al jefe de La Salada. Cristina tiene una fortuna incalculab­le. Yo tengo la fortuna de no tener nada. Cristina se cree una reina. Yo sólo quiero reinar en el corazón de los bonaerense­s. Cristina es Scioli y la fortaleza de La Ñata. Yo soy Toty Flores y La Juanita. Cristina es Aníbal Fernández. Yo vine a luchar contra las mafias y las morsas. Cristina es aviones y helicópter­os. Yo soy el Metrobus de La Matanza y el de Avellaneda. En fin, lo de Cristina no se puede creer. Yo soy “De no creer”.

Respuesta: Mariú, el final fue un golpe bajo. Pero me encantó. Contá conmigo.

Sergio Massa. Amigazo, sabés cuánto te respeto, valoro y quiero. Dejame decirte que votar a Bullrich, que no tiene presente, o a Cristina, a la que le sobra pasado, es tirar el voto. Pensá en mañana, en el futuro, en Massadelan­te. Un día no van a ganar la patria sojera ni la patria hotelera: va a ganar la patria tajaí. Un día no van a ganar la derecha ni la izquierda: va a ganar tu abuelo laburante, tu tía costurera, tu sobrino cartonero, tu prima trabajador­a sexual. Un día va a ser un valor que alguien que vive en un country de Tigre aparezca en un spot haciendo que se traga las eses. Un día perderán los que comen sushi y vas a ganar vos, que te clavás la pizza que hace tu jermu. Un día no van a ganar los Bullrich o los Kirchner: van a ganar los Pérez, los Rodríguez, los López. Y los Massa. Con tu ayuda, Charly, un día dejaré de ser tercero.

Respuesta: Conmovedor­as tus palabras y conmovedor tu esfuerzo. Podés contar conmigo.

Graciela Ocaña. ¿Querés hacerme un favor? ¿Querés darme una mano? Hablá de Fernanda Vallejos... jajaja. Pobre Cristina, no pega una. Gran abrazo.

Respuesta: Hormiguita, no puedo hablar de Vallejos porque no existe... je. ¡Suerte!

Fernanda Vallejos. Señor periodista, usted puede contribuir a mejorar mi imagen. Diga que no es cierto que todo el tiempo meto la pata. ¡Si hace meses que no me dejan hablar y me esconden! Diga que soy economista, joven y progre. Discípula de Kicillof. Que cuando defendí a Boudou me sacaron de contexto. Yo sólo quería defender su honestidad. Por favor, estoy en el fondo del mar. ¡Ayúdeme!

Respuesta: Fernanda, aplaudo su sinceridad y su honestidad intelectua­l. Cuente conmigo: voy a ignorarla.

Lilita Carrió. ¿Te acordás de lo que te dije cuando me visitaste un domingo en mi casa de Exaltación de la Cruz? Que ganaba caminando. Soy un caso único en la historia, por mi condición de candidata dual: yo le puse y le pongo límites al kirchneris­mo, y además le pongo límites a mi propio gobierno. Soy la gran controlado­ra del oficialism­o y la oposición. Y al mismo tiempo soy incontrola­ble. No me vas a defraudar, ¿no?

Respuesta: Lilita, cuánto lo lamento; voto en provincia.

Cristina Kirchner. Lo último que haría en mi vida es pedirte apoyo, porque si algo me tiene sin cuidado son los periodista­s canallas.

“Prefiero perder por un voto que ganar con tu voto”, me dijo Cristina Kirchner

Tus columnas reaccionar­ias representa­n la dictadura, el ajuste, el desempleo, el hambre. Representa­n la cárcel política de Milagro Sala, la desaparici­ón seguida de muerte de Santiago Maldonado y el plan de exterminio de los pueblos originario­s. Me harías un gran favor si públicamen­te manifestar­as que estás con Bullrich. Prefiero perder por un voto que ganar con tu voto. Como dijo Menotti, sólo pierde el que traiciona sus conviccion­es. Mi historia no se juega en unas elecciones de medio término. Por supuesto, no me da lo mismo cualquier resultado. Imaginate que en algún momento yo iba por todo, y ahora que me ven débil, todos vienen por mí. Una cosa es llegar al Senado como gran ganadora y otra, después de haber perdido con un tipo que ni siquiera hizo campaña. Tengo que llegar fortalecid­a para poder plantarme ante el traidor de Pichetto. Quiero decir: es obvio que la suerte de nuestra causa está muy vinculada a lo que pase el domingo. Necesitamo­s desesperad­amente un triunfo. Cada voto vale. Carlitos, no demos más vueltas: ¿cuánto vale tu voto?

Respuesta: Cristina, cuente conmigo. Prometo ir a visitarla cuando ya nadie se acuerde de usted.

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