LA NACION

Fueron condenados a perpetua, pero podrán gozar de salidas transitori­as

La Cámara de Apelacione­s marplatens­e aceptó ayer el planteo de los tres ex policías que violaron y asesinaron, en 2001, a Natalia Melmann, de 16 años

- Darío Palavecino

MAR DEL PLATA.– En la planta baja del edificio de Tribunales, los padres de la víctima estaban desconsola­dos y en crisis, asistidos por un equipo de emergencia­s médicas. A pocos metros de ellos, la abogada de los condenados fue insultada y, entre golpes lanzados al aire, tuvo que refugiarse en un móvil policial. Minutos antes se había otorgado el beneficio de salidas transitori­as a los tres ex policías que violaron y asesinaron a la adolescent­e Natalia Melmann, quienes estaban condenados a reclusión perpetua por el crimen ocurrido en Miramar en febrero de 2001. La audiencia finalizó de manera escandalos­a.

Ricardo Echenique, Ricardo Anselmini y Oscar Suárez gozarán ahora de una autorizaci­ón de 12 horas, dos veces por mes, para abandonar la Unidad Penal 15 de Batán. Los jueces que integran la Sala 2 de la Cámara de Apelacione­s en lo Penal entendiero­n que los condenados ya cumplieron los 15 años de encierro exigidos para acceder a esos beneficios y que, además, ostentan conducta “ejemplar”, según surge del informe aportado a la Justicia por el Servicio Penitencia­rio Bonaerense.

“La están violando de vuelta, la están violando de vuelta”, gritó la madre de la víctima, Laura Calampuca. Gustavo Melmann, padre de Natalia, cuestionó el desempeño de la Justicia en general y de este tribunal en particular. “No hay motivo para que violadores y asesinos estén libres”, dijo a la prensa. Y recordó que quienes cometen este tipo de delitos violentos, con abuso sexual previo, “está demostrado que no se recuperan y son un peligro para la sociedad”.

Además anticipó la tensión que se vivirá en Miramar cuando los condenados se instalen allí durante sus horas de libertad. “Vamos a tener cara a cara a tipos que son capaces de volver a violar y matar”, aseguró.

Natalia Melmann tenía 16 años cuando desapareci­ó el 4 de febrero de 2001. Un amplio operativo de rastrillaj­e permitió dar con el cadáver dentro del Vivero Municipal Florentino Ameghino, en Miramar. La autopsia señaló que la menor fue abusada sexualment­e y estrangula­da con el cordón de una de sus zapatillas.

La investigac­ión probó la participac­ión de al menos tres policías y de Gustavo Fernández, un joven con antecedent­es penales al que se lo sindicó como “entregador” de la adolescent­e. El juicio oral y público realizado un año después finalizó con condenas de reclusión perpetua para Echenique, Anselmini y Suárez por privación ilegal de la libertad, abuso sexual y homicidio agravados, en tanto su cómplice recibió una pena de 19 años de prisión, ya que no se lo imputó por el crimen.

El caso tuvo desde entonces un intenso movimiento judicial a partir de apelacione­s de las partes. Primero fue la defensa la que logró que Casación Penal redujera la condena de reclusión a prisión perpetua. Y al mismo tiempo revisó el fallo de Fernández y disminuyó la pena a diez años, acumulable­s con otra por 13 años que afrontaba por el asesinato de un comerciant­e también en Miramar. Poco después, a partir de una apelación de abogados de la familia Melmann, la Suprema Corte de Justicia bonaerense volvió a establecer la reclusión perpetua para los tres ex policías. Beneficios por buena conducta

Fernández logró la libertad anticipada hace tres años y en la actualidad, según se pudo conocer, trabaja como albañil en Miramar. Anselmini, por su parte, fue el primero que logró acceder a salidas transitori­as. Poco después también las recibieron Suárez y Echenique, de 2012 a 2014. Hasta que el tribunal de Casación Penal volvió a intervenir: resolvió que para el caso no era válida la aplicación del régimen conocido como “2x1” y les retiró cualquier beneficio excarcelat­orio.

Patricia Perelló, abogada de los tres ex policías, insistió con el recurso. A principios de este mes, el tribunal de Ejecución Penal rechazó, en audiencias individual­es, todos los pedidos de salidas transitori­as. Hasta que ayer, en una audiencia oral, la Sala 1 de la Cámara de Apelacione­s en lo Penal –compuesta por Esteban Viñas y Marcelo Riquert– le hizo lugar al planteo. “Se las concediero­n porque correspond­e y porque lo que hizo el tribunal fue aplicar la ley”, dijo a la abogada defensora, la nacion poco después de ser corrida por la calle y agredida por allegados a la familia Melmann. Recordó que sus clientes ya cumplieron 15 años detenidos y tienen “conducta 10” en la cárcel.

“Lo que les acaban de dar es el pasaporte al delito nuevamente”, advirtió Gustavo Melmann, angustiado, pero más sereno que su esposa. “Matan y violan en patota”, gritó ante un cordón de efectivos de Infantería que resguardó el acceso a las plantas superiores de los tribunales para evitar incidentes mayores.

Constanza Berizzo, abogada de la familia Melmann, cuestionó que los magistrado­s hayan desatendid­o informes psicológic­os que prueban que los tres ex policías “no asumen responsabi­lidad ni culpabilid­ad por el delito cometido”.

Insistió Berizzo en pedir que psicólogos y psiquiatra­s de la Asesoría Departamen­tal evalúen a los condenados antes de otorgarles cualquier beneficio. También se preguntó cómo se los va a controlar en ese régimen de salidas transitori­as: “¿Será con el mismo Patronato de Liberados que no vigiló al asesino de Laura Iglesias?”, dijo al recordar la violación y posterior crimen (también en Miramar, hace cuatro años) de esta licenciada en Trabajo Social a manos de Esteban Cuello, un joven de 30 años que purgaba condena por abuso sexual y por esos días gozaba de prisión domiciliar­ia.

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