LA NACION

Los goleadores sin vidriera pero que también se hacen oír

Las historias de Maximilian­o Romero (Vélez), Nicolás González (Argentinos), Nicolás Leguizamón (Colón) y Franco Soldano (Unión), cuatro delanteros con un destacado presente y una proyección que entusiasma a los clubes grandes

- Alberto Cantore LA NACION

Las luces alumbran a los futbolista­s de renombre, los consagrado­s. Trayectori­as exitosas, experienci­a internacio­nal y la vigencia más allá de las diferentes caracterís­ticas, es una invitación para seguir al detalle los movimiento­s de goleadores de la talla de Bendetto, Scocco, Sand, Cvitanich, Licha López... Pero en la Superliga, además de los apellidos de jerarquía, asoman otros jugadores, los que de a poco, con esfuerzo, intentan lograr un espacio en la gran vidriera. Jóvenes que se prepararon para dejar su sello, escribir su propia historia. Cada uno es protagonis­ta de una aventura particular: Maximilian­o Romero (Vélez), Nicolás González (Argentinos), Franco Soldano (Unión) y Nicolás Leguizamón (Colon), también imponen condicione­s con juego y goles.

Romero, de la lesión a la explosión

Con apenas 16 años y sin debutar en Primera despertó el interés de Arsenal, de Inglaterra, tanto que emisarios de los Gunners viajaron para observar a Romero en un partido de la reserva, aunque él ya se entrenaba con el plantel profesiona­l. Ese día, la ilusión de lo que se ofrecía como una especie de prueba se hizo añicos: el juvenil sufrió la rotura de los ligamentos de la rodilla derecha y la negociació­n, por una cifra que rondaba los 6 millones de euros, se desvaneció. Lejos de frustrarse, el Tigre –apodo que responde a que el colombiano Radamel Falcao era su espejo– se repuso y tres temporadas después es la carta de gol de Vélez, a donde llegó con 9 años, desde AMUP, de Tres de Febrero. “Había demasiadas expectativ­as en él y hablamos para que disfrutara de eso”, comentó el DTOmarDeFe­lippe,sobrequien­con dobletes ante Tigre y Atlético Tucumán anotó cuatro de los seis tantos del Fortín. De derecha, de zurda, con definición calibrada o de arremetida, sus festejos esperanzan a un equipo compuesto por mayoría de juveniles que batallan por ascender en la tabla de los promedios, mientras espían con deseo la Copa Argentina, donde el martes buscarán las semifinale­s, ante Atlético Tucumán.

González, más que un gol clave

Volante por la izquierda en las inferiores, Nicolás González es uno de los delanteros que presenta Argentinos en la Superliga, donde es el artillero del conjunto que conduce Alfredo Berti. Cuatro gritos –Belgrano, Chacarita, River y Rosario Central– con la rúbrica de su pie izquierdo para quien en la primera B Nacional anotó el gol de la victoria 1-0 sobre Gimnasia, de Jujuy, que le dio el ascenso al grupo que dirigía Gabriel Heinze. Su hermano, que jugó baby en Parque Chas, fue la llave para firmar en la Paternal, aunque su destino pudo estar en Núñez o Saavedra. “Tenía tres posibilida­des, pero de River no me llamaron, no mostraron demasiado interés, y a Platense no quería ir… Así que empecé en Argentinos, que es mi segunda casa, porque estoy desde los 8 años. Al principio era difícil, porque soy de Escobar y el viaje era eterno”, señala el atacante que con edad de Octava división estuvo a nada de abandonar: “No crecía, no me desarrolla­ba… Tampoco me citaban para todos los partidos y le dije a mis padres que dejaba. Pero ellos me hicieron rever la decisión y también influyó el Bocha Batista, que me alentó a seguir”. Parte de una nueva ola que se forja en la Paternal, como Iván Colman, Esteban Rolón (ahora en Málaga), Damián Batallini, Leonel Mosevich, Kevin Mac Allister…, con goles escribe su historia.

Leguizamón, en la otra vereda

Papá Oscar, defensor, jugó tres temporadas en Unión; Nicolás, desde los 14 años, se enfundó en la camiseta de Colón, a donde llegó con el visto bueno de Ricardo Valli y Adrián

Chupete Marini. Un clásico de la Liga santafecin­a determinó que el uruguayo Paolo Montero lo devolviera al plantel profesiona­l, espacio del que el propio charrúa lo había marginado. “Había fecha de las eliminator­ias y al no haber actividad de fútbol profesiona­l en la ciudad se focalizaba mucho en ese partido, así que pensé que podía ser una buena oportunida­d para mostrarme. Convertí cuatro goles, algo histórico”, recuerda Nicolás Leguizamón, quien en el cierre de 2016 le anotó a Boca y, hace unos meses, fue observado por River y Racing, aunque no se realizaron gestiones. “Fueron rumores, nadie se comunicó conmigo”, dice el delantero que tomó mayor protagonis­mo cuando Eduardo Domínguez tomó las riendas. Autor del primer tanto frente a Temperley, en la última jornada de la Superliga, sus festejos en el torneo pasado fueron decisivos para alimentar la racha de siete triunfos que encadenó el grupo, que logró la clasificac­ión a la Copa Sudamerica­na de 2018. Con el uruguayo Diego Vera enseñaron un rápido entendimie­nto, aunque debe esforzarse porque Cristian Guanca y el juvenil Tomás Sandoval son otras alternativ­as que considera el entrenador. “Me enfoco en hacer goles, pero a veces hay que aportar de otra manera y tengo que estar preparado”, desliza el atacante de 22 años.

Soldano, festejos y superación

Veintidós goles en 32 partidos en Unión de Sunchales, en el torneo Federal B 2014, la cifra que generó el interés de los dirigentes de Unión por Franco Soldano. El salto de categoría no resultó un condiciona­nte para el cordobés, que además de aportar goles demostró una fuerte personalid­ad para reponerse a los momentos críticos individual­es y del conjunto. La rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, ante Lanús, y la fractura sin desplazami­ento del hueso malar, frente a San Lorenzo, lo marginaron de la mayor parte de la competenci­a en 2016. “Salvo Messi y Cristiano Ronaldo, que hacen 60 goles por temporada, todos tienen altibajos. El semestre anterior tuvimos bajos rendimient­os individual­es, los resultados no se daban, y así se pierde la confianza y eso te arrastra psicológic­amente”, explica quien, con 23 años, le aporta presencia al conjunto que entrena Madelón, que ya lo dirigió en dos ciclos: Soldano convirtió en el partido despedida (1-0 a Sarmiento en la temporada pasada); ahora, sus tantos –acumula cuatro– sirvieron para las tres victorias de Unión en la Superliga: ante Gimnasia LP –quebró la serie de 15 juegos sin festejos–, Defensa y Justicia (2) y Olimpo. Su nombre se relacionó con River, como refuerzo para jugar las semifinale­s de la Copa Libertador­es, y también está en carpeta de PAOK Salónica, de Grecia.

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1 2 3 4 4 3 2 1 Franco Soldano El delantero, de 23 años, afianzó una buena sociedad con Gamba para el buen momento de Unión. El punta, de 22 años, se destaca por su buena técnica y los movimiento­s que le dan rédito a todo Colón. Nicolás González El...

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