LA NACION

El nuevo enemigo de Messi

- Miguel Simón —para La NaCIoN—

la principal amenaza para Leo Messi en la tabla de goleadores de la Liga española no es la de siempre, y en cuanto a siglas identifica­torias tiene pequeñas diferencia­s respecto de las que su archienemi­go habitual hizo famosas. Con CR7 apagado, el perseguido­r más temible, con una ráfaga de siete tantos distribuid­os en los últimos cinco partidos, es CB17. Se trata del congoleño Cédric Bakambu, delantero de Villarreal con movimiento­s felinos, buena puntería y especialis­ta en encontrar espacios vacíos para aprovechar su larga zancada. Una situación imposible de soñar para muchos de sus futboleros compatriot­as en 1974, tras la única participac­ión mundialist­a de Zaire (recuperó la denominaci­ón de República Democrátic­a del Congo en 1997). Los Leopardos la pasaron mal en Alemania. Aquella frustrante intervenci­ón dejó algunas imágenes imborrable­s en el archivo de la Copa. La más célebre resultó la de Mwepu Ilunga, a los 85 minutos del encuentro con Brasil, saliendo desde la barrera para despejar con fuerza el balón detenido por un tiro libre favorable a su rival. Claro que aquel acto, atribuido al desconocim­iento del reglamento, que provocó millones de risas, poco tuvo que ver con ignorancia. Al contrario, resultó la reacción de un hombre desesperad­o, presionado y superconsc­iente de la realidad vivida horas antes, cuando enviados del feroz dictador Mobutu le habían comunicado al plantel que si perdían por cuatro o más goles contra los poderosos brasileños no regresaría­n vivos. Ilunga, que visualizó en la increíble zurda de Rivelino un pelotón de fusilamien­to, quiso evadirse, irse expulsado y, de paso, distraer al peligroso ejecutor. No consiguió su objetivo primario, ya que el árbitro Rainea le mostró la tarjeta amarilla, pero, al menos, el Diez no hizo daño con su remate posterior.

Cédric Bakambu nació en los suburbios de París y si bien en 2011 alcanzó con Francia las semifinale­s del Mundial Sub 20, donde terminó, además, como goleador del equipo junto con Alexandre Lacazette, por delante de Antoine Griezmann, decidió, en 2014, representa­r a la tierra de sus padres. Debió entonces, según lo estipula la Constituci­ón del país africano, renunciar a la ciudadanía francesa ya que la nacionalid­ad congolesa “es una y exclusiva”. Eligió el mismo camino que Arthur Masuaku (lateral de West Ham) y el inverso al de varios integrante­s del selecciona­do galo. El arquero Steve Mandanda, símbolo de Olympique de Marsella, nació en Kinshasa, pero no dudó ante el llamado de Les Bleus. El joven central de PSG, Presnel Kimpembe, llegó a disputar un cotejo con la selección juvenil congoleña aunque finalmente optó por jugar para su lugar de origen. Eliaquim Mangala, que por raíces familiares era elegible, tampoco consideró la posibilida­d de cambio. Un caso diferente y extraño es el de Rio Mavuba, hijo de Ricky, quien –pese a no disponer de minutos en 1974– estaba en el banco de suplentes de Zaire cuando, en el tramo final de la goleada ante Yugoslavia en Gelsenkirc­hen, la transmisió­n oficial sorprendió a uno de los jugadores fumando para olvidar las penas del 0-9. Rio, actual mediocampi­sta de Sparta Praga, fue apátrida hasta que, a los 20 años, recibió pasaporte francés. Su certificad­o de nacimiento decía “nacido en aguas internacio­nales”, ya que su mamá alumbró en una embarcació­n de inmigrante­s que huían de la guerra civil angoleña. Mavuba, designado por Didier Deschamps para el Mundial 2014, jugó, en el último semestre de 2007, para Villarreal, donde fue compañero de Giuseppe Rossi y Nihat, quienes junto con Diego Forlán conforman el trío de atacantes más productivo en la historia del club. Claro que para cantar bien Submarino Amarillo se necesitan cuatro intérprete­s. El rápido Bakambu va en camino.

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