SIC-CASI, el honor y el futuro en 80 minutos
Chocan en Boulogne con distintas urgencias: el local pelea por entrar en las semifinales y el Atlético lucha en zona de descenso
Las grandes rivalidades deportivas proliferan por doquier. Historias de pasión, partidos de leyenda, anécdotas que cobran mayor dimensión con el correr de los años. Aparece el afán por sobresalir en el entorno, en el barrio, en la ciudad. Y en la Argentina el rugby también tiene la suya, puntualmente con el clásico entre el SIC y el CASI. El cruce de San Isidro que ya acumula 80 años de disputas desde que se tuvieron frente a frente por vez inicial el 9 de mayo de 1937 (un éxito del SIC por 3-0).
Siempre con la intención de dar lo mejor de sí y luchando por lograr sus metas. Siempre con el mismo respeto. Y como cada uno de esos encuentros tuvo su marco particular, el de hoy por el URBA Top 12 no será la excepción. Cada vez que se tengan cara a cara zanjeros y atléticos vivirán un duelo especial, pero en esta ocasión hay ingredientes que le añaden un valor especial al compromiso: desde las 15.30, en Boulogne, el SIC peleará por un puesto en semifinales mientras que CASI batallará por seguir esquivándole a la zona de descenso, una situación infrecuente en su rica trayectoria.
Francisco Piccinini (32 años, hooker del SIC) y Martín Brousson (27, pilar del CASI) son dos de los jugadores más experimentados para hacerle frente a una situación de presión positiva para unos (clasificar a semifinales) y negativa para los otros (el equipo más ganador del rugby de Buenos Aires sólo cedió su espacio en la elite en 1994, cuando estuvo en Segunda). En el medio, un clásico como agravante. Reunidos por la nacion, ambos jugadores palpitaron el match. “Tenemos un entusiasmo bárbaro e intentamos abstraernos de las posibles finales. Vamos partido a partido, aunque tenemos presente que hay cosas muy importantes en juego. Ojo, tratamos de aislarnos aunque no es sencillo”, asegura Piccinini. “Son clásicos en donde a veces la presión y las ganas de vencer pueden jugarte en contra. El que esté más tranquilo y cometa menos errores se va a llevar el duelo”, analiza Brousson.
El SIC arriba a este encuentro como uno de los animadores del torneo y con serias aspiraciones de mantenerse entre los cuatro que consigan un boleto a las semifinales. Piccinini resalta con su experiencia en un equipo poblado con jóvenes valores que se fueron asentando en la formación titular. “Los chicos se fueron adaptando bien y es uno de los aspectos más positivos en 2017 para el club. Se logró una buena conexión entre los más experimentados y ellos. Entendieron el mensaje de los entrenadores”, remarca el capitán.
El CASI, en cambio, acarrea un andar más irregular. Si bien tuvo victorias frente a CUBA e Hindú, nunca pudo lograr continuidad en los números positivos. Con un partido menos, suma 34 puntos, ocupa el 12° puesto y hoy disputaría un repechaje con el tercero de Primera A. En el presente certamen tiene un registro de siete victorias y 12 derrotas. Brousson, quien gentilmente aceptó visitar en la previa la cancha que pisará hoy con sus compañeros, reconoce el momento delicado. “Tuvimos muchas lesiones y entramos en una racha negativa a pesar de haber comenzado el torneo de buena manera. Las ganas son siempre las mismas y más cuando estás en las malas”.
Con puntos que pueden resultar vitales, el CASI todavía tiene pendiente su compromiso ante Atlético del Rosario (se pospuso por el fallecimiento del jugador rosarino José Mackey) y lo disputarán el 3 de noviembre. “Tenemos que quedarnos en Primera. Ni el SIC ni nosotros vamos a estar relajados porque cada uno tiene su objetivo. Siempre nos respetamos y este partido va más por la historia que por otra cosa”, dice Brousson. “Me pongo en el lugar de ellos y debe ser un desafío muy crítico. Tienen la presión de conseguir puntos de manera urgente en un torneo que fue muy parejo”, añade Piccinini.
En el historial, el CASI obtuvo 67 victorias, el SIC 49 y en 10 encuentros finalizaron empatados. En la Zanja, la supremacía también corre por cuenta de la Academia: acumula 31 triunfos, contra 27 de SIC y tres igualdades. “No hubo un solo clásico que no lo haya disfrutado. Esto es muy especial y pasional”, asegura Piccinini, que tuvo su debut en el derbi en 2010. “Este partido supera cualquier tipo de tabla de posiciones, nunca hay un favorito”, explica Brousson, quien tuvo su bautismo como titular en este duelo en 2011.
Nadie duda lo que tiene en juego un nuevo capítulo entre los adversarios de siempre, un verdadero clásico con todos los ingredientes. El vencedor dará un paso decisivo en busca de su objetivo. Y tanto el SIC como el CASI entienden que una derrota trastocará sustancialmente los planes.