Heroico y villano, las dos caras de un actor sublime
Murió uno de los grandes actores de la historia del cine argentino. uno de estirpe y carisma clásicos, de presencia fuerte, inconfundible, una marca registrada del último medio siglo. Luppi supo soltar frases lacónicas, supo putear, supo apasionarse, supo gritar y también supo actuar con el silencio y hasta volverlo mítico. Si aparecía sin bigote era todo un acontecimiento, y afeitado protagonizó la película de título más largo
de la historia del cine local, Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la
tristeza y unas pocas cosas más…, de Leonardo Favio. Luppi fue el actor que protagonizó más películas de adolfo aristarain, uno de nuestros mejores exponentes en cuanto a narrativa clásica. Luppi actuó en dos de sus versiones de westerns:
Un lugar en el mundo y La ley de la frontera. Fue un actor de western en un mundo que ya había dejado al género como una reliquia, pero cuyos ecos siguen moldeando relatos, y así fue en Hombres armados, del estadounidense John Sayles. Luppi trascendió fronteras, y actuó también en españa, México, chile, Perú… Fue el protagonista de la ópera prima de uno de los grandes directores de la actualidad: Cronos, de Guillermo del toro, con el que volvería a trabajar en dos ocasiones más. es imposible en este espacio siquiera listar la cantidad de directores claves que lo dirigieron, los actores y las actrices con los que compartió rodajes, y las películas importantes y de gran éxito en las que estuvo. Sus actos de heroísmo y también de villanía en la pantalla nos recuerdan que su legado cinematográfico es inmenso.