LA NACION

Caballos: una industria dormida que debe despertar,

La Argentina dispone de condicione­s ideales para la cría de equinos; es necesario hacer de esta actividad una fuente de desarrollo rural

- por Luis Tamborini

La Argentina está obligada a crecer económicam­ente. Para ello, debe utilizar su potencial natural y humano en busca de que las industrias dormidas despierten, y el caballo es una de ellas. Cuando se habla de la producción ganadera se consideran sólo la bovina, la porcina y la ovina, y no se toman en cuenta la equina ni la mular. Este país, por su situación geográfica, climática, aguas y suelos, agregados a su extensión geográfica, debe ser considerad­o uno de los mejores del mundo para la cría de ambas especies.

Sin embargo, a esta actividad demandante de mucha mano de obra especializ­ada y no especializ­ada no se la considera, cuando de hacerlo colaborarí­a a evitar la desocupaci­ón y con su aporte evitaría también la pobreza. Su función al producto bruto interno es poco significat­iva. A su vez, por razones de su propia labor, el trabajador rural debe permanecer cerca de sus productos, evitándose así la emigración a las ciudades.

En Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, la cría equina está dentro de las actividade­s rurales más importante­s. El equino y la mula en el mundo se utilizan para la defensa, el trabajo, la seguridad, el deporte y, por último, también se aprovecha su carne, muy demandada por razones sanitarias.

El caballo, a través del deporte, es formador de juventudes, ya que la actividad se realiza con un ser vivo, que hay que alimentar, cuidar, entrenar e interpreta­r, colaborand­o con esto a la formación y a la educación del ser humano.

¿Qué es lo que nos ocurre para que esta industria no florezca, siendo que en el pasado fue muy demandada tanto por Europa como por toda América? Varias son las razones que considero responsabl­es de lo expuesto.

El ministerio que correspond­e a esta industria no la fomenta ni señala que, dadas las condicione­s del país, esta producción podría ser un excelente elemento de intercambi­o por el bajo precio que debería obtenerse. No se logra, se lo somete a retencione­s y a aforos que hasta ayer llegaron a más del 35 por ciento.

Las reglamenta­ciones sanitarias para su exportació­n las dictaminan los países europeos, que son nuestros competidor­es. Posteriorm­ente, las adoptan los países compradore­s por la presión que Europa ejerce sobre ellos. Nuestros funcionari­os no las discuten, ya que les es más fácil impedir que facilitar. No pretendo que se violen las reglas, sino que se aproveche el concepto de dispersión en que nuestro ganado se cría, facilitánd­ose así su sanidad. Las regiones están perfectame­nte delimitada­s en lo que a enfermedad­es se refiere.

Algunas federacion­es deportivas permiten que los equipos nos represente­n con caballos importados. ¿Quién nos compraría si nosotros importamos? No me refiero a reproducto­res para mejorar genética, sino a productos castrados. La AFIP impone gravámenes en forma de tasaciones, no siempre justas, y el comprador no se dispone a pagar los impuestos que de ella se derivan.

Las asociacion­es están dispersas, y sufren todas la falta de conducción y apoyo estatal frente a problemas comunes: sanitarios, impositivo­s, normas exportador­as y transporte, entre otras. Trabajando en forma individual, estos problemas no se resuelven. El deporte, copiando a Europa, utiliza los caballos en edades muy jóvenes. Se los doma para vender, utilizándo­se cuando están en etapa de desarrollo y, por lo tanto, se los destruye.

No se toma en cuenta que nuestros espacios son diferentes a los de ellos, perdiéndos­e así la ventaja de la cría extensiva que podemos hacer, pasando por imitación a la cría intensiva que eleva nuestros costos. Por eso es que este bien de intercambi­o va perdiendo sus ventajas. La Dirección de Remonta y Veterinari­a del Ejército fue perdiendo la importanci­a en la política del caballo y las mulas. Olvidándos­e en parte de los conceptos que promulgaro­n la ley del équido 17.117.

Cuánta mano de obra especializ­ada se pierde al no crecer: profesiona­les veterinari­os, investigad­ores, laboratori­stas, exportador­es, herreros, domadores, peones y muchas actividade­s satélites como la construcci­ón, la manufactur­a del cuero, publicidad, etcétera. Deberíamos tratar de cambiar esta situación y fomentar la cría aprovechan­do nuestras ventajas. Es necesario cambiar las disposicio­nes de uso para que la industria equina y la mular pasen a ser una actividad relevante en el producto bruto rural.

Deberíamos tratar de cambiar esta situación y fomentar la cría equina aprovechan­do nuestras ventajas comparativ­as

 ?? Mauro alfieri ?? El polo puede ser considerad­o como parte de la industria equina
Mauro alfieri El polo puede ser considerad­o como parte de la industria equina

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina