La Iglesia renovó su pedido por los pobres y por el empleo
El titular del Episcopado, Oscar Ojea, dijo que “el trabajo no es una mercancía” y pidió que “nadie quede excluido”
En su primera aparición pública desde su elección como presidente del Episcopado, el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, afirmó ayer que el lugar de la Iglesia es estar siempre “al lado de los pobres” y anticipó que, en sintonía con el pensamiento del papa Francisco, trabajará para que “nadie quede excluido del cuidado de la vida”.
Al referirse al escenario político y social planteado en el país tras las elecciones, en momentos en que el Gobierno impulsa un proyecto de reforma laboral, afirmó que “toda la sociedad es responsable de que nuestros hermanos puedan conservar las fuentes de trabajo y que no se vulneren los derechos de los trabajadores”. Dijo que la Iglesia confía en la capacidad creativa de los argentinos para salir adelante y superar las situaciones de falta de empleo.
“Somos muy sensibles, vamos a estar al lado de estas situaciones, sabemos que necesitamos crear fuentes trabajo”, dijo Ojea, acompañado por parte de la “mesa chica” de la Conferencia Episcopal: Mario Poli y Carlos Malfa.
Ojea sostuvo que “para la doctrina social de la Iglesia el trabajo no es una mercancía, sino que hace a la dignidad de la persona, es el gran ordenador de la vida”.
El nuevo presidente del Episcopado, con mandato hasta 2020, dijo que antes de fin de año llevará su saludo al presidente Mauricio Macri y señaló que la Iglesia contribuirá al diálogo entre los argentinos. “Nos cuesta convivir, nos cuesta sentarnos alrededor de una misma mesa, que cada uno tenga en esa mesa su lugar, sentirse profundamente incluido. Seguiremos dando nuestro aporte al diálogo desde nuestro lugar, que no es el de técnicos ni el de políticos”, describió el obispo de San Isidro.
En ese sentido, sostuvo: “Nuestro lugar es estar junto al pueblo y, de un modo particular, frente a nuestros hermanos los pobres”.
Respecto de la postergada visita del Papa a la Argentina, dijo que la agenda de Francisco es muy intensa. “Está comprometido con la Iglesia universal y está permanentemente invitado al país. Él sabrá cuándo y en qué momento vendrá”, afirmó Ojea, quien entre 2006 y 2009 fue obispo auxiliar del cardenal Jorge Bergoglio en la arquidiócesis de Buenos Aires. Y agregó: “Escuchar su palabra [por la del Papa], entenderla y llevarla adelante es más importante que la anécdota de cuándo nos puede visitar”.
Ojea fue votado la semana pasada por amplia mayoría por los obispos al frente del Episcopado y reemplaza en la función al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, que impulsó una línea moderada y dialoguista con el Gobierno y los sectores políticos. En sintonía con el papa Francisco, Ojea le imprimirá una fuerte impronta pastoral a su gestión.